Juan Manuel Fernández | jmfernandez@ellitoral.com
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El presidente de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), Pedro Vigneau, afirmó que es inconducente el uso del principio precautorio como argumento de la ordenanza que recientemente sancionó el Consejo Deliberante de Rosario por la cual se prohibe el uso del glifosato dentro del distrito municipal (que incluye 800 hectáreas rurales, de las cuales 310 se dedican al cultivos extensivos, como la soja, y el resto a horticultura).
Tras señalar que “hay una cantidad enorme de trabajos e investigaciones que demuestran que el glifosato no tiene correlación con la carcinogénesis”, indicó que en las próximas horas reclamarán a los ediles rosarinos no haber convocado a una audiencia pública para el tratamiento de la normativa. Y anticipó que, así como intentarán entablar el diálogo con los concejales también buscarán plantear su postura, contraria a la prohibición, a la intendente Mónica Fein, quien tendría tiempo hasta el viernes próximo para promulgar o vetar la ordenanza.
La preocupación de Aapresid no es la imposibilidad de utilizar el herbicida en el ámbito urbano rosarino, sino el “efecto contagio” que podría darse en otros pueblos y ciudades del país.
Vigneau afirmó que durante 40 años el herbicida se ha utilizado en todo el mundo “y no ha habido una correlación entre la estadística del aumento de casos de cáncer y el uso de este producto”. Por lo tanto consideró inconducente el uso del principio precautorio y sostuvo que, con el mismo criterio, “debieran prohibirse los motores de combustión diesel, las bebidas alcohólicas, el tabaco, todas cuestiones que son más nocivas que el glifosato y conviven diariamente con los habitantes de Rosario”.
Desde que se conoció la sanción de la ordenanza, Aapresid adjudicó el hecho al fenómeno comunicacional denominado “posverdad”, término que se utiliza para nombrar la circulación de una determinada “información o aseveración que no se basa en hechos objetivos, sino que apela a las emociones, creencias o deseos del público”. También denominada como “mentira emotiva”, afirman que desde hace algunos años comenzó a impactar en cuestiones técnicas como el uso de ciertas tecnologías de selección botánica, animal o el uso de ciertos químicos. “Hoy está medio de moda castigar al glifosato y a la producción; y muchas personas ven una oportunidad política”, acusó el directivo. Sin embargo aseguró: “haciendo bien las cosas no debería haber inconvenientes para los ciudadanos”.
En el comunicado que Aapresid difundió tras la prohibición en Rosario, también se explica que el país cuenta con los mecanismos institucionales para el debido control de estos productos.
“Argentina cuenta con el SENASA que, entre otras funciones, tiene la de controlar el cumplimiento de las normas técnico-administrativas referidas a la elaboración y/o formulación de productos fitosanitarios”. Y remarcan: “es decir, la autorización o restricción de los fitosanitarios en Argentina no está librada al azar o a la buena voluntad de las empresas, sino que por el contrario, antes de autorizar un fitosanitario para su venta, deben cumplirse una serie de rigurosos protocolos técnicos y controles específicos”.