Los molinos harineros dependerán del "sentido común" -dentro de la cadena triguera- para contar con abastecimiento suficiente de cereal, ante una cosecha que se estima un tercio menor que la anterior.
Las Pymes molineras explicaron que si el gobierno no hubiera estimulado la anticipación de ventas del sector exportador (para cobrar retenciones por adelantado) el suministro de cereal no sería "crítico" como en este momento. El "dólar soja" también tuvo un efecto perjudicial.
Los molinos harineros dependerán del "sentido común" -dentro de la cadena triguera- para contar con abastecimiento suficiente de cereal, ante una cosecha que se estima un tercio menor que la anterior.
Además de la sequía, la intervención del mercado por parte del gobierno ha sido clave en la dificultad que hoy tienen las empresas para conseguir mercadería.
"Quiero creer que va a primar el sentido común en toda la cadena y con el gobierno, que interactúa lamentablemente interviniendo, para encontrar la forma de que se puedan renegociar o dilatar los compromisos de la exportación para que exista la mercadería", indicó el director ejecutivo de la Asociación de Pequeñas y Medianas Industrias Molineras de la República Argentina (Apymimra) Oscar Marino.
Tras participar el viernes 21 de octubre en las actividades de la 19° Fiesta Provincial de la Harina en Matilde (departamento Las Colonias), el dirigente comentó a Campolitoral que el sector observa con "mucha preocupación" los problemas de abastecimiento ante una cosecha que apenas llegaría a 15 millones de toneladas de trigo, 7 menos que los 22 de 2021/22.
"Tenemos problemas de abastecimiento en la actualidad, porque quienes tienen cereal lo reserva y no lo ofrece ante la perspectiva de no tener una nueva cosecha "no tenemos tanto carry y la gente no lo está ofreciendo", planteó.
Además, los trigos tempranos que empiezan a aparecer en esta época desde el norte para -por ejemplo- los molinos de Córdoba y Santa Fe "no están llegando, así que está bastante crítico". Influyó, también, el "dólar soja" impulsó a que los productores se hiciera líquidos con la oleaginosa y no precisen vender trigo.
Pero, sobre todo, lo que Marino dejó en claro es que la mayor dificultad se generó ante la decisión del gobierno nacional de abrir el registro de ventas juradas al exterior antes de tiempo para el cobro anticipado de retenciones. "Cuando convivimos en épocas sin intervención, la exportación nunca compró tan anticipadamente a la siembra una cosecha", afirmó. Y explicó que lo habitual siempre fue que, en base a consumo interno y la cosecha proyectada, se negocien los excedentes con la exportación. "Esto es atípico de todos lados", dijo sobre el momento de incertidumbres, y estimó que dependerá de los exportadores "acomodar el tema del trigo". Caso contrario, se debería "importar trigo, sobre lo que no hay mucho ejercicio y pocas experiencias".
Las cuentas indican que el mercado interno, entre molinería y uso propio de semillas, requiere 7 millones de toneladas. Si a eso se suma los 8.9 millones que tienen declarados los exportadores, resulta que la cosecha que se proyecta en torno a 15 millones de toneladas sería insuficiente o estaría muy justa.
Lo que debiera ocurrir, dijo Marino, es que la exportación "si no alcanzan los volumenes; que viera cómo reordenarlo". Lo que normalmente ocurre -añadió- es que la exportación se sobre compra por una cuestión de logística, porque precisa tener el grano físico y luego lo vuelca al mercado interno. "Es una práctica normal, no quiere decir que se necesite un convenio de abastecimiento". Pero este no es un año normal, por el impacto de la sequía y la intervención del Estado.
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