Lunes 4.11.2024
/Última actualización 20:37
El avance urbano y las mayores demandas de la ciudadanía sobre una producción y un ambiente sanos son factores que podrían reducir la producción frutillera en Coronda, un enclave histórico de la reina de la fruta fina. Por eso, entre las actividades de la 65° Fiesta Nacional de la Frutilla, además de promover su producción y consumo, se realizó una jornada a campo sobre “variedades con manejo sustentable y optimización de riego por goteo”.
Al respecto, la ingeniera agrónoma María del Huerto Sordo, comentó a Campolitoral que desde hace algunos años el distrito pasó de ser uno de los principales productores del país a ocupar hoy el tercer lugar. “La superficie se va a ir reduciendo porque la ciudad crece y entonces el campo se va corriendo”, indicó. Por eso, remarcó la importancia de “valorar lo que tenemos y lograr que se produzcan mayores rendimientos, por eso estamos siempre trabajando en tecnología”.
A diferencia de Arroyo Leyes, donde la normativa obliga a una transición agroecológica, en Coronda todavía no hay una legislación semejante. “Pero desde el INTA nos estamos adelantando, porque sabemos que eso se va a venir y entonces nosotros buscamos las alternativas en cómo mejorar el riego, cómo adaptar la tecnología que tenemos antes de que esto sea una obligación y un problema para el productor”, sintetizó. “Nosotros tratamos siempre de adelantarnos al problema, o sea ir buscando soluciones antes de que sea una prohibición”, agregó.
Por “manejo sustentable”, Sordo definió una menor aplicación de plaguicidas de síntesis química. “Prácticamente nada”. Pero no es sólo eso, también implica una sumatoria de prácticas y manejos, como el uso de variedades tolerantes, cultivos trampas y control biológico, entre otras. El cambio tecnológico requiere pruebas y ajustes para cumplir con el objetivo de no perder rendimiento. Así, “podemos estar más cerca y no necesitamos alejarnos tanto de la ciudad”.
Los ensayos se están realizando con una empresa que fabrica insumos biológicos, buscando reemplazar todos los químicos, sobre todo en la desinfección de suelo, una práctica clave para eliminar los patógenos iniciales del cultivo.
Sobre los resultados obtenidos hasta el momento, la ingeniera dijo que los rendimientos son similares con los dos manejos: “rinden igual”. El dato no es menor, porque “lo importante es no tener menos sin el uso de plaguicidas o con el mínimo posible, por eso le decimos sustentable”.
Las variedades que mejor desempeño mostraron con este manejo, indicó Sordo, fueron “Palmeritas, Savana, Orizaba y San Andreas”, esta última muy arraigada en Coronda.
Al margen de lo técnico, la ingeniera de INTA remarcó la importancia económica y cultural de la frutilla para Coronda. Por eso, por ejemplo, las actividades de la Fiesta Nacional se iniciaron con una Expo Joven, en la que se desarrolló una especie de olimpíada entre alumnos locales. El temario abarcó todo el sistema productivo: desde el plantín hasta la fruta, tanto la que se vende en mercado en fresco, como la que se industrializa. “Y un poco también que conozcan la historia; porque es un pueblo que vive y tiene una idiosincrasia muy marcada, tenemos más de 100 años de cosecha de frutillas”.
En Coronda, recordó, hay varias actividades asociadas a las frutillas: se hacen procesados con la fruta, fábrica de cajones y de frascos, el transporte. “Hay un montón de movimiento económico alrededor de la frutilla, no sólo es el campo”. Para difundirlas, trabajan en conjunto la Municipalidad, el INTA y ADER San Jerónimo (la Asociación para el Desarrollo Departamental). “Es una fruta tan noble, tiene un montón de vitaminas, antioxidantes; muchas propiedades que por ahí la mayoría de la gente eso no lo sabe y no lo valora”. La prueba, es que Argentina tiene un consumo de 165 gramos de frutilla per cápita al año, un nivel muy inferior al de países como EE.UU., donde consumen 4 kilos.