Eliana Moratiel | [email protected]
El incremento en la aparición de cepas resistentes a los antibióticos preocupa en todo el mundo tanto en la salud humana como animal. Desde INTA Rafaela comenzaron a investigar cuál es la situación en los tambos de la cuenca lechera santafesina.
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Según un informe elaborado en el marco del Seminario sobre Ciencia y Salud, en 2016 en Boston Estados Unidos, en la actualidad, las infecciones por bacterias son la segunda causa de muertes humanas en el mundo y se estima que, para 2050, esa cifra ascendería a 10 millones de personas. El problema no es ajeno a la producción pecuaria, y a nivel internacional, se ha cambiado el enfoque y se han unido tanto la medicina humana como veterinaria para combatir el problema ya que la resistencia que se genera en bacterias de animales puede transmitirse a bacterias que afecten a humanos y viceversa. “Son transmisibles de manera horizontal y vertical entre bacterias las resistencias”, explica Ana Molineri, veterinaria y epidemióloga que trabaja en el área de sanidad animal del INTA Rafaela donde se comenzó una investigación para detectar resistencias en los tambos de la zona.
“Nosotros ya trabajábamos en resistencia a antibióticos en patógenos de mastitis, ahora el tema se convirtió en un ‘boom’ a nivel internacional sobre todo por la cantidad de resistencia a antibióticos en humanos”.
Recientemente, se puso el foco en la producción intensiva de animales, donde muchas veces se hace abuso de los antibióticos generando problemas que pueden afectar la salud de animales y humanos en conjunto.
“Hay muchos problemas en salud humana que son conocidos, de casos de personas que se agarran infecciones intrahospitalarias que no se pueden tratar con nada” dijo Molineri y apuntó al mal uso que se hace en nuestro país del recurso: “en el resto del mundo no son de venta libre los antibióticos como acá que cualquiera puede ir a farmacia y comprarlos, esta mucho mas controlado el uso y los mismos médicos no los recetan tan libremente”.
En el caso de la medicina veterinaria, la idea es que se disminuya el uso sobre todo en producciones intensivas como las porcinas y la de aves donde se utilizaban frecuentemente como promotores del crecimiento o para prevenir enfermedades. “En otros países ya se prohibió el uso y en nuestro país se están eliminando de a poco en estas producciones. En bovinos también se han ido restringiendo el uso de algunos antimicrobianos y promotores de crecimiento. En el tambo por ejemplo no se usan estos promotores”, explicó la investigadora.
La investigación
“Nuestra idea es hacer un relevamiento inicial, observacional, para ver como es el estado de situación en producciones lecheras de la zona. El objetivo es cuantificar cuánto antibiótico se usa, tanto para terneros como vacas en producción y evaluar las resistencias que se pueden llegar a presentar”, explicó Molineri. Para esto, utilizaran ciertas bacterias indicadoras como la Escherichia coli que tiene la particularidad de ser transmisible a otras.
Este mes comenzaron los relevamientos a campo, ya se visitaron 59 establecimientos y la idea es llegar a 100. “Queremos e llegar a la mayor cantidad de tambos, por lo menos para este estudio inicial donde tomamos muestras y realizamos encuestas para relevar las prácticas de manejo, que antibióticos utilizan, etc”, manifestó la investigadora y señaló que en este estudio transversal se seguirá a estos establecimientos durante un año, lo que permitirá contar luego con una “foto” de la situación.
Una vez que se tengan los resultados, aclaró Molineri, si bien no se puede hacer una asociación directa de cómo los niveles de resistencia a antibióticos en bovinos pueden afectar a los humanos, es necesario tener en cuenta que si hay presencia de bacterias resistentes en los efluentes del tambo que van al ambiente, existe la posibilidad de que se transmita a bacterias humanas.
La principal utilidad de las conclusiones de la investigación será el posterior establecimiento de las adecuadas medidas de control y estrategias para reducir el uso de antibióticos, si este resulta inadecuado o excesivo. “La idea es volver a los productores con esta información, pero también a los colegas veterinarios que definen las terapias. La tendencia en el mundo es prácticamente dejar de usar antibióticos. Debemos tomar consciencia del riesgo que corremos las personas porque nos vamos a quedar sin tratamientos para nosotros mismos. En salud animal, hay gente todavía en el campo que cree que tirándole antibiótico en el agua al ternero va a crecer mejor, más gordo, y eso no tiene ningún sentido”, advirtió la veterinaria.
Senasa impulsa una comisón para combatir la RAM
La entidad convocó al sector productivo privado y a miembros de entidades públicas nacionales a un encuentro para coordinar acciones conjuntas.
Esta integración busca preservar a los antimicrobianos como herramienta terapéutica tanto para la salud pública como para la sanidad animal, a través del uso racional y prudente de estos productos terapéuticos.
Federico Luna, director de Productos Veterinarios del Senasa, expuso en el primer encuentro que se realizó a finales del mes pasado, los alcances de esta propuesta haciendo hincapié en los principales objetivos y pilares de esta comisión, entre los que destacó a la comunicación y la difusión, que serán discutidos y analizados en las sucesivas reuniones para unificar criterios y aunar esfuerzos.
En la primera reunión participaron representantes y miembros del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), las cámaras argentinas de la Industria de Productos Veterinarios (CAPROVE), Empresas de Nutrición Animal (CAENA), Feedlot (CAF), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Sociedad Rural Argentina (SRA), y del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA).
Además estuvieron la Asociación Argentina de Productores Porcinos (AAPP), Coordinadora Federal de Colegios y Consejos Veterinarios de la República Argentina (FEVA), Grupo de Intercambio Tecnológico de Exportaciones Porcinas (GITEP) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).