En medio de una ventosa jornada se concretó la segunda edición de este evento, ligado a un nicho relativamente novedoso para nuestra agroindustria, que sin embargo tiene un enorme potencial para crecer. Biocontroladores (micro organismos para prevenir infecciones), bioestimulantes, consorcios microbianos, bioregeneradores de suelos, que actúan como antibióticos del suelo; son algunas de las variantes de este universo que está creciendo de la mano de nuevas tendencias de manejo agrícolas.
Porcentajes en Argentina
Actualmente existen 942 productos registrados en Senasa incluyendo fitosanitarios, fertilizantes y enmiendas. Corresponden a un total de 158 empresas registrantes. La gran mayoría de los productos son elaborados a base de bacterias (Bradyrhizobium Pseudomonas y Azospirillum) y en menor medida hongos (cepas de Trichoderma), destinados a la producción de soja, seguida por otras leguminosas como maní, vicia y legumbres), cereales y forrajes.
Una Cámara que crece
Así lo entiende Roberto Rapela, presidente de la Cámara de Bioinsuimos, la entidad que agrupa a las empresas del sector. En diálogo con Campolitoral, remarcó los principales desafíos de este sector. "Los bioinsumos son productos de reciente aparición en Argentina, y en el país registran un crecimiento del 10 %, aunque en otros países esa suba es mayor al 27 %", dice. Según Rapela, hay un déficit que a través de la Cámara están tratando de revertir, sobre todo a la hora de generar información de parte de los profesionales dedicados al campo. "Agrónomos y Veterinarios tienen bajo nivel de conocimiento, porque no existe una currícula dedicada a los Bioinsumos. Por lo tanto, estamos tratando de armarla con la ayuda de 17 universidades de todo el país, adherentes de la Cámara", explica.
Actualmente, CABIO tiene 35 integrantes. Se trata de pequeñas, medianas y grandes empresas. "Esto permite integrar a todos miembros con la capacidad para desarrollar bioinsumos de forma adecuada: la capacidad económica y la capacidad de poder influenciar en las áreas específicas como SENASA, donde todavía hoy los biológicos se tienen que inscribir en la misma categoría que los agroquímicos. Estamos logrando desarrollara un área específica de bioinsumos, donde podremos adecuar la normativa vigente".
Según expresó, sembrar o cosechar con bioinsumos implica lograr un sistema sustentable y sano, "porque hacen sostenible la producción ya que nuestros biznietos tendrán suelos más sanos, que no estarán destruidos con agroquímicos. Cereales, hortalizas y frutas amigables con el ambiente porque no solo no emiten Dióxido de Carbono, sino que lo retienen. Además, son más baratos, por eso se puede producir con menores costos si se usan bien, pero para eso hay que capacitar a los profesionales del campo".
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Por otro lado, resaltó que la Cámara hizo un convenio con BioProteccion (una federación internacional de bioinsumos) integrada por más de 127 países, con quienes vienen trabajando para hacer una nomenclatura unificada a nivel global, ya que eso presenta miles de problemas en todo el mundo. "Además, podemos intercambiar sobre las nuevas tecnologías, que en Argentina tenemos pero quedan registrados en organismos oficiales y no llegan a la gente. Por eso estamos promoviendo relaciones públicas y privadas con las empresas para que estos desarrollos puedan llegar al productor".
Una vidriera global
Para Rodrigo Monella, referente de Microvidas, es un evento que los posiciona para hacer más conocida la empresa a nivel nacional. "Ser parte de este evento es importante para eso: charlar con la gente interesada en los biológicos (que es cada vez más)". Monella expresa que es muy importante que las empresas grandes se sumen "porque hacen más creíble el sistema, tienen más marketing y nos ayudan a difundir, porque el sistema funciona, no es una competencia, es un mercado muy grande y hay lugar para todos".
A propósito de esto, adelantó que están en la fase final de la construcción de un nuevo laboratorio para la producción de probióticos para animales multi propósito en Santa Fe. "Son 300 m2 de última generación, que va a ser importantísimo para sumar capacidad, lo importante es la gente que trabaja con nosotros que cada vez tiene más puesta la camiseta y en abril esperamos estar inaugurando".
Su socio José "Peco" Alonso sostiene que les toca competir contra los químicos. "Pero que lo importante es ver es cómo están posicionados estos productos; que funcionan, generan rinde, y son más baratos. Pero esa idea hay que mostrarla y la gente tiene que adoptarla".
En este sentido, el especialista ejemplifica que habitualmente cuando uno habla de un tópico de semillas para poner en soja, por ejemplo, siempre se habla de algún producto de primera marca de fungicida químico. Y no está pensando en los biológicos, pero eso está cambiando. "Las primeras marcas que se están metiendo, nos ayudan a lubricar esto y a cambiar el chip de la cabeza de los productores y técnicos que tenemos que abrirnos a una mirada mucho más amplia del uso de biológicos en el sector, con la idea de producir conservando, evitando que el ambiente se contamine y tratando que los productos (como el pan, el cerdo o la carne) que comemos sean alimentadas con productos cada vez con menos químicos y más biológicos que ayudan a vivir mejor".
El punto clave
Santiago Meardi es el secretario de la producción y planeamiento de Venado Tuerto, y remarcó que la ciudad es el centro de la producción del país (en conjunto con otras ciudades) con un potencial muy grande, y que cuenta con un cluster de semillas muy grande. "Prácticamente todos los semilleros tienen sede acá. 8 de cada 10 semillas de girasol que se siembran en el país se procesan en esta ciudad, con lo cual estamos con la economía local muy emparentada con la producción agropecuaria y la agroindustria. Este evento nos ayuda a lo periurbano de la ciudad. Implica demostrar que se puede extender a toda la producción y ya es una tendencia mundial: cuidar el ambiente".
Mirá tambiénOmar Perotti se reunió con productores y legisladores nacionales por la sequíaEn la misma línea transita Marcos Delfabro, secretario de la Productores Unidos de Rafaela, quien llegó para aprender sobre el uso de estos bioinsumos para los periurbanos. Coincidió que se abre una nueva instancia de producción con nuevas alternativas biológicas que son superadoras desde cualquier enfoque "y que para los periurbanos como el de Rafaela representará la posibilidad de producir en 150 metros de los otrora 200 prohibidos liberados a las malezas, alimañas y toda clase de mala vida, en una ciudad tan pujante como la nuestra, que logró una ordenanza que incluye la posibilidad de usar los biológicos".
Los pioneros
Conrado Braen es un viejo conocido de Campolitoral. Arrancó allá lejos y hace tiempo en San Carlos con su enmienda orgánica FFO, y nunca paró. "Empecé en 2003, y estuve un año y medio probando el producto. En 2005 obtuve la primer aprobación y la definitiva en 2007. Claro que en ese entonces no se hablaba de bioinsumos", admite.
Consultado sobre qué cosas cambiaron, resaltó que mejoró el conocimiento del producto, y el apoyo de la UNL y de las 6 universidades en el país con las que trabaja. "La pandemia nos ayudó en parte. Ya que un virus nos demostró que nos puede atacar y matar, y tomamos conciencia de la nutrición de las plantas con la parte biológica, que se alimente de forma natural, ahí empieza el gran cambio de la gente".
Braen explica que lograron estabilizar una combinación de elementos que incluyen 30 familias (que conviven) de hongos, levaduras y bacterias. "Por eso lo llamamos un consorcio natural, y el producto no se altera a través del tiempo. El Senasa nos valida 18 meses que es lo máximo, pero por más que pasen los años el producto no se altera. Estamos apostando a la exportación para producciones extensiva e intensivas, hay un futuro hermoso para nuestro país como proveedor de estos productos. No es el único camino, no seamos fundamentalistas, pero nuestros suelos están muy castigados, la vida del suelo está muy comprometida, y ahora tenemos la herramienta para mejorarlo", analizó.
Grandes y chicos
Osvaldo Barreiro es el director Comercial de protección de cultivos de Helm, y nos explicó porqué las grandes también se meten en el negocio. "Si bien somos una empresa reconocida a nivel mundial con 120 años de trayectoria, somos nuevos en este mundo de los biológicos. Este tipo de encuentros son muy importantes, y permite mostrar el trabajo de cada empresa. Nosotros como una red de distribución a campo donde los clientes pueden evaluar las respuestas de este producto en el tratamiento de semillas en soja, trigo y cebada, y a cosecha las respuestas en el rinde", dice. Según Barreiro, más del 80 % de los lotes evaluados tienen un rendimiento igual o mejor que con químicos. Apuntamos a duplicar el volumen de ventas y de hectáreas año a año", adelanta.
Capacitación a campo
En la jornada se reunió a un selecto grupo de especialistas. El primer turno fue para el Dr. Luis Wall, Director del Centro de Bioquímica y Microbiología de Suelos Departamento de Ciencia y Tecnología Universidad Nacional de Quilmes quien sostuvo que "necesitamos ir hacia modelos de transición que incorporen lo biológico, ya que la microbiota transforma la materia, genera estructuras, y sobre todo crea redes de interacción que se incrementan notablemente con la rotación de cultivos de alta intensidad y diversidad". A su turno, el Ing. Agr. Fernando Salvagiotti de INTA Oliveros explicó que las bacterias de fijación libre incluidas en los inoculantes pueden provocar diferentes reacciones positivas en el cultivo o en el sistema de producción. "Los efectos de la promoción de crecimiento son muchas veces más importantes que los nutricionales".
Los temas que se vienen
Según Carlos Pichineti (INTA Castelar) "lo importante es la interacción entre el microorganismo y las plantas, o sea la fijación biológica de nitrógeno que está ampliamente distribuida en los ecosistemas. La simbiosis fijadora de nitrógeno en soja es una herramienta eficaz para sostener la producción. La selección de cepas con mayor eficiencia simbiótica agrega valor a la simbiosis "Rizobio / soja". La Ing. Agr. Florencia Acame (Aapresid) destacó que "se necesita una mayor colaboración y trabajo inter y interdisciplinario para hacer frente a una nueva agricultura". Más tarde el Dr. Gustavo González Anta (Indrassa), planteó la eficiencia y el impacto agronómico de los biológicos en los problemas de origen fúngico. Para Gonzalez Anta el futuro de la agricultura será posible si la agronomía trabaja guiada por la microbiología.
Finalmente el Ing. MSC Agr. Adrián Mitidieri (Agrodesarrollos), sostuvo que los bioestimulantes en semillas sanas "aportan rendimiento superior o similar al testigo químico (soja, trigo, cebada) incrementa el desarrollo radicular y foliar, y el stand de plantas bajo condiciones de estrés salino planchado. Tienen un efecto biocontrolador de patógenos en semillas con prestaciones normales alcanzando un control, número de plantas y rendimiento similar al testigo químico. Solo bajo condiciones de muy alta presión (ejemplo de fusarium o rhizoctonia) presentaron una performance menor que las tecnologías de síntesis química".
Durante el evento representó además los beneficios de sumarse al Sello Bio producto Argentino e integrantes del Senasa expusieron sobre la Nueva Resolución de Bioinsumos y Biopreprados.
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