Primavera 2024: Lluvias que cambiaron el juego para el agro en la Región Núcleo
Una temporada marcada por una notable recuperación hídrica trajo alivio tras un invierno crítico, aunque también dejó desafíos por resolver. Los contrastes climáticos y sus consecuencias son clave para entender las perspectivas actuales del sector
La primavera 2024 será recordada como una temporada que transformó un escenario adverso en uno más esperanzador, aunque con desafíos que el sector deberá afrontar con estrategias y adaptabilidad.
13:40
El trimestre de primavera cerró con un cambio de escenario que sorprendió a muchos. De la incertidumbre que dominaba en octubre, producto de una sequía prolongada, se pasó a un panorama más alentador gracias a lluvias continuas y superiores a lo esperado. Este fenómeno permitió recomponer las reservas hídricas del suelo, fundamentales para los cultivos en una etapa crítica del año.
La primavera 2024 será recordada como una temporada que transformó un escenario adverso en uno más esperanzador, aunque con desafíos que el sector deberá afrontar con estrategias y adaptabilidad.
El debilitamiento del fenómeno de “La Niña” y condiciones climáticas específicas, como la circulación de sistemas frontales desde la Patagonia y la alta humedad proveniente del Atlántico, fueron factores determinantes para este cambio. Las precipitaciones alcanzaron un promedio de 410 mm en la región, superando significativamente la media histórica y los registros del año anterior.
Sin embargo, no todos los productores pudieron beneficiarse por igual. Las lluvias fueron desiguales en su distribución geográfica, con diferencias de hasta 150 mm entre el norte y el sur de la Región Núcleo. Además, los eventos extremos, como granizo y tormentas intensas, generaron daños importantes en cultivos y complicaciones en las labores agrícolas.
La primavera 2024 será recordada como una temporada que transformó un escenario adverso en uno más esperanzador, aunque con desafíos que el sector deberá afrontar con estrategias y adaptabilidad.
Pero a mediano plazo, “los indicadores para el primer mes del nuevo año no son tan positivos”. Elorriaga dice que “probablemente, la provisión pluvial de enero se encuadre más por debajo de lo normal que por encima. Podrían notarse los efectos de “La Niña”. Por esto es tan importante la recomposición de los perfiles alcanzada en los últimos meses y el alivio que tuvimos de temperaturas moderadas”.
¿Cómo llegan los cultivos a fin de año y cómo llegaban un año atrás?
Hace un año, bajo la influencia del fenómeno “Niño”, los cultivos de la región núcleo mostraban un panorama alentador: el 95% del maíz temprano y el 75% de la soja de primera estaban entre muy buenos y excelentes. A finales de 2024, el 85% del maíz temprano y casi toda la soja se encuentran en condiciones muy buenas. Es importante aclarar que el año pasado casi 2 millones de hectáreas se destinaron a maíz y en éste serían 1,3 millones ha. El maíz tardío pasó a cubrir un 30% del área en 2023 a un 10% en este 2024.
La primavera 2024 será recordada como una temporada que transformó un escenario adverso en uno más esperanzador, aunque con desafíos que el sector deberá afrontar con estrategias y adaptabilidad.
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