Aunque no es un riesgo desconocido para los productores, recientemente se conocieron en la cuenca lechera central del país casos de mortandad de hacienda por intoxicación con plantas de sorgo afectado por el stress hídrico.
Es un riesgo conocido por los productores. Pero la falta de alimento en los establecimientos podría haber sido la causa de una mala decisión en el centro oeste santafesino.
Aunque no es un riesgo desconocido para los productores, recientemente se conocieron en la cuenca lechera central del país casos de mortandad de hacienda por intoxicación con plantas de sorgo afectado por el stress hídrico.
Uno de esos casos, en el centro oeste santafesino, se habría generado ante la desesperación del productor por la falta de forraje a a causa de la sequía, situación que -aparentemente- lo impulsó a pastorear un potrero no apto para el consumo, provocándole la pérdida de casi 40 vacas lecheras.
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El otro, difundido en redes sociales, se habría producido en cercanías de Morteros, provincia de Córdoba.
El ingeniero agrónomo Juan Pablo Arnaudo, asesor del establecimiento santafesino, ubicado en Colonia Aldao, departamento Castellanos, explicó: "era un sorgo que el productor había sembrado con destino a silaje, que por una suma de factores -de calidad de semilla y sequía- no nació como era de esperar; entonces, ante la falta de reservas y de desarrollo de las pasturas, se desesperó". En el lugar, con suelos marginales el sorgo es un recurso más estable que el maíz.
El profesional relató que el tambero consultó si podía pastorearlo y que la respuesta fue negativa, porque podía ser tóxico. Sin embargo, hizo la tradicional prueba -de antaño- de ingresar un caballo para observar si comía o no el sorgo; y al ver que lo comió, ingresó el lote de lecheras.
Como saldo, "se le murieron intoxicadas 38 vacas". Y, por los litros que ordeña el tambo, Arnaudo estimó que ese número quizás fuera la mitad del rodeo. "Un golpe muy fuerte después de una sequía tremenda; ante lo que yo creo que fue una desesperación por la falta de pasto".
Sobre este riesgo en años secos, la ingeniera agrónoma Daniela Faure, extensionista de la Agencia Castellanos de INTA, comentó que el fenómeno se da en gramíneas, por la acumulación de glucosidos cianogénicos que se transforman en Ácido Cianhídrico. "Hubo muchísimos casos de mortandad en la gran sequía de 2008/9", tanto en sorgo comercial como sorgo de alepo, explicó.
Los casos se dan cuando los sorgos tienen más de 20cm de altura. "Siempre que sean años secos, que produce una concentración de la sustancia en la planta; en años normales está (la toxina), pero diluido en el agua que tiene la planta". Y se genera al estar la planta estresada, "entonces se concentra este ácido, que es como una reacción que tiene la planta ante el clima adverso".
Faure detalló que "produce una intoxicación rapidísima; los animales entran al pastoreo y no pasan 5 minutos que el animal se cae y si no le pasan un antitóxico rápido se muere". Contemplando la existencia de ese riesgo "lo recomendable es que los productores larguen una o dos vacas para probar" y contar con el antitóxico a mano por si se requiere administrarlo. "La reacción del animal es rapidísima, de la misma manera que se intoxica y cae, se recupera rápido con el antitóxico",dijo, que se aplica por vena.
Aunque aún no había tenido conocimiento de casos esta campaña, consideró que "con lo seco que está es muy probable que ocurra".
Aclaró que el problema es cuando se pastorea y no luego de ser picado o enrollado, porque el problema se anula al cortar la circulación de la savia. "En 2008/9 no hubo ningún caso por consumo de silo o rollos de sorgos, que sí estaban tóxicos cuando se pastoreaban".