La gripe aviar, junto al impacto del clima en el agro, configuran una situación desconocida para la avicultura argentina, por lo que las empresas están atentas a la evolución de estas variables.
El cierre de mercados externos amenaza con saturar de mercadería la plaza interna y deprimir el precio de venta de todas las empresas por igual. Sin embargo, las altas temperaturas anticipan una mejor producción, que podría compensarse con lo que no se exporte.
La gripe aviar, junto al impacto del clima en el agro, configuran una situación desconocida para la avicultura argentina, por lo que las empresas están atentas a la evolución de estas variables.
Lo que preocupa del cierre de mercados tras la caída del estatus sanitario que tenía Argentina como país libre de influenza aviar es que esa mercadería pueda saturar la plaza interna, generando una baja de precios para todas las empresas por igual.
Pero, al mismo tiempo, las frecuentes olas de calor anticipan una menor producción de pollo y huevo que podría compensarse con la mercadería impedida de venderse al exterior.
"Es algo nuevo, no sabemos cómo se van a compensar y también depende de cómo evoluciona la situación: si seguimos descubriendo casos en aves comerciales, se prolongará en el tiempo (el cierre de comercio exterior); pero si se cortó acá, es más fácil recuperarlo antes", dijo Alejandro Cohiani, presidente de la Cámara Avícola Santafesina.
El empresario indicó que "hoy el mercado exportador no es algo fabuloso, al contrario: es mucho mejor comercializar en el mercado interno". Sin embargo, como "no es fácil conseguir mercados" lo importante es mantenerlos abiertos.
También advirtió que, "en la medida que se extienda en el tiempo, puede llegar a significar mayor oferta de kilos acá y una baja de precios; y entonces lo vamos a sentir todos, no sólo los exportadores".
De todas formas, aunque es un problema serio, la influenza no es más preocupante que la escasez de cereales por la sequía o el impacto productivo de las olas de calor. "El tema de comprar soja está muy complicado; para conseguir hay que pagar por encima de la pizarra, con un incremento de costos".
A ello, Cohiani sumó "la seguidilla de olas de calor" que impactan en un menor crecimiento y mortandad de pollos o disminución en la postura de huevos. "Hay que ver cómo se compensa ese faltante de kilos o huevos por el calor con lo que pueda dejar de exportarse".
La situación "es algo que afecta a toda la industria nacional, es un mercado (el avícola) muy sensible a la oferta-demanda". Por ello consideró muy importantes las negociaciones para recuperar destinos externos. Y -añadió- el tiempo que demande reactivar el comercio exterior "dependerá de los casos que vayan apareciendo o no de acá en adelante".
El dirigente indicó que "se cortó todo, incluso se está negociando por los embarques en viaje", tal como declaró el vicepresidente de Senasa, Rodolfo Acerbi. "Incluso había algunos contenedores en puerto, embarcados antes de la detección del virus", agregó.
También consideró que es buena la respuesta de las autoridades ante el alerta por influenza. "Se están moviendo bastante bien", sostuvo. Y mencionó que hace dos semanas que en Santa Fe "estamos teniendo reuniones, organizadas por Senasa y el Ministerio de la Producción" junto a varios actores que podrían colaborar en el control de la enfermedad como la Policía de Seguridad Vial, Gendarmería, La Dirección de Seguridad Rural "Los Pumas" y el Colegio de Veterinarios.
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