El engorde a corral se encuentra con ocupación plena por la hacienda sacada de los campos a raíz de la seca; y teme una posible escasez del cereal, ante un cambio en las reglas políticas y productivas.
Esta semana circuló un nuevo rumor sobre el lanzamiento de un "Dólar Maíz". Una posible medida que ya levanta alarmas entre quienes usan el cereal como insumo básico en la alimentación. "Lo único que sabemos es lo que dicen en los medios, pero claramente un dólar maíz tendría un impacto más directo que el dólar soja, y eso nos preocupa mucho" sostuvo Fernando Storni, presiente de la Cámara Argentina del Feed lot. Según el productor, el sector se encuentra en una situación compleja por la disponibilidad de maíz, y con mucha hacienda encerrada en los corrales. Además, remarcó que hay expectativas por parte de los productores sobre cambios de políticas y una cierta retención de granos, "por lo que nos preocupa que salga una medida de este estilo".
Ocupación plena
Lo cierto es que dentro de los corrales, la actividad es febril. La sequía aumentó el envío a los establecimientos de manera abrupta, según consigna un informe de ROSGAN.
"La falta de lluvias y la elevada salida de hacienda que sufren los campos encuentra su contracara en el feedlot. Los corrales han sido refugio obligado de gran parte de este flujo de hacienda que no pudo ser contenida por los productores por la falta de pasto, marcando actualmente récords de ocupación", sostiene el informe.
A inicios de mes, según datos del SENASA, los feedlots llegaron a alojar 1,95 millones de animales, cifra que comparado con igual corte del año pasado marca un incremento del 37,5% interanual y supera tres meses antes de lo esperado el máximo nivel de existencias alcanzado el año pasado en el mes de junio con 1,94 millones de animales encerrados.
Evolución de las existencias bovinas.
Sin embargo, los mismos datos provistos por SENASA muestran para el mes de abril un índice de reposición que, aún en fase de 'fase de llenado', comienza a curvar su trayectoria. De acuerdo a los datos informados, durante abril los feedlots recibieron un total de 520.135 vacunos mientras que durante el mismo período salieron 391.898 animales; este movimiento de ingresos sobre egresos es el que origina este Índice de Reposición del 133% en abril. Es decir, si bien la cantidad de animales que ingresan sigue siendo superior a la cantidad de animales que egresan de los corrales, el ritmo de llenado comienza a desacelerarse, siendo 14 puntos inferior al registrado un mes atrás.
Del mismo modo, los datos preliminares que informa SENASA hasta la primera semana de mayo confirman esta tendencia, con un índice de reposición significativamente inferior al registrado a este mismo corte, en los últimos tres años.
Más allá del resto de categorías que coyunturalmente pueden seguir alimentando fuertemente la oferta para los corrales en los próximos dos a tres próximos meses, la elevada participación de terneros y terneras en los encierres totales (45%) puede estar marcando detrás de estos indicadores de menor reposición un comienzo de declinación de la zafra. Una zafra que, como venimos mencionando, este año ha tenido una salida más adelantada producto de la seca y que, consecuentemente, debería tender a agotarse más rápidamente. Parte de esta moderación en el ritmo de salida de terneros ya se ha empezado a ver en los movimientos de abril con 1,42 millones de terneros/ as saliendo de los campos, volumen muy similar al registrado en los últimos tres años.
Lo que se viene
El informe sostiene que en adelante, el elevado nivel de ocupación que hoy muestran los corrales, mantendrá un mercado muy bien abastecido por los próximos meses. "El año pasado, tras haber alcanzado un nivel de existencias similar al actual en junio, el feedlot logró volcar durante todo el segundo semestre del año un promedio de más de 400 mil animales terminados por mes".
La duda que se plantea este año es si este aparente adelantamiento de los encierres, no comenzará a declinar tempranamente, acortando el período de abastecimiento previo al fin de año.
De ser así, el precio de la carne y, por ende, del gordo, que al menos hasta octubre debería permanecer relativamente contenido, debería disparar una corrección significativa hacia fin de año, una vez disipada la incertidumbre pre-electoral.
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