A la sombra de árboles altos, este barrio que supo ser el norte de la ciudad quedó en el centro. Sus raíces ferroviarias pugnan por mantener tradiciones mientras el progreso impone su pulso demográfico y comercial, y altera su tranquilidad.
Un barrio con tradiciones de antaño y vidas apacibles alteradas por el crecimiento demográfico y comercial de la ciudad. Así puede definirse barrio Candioti Sur donde la vida, en los últimos tiempos, se volvió más intensa.
Este sector de la ciudad, se formó a partir de la urbanización de las tierras que pertenecían a don Pablo Marcial Candioti que llegaban hasta la actual calle Balcarce; y la otra extensión que pertenecía a la familia Crespo. Ése fue el impulso inicial de la urbanización de barrio. Sus raíces son obreras, ferroviarias: las primeras familias se radicaron en las cercanías a los talleres de la Compañía Francesa de Ferrocarriles de Santa Fe -hoy Terminal de Ómnibus-. Esto le imprimió un rasgo particular: la estación francesa formaba un enorme paredón -lo llamaban “la muralla china”-, que restringía la conexión de la ciudad y el barrio. Así, sus calles crecieron con una identidad propia: negocios, talleres, “gente de pujanza que le dio una identidad particular”. Lo afirma Miguel Ángel Dalla Fontana, tanto en su rol de historiador como en el de vecino. Es quien reconstruyó esta historia en su libro “Memorias del barrio Candioti Sur”, editado en el año 2000; y vive en esta barriada desde hace 53 años.
A sus ojos, en la historia de Candioti Sur se destacan diferentes hitos. Uno de los mayores cambios fue la urbanización del predio ferroviario en 1981, donde se construyó el Predio Ferial Municipal. Otro, la llegada en la década del ‘90 de las primeras propiedades horizontales. “El progreso avanza, la ciudad necesita crecer, la densidad de población se concentra en los barrios más céntricos de la ciudad y el barrio Candioti es uno de los lugares más elegidos”, sostiene Dalla Fontana.
Transformación
En los últimos años, los vecinos de Candioti Sur se convirtieron en testigos de su transformación, de sector residencial de corte tradicional a un paseo con fuertes rasgos comerciales.
“Indefectiblemente, un sector de Candioti va a terminar convirtiéndose en microcentro”, vaticina Dalla Fontana. Lo argumenta en una cuestión lógica: calle Ituzaingó y Balcarce son corredores de colectivos que antes circulaban por bulevar. A esto suma el cambio de su fisonomía por el desarrollo inmobiliario, la cercanía del barrio con el corredor sur-norte de calle Belgrano y el desarrollo gastronómico de la zona. Quizás el signo más fuerte que lee este historiador es el avance del estacionamiento medido sobre Candioti Sur -previsto por ordenanza municipal desde el centro hasta Marcial Candioti- lo que marca la gran circulación de vehículos. Todos estos elementos “dan una pauta de lo que será el barrio en los próximos años: un pequeño microcentro”.