Hay 19 jugadores con ligamentos rotos: la visión del profesor Signorini
El ex preparador físico de Diego Armando Maradona dio su visión sobre esto que aqueja a muchos jugadores y advirtió también sobre el uso inadecuado del gimnasio. La primera advertencia la lanzó el doctor Batista.
Hay 19 jugadores con ligamentos rotos: la visión del profesor Signorini
A lo largo de la temporada, 14 de los 28 equipos que conforman la Primera División del fútbol argentino sufrieron, al menos, una baja por una rotura de ligamentos cruzados. En este contexto, Olé conversó con Fernando Signorini para entender cuáles son las posibles causas, por qué este tipo de lesiones afectan a los más jóvenes, qué tanto influye el estado de las canchas y cuánto pesa un calendario tan ajustado en el cuerpo de un jugador.
"La función de este grupo muscular es la del freno y es importantísimo porque muchas veces los futbolistas tienen que estar preparados para realizar movimientos que son impensados. En otros deportes podes prever cuándo vas a frenar y en el fútbol no por la misma dinámica del juego", contextualiza el preparador.
Siguiendo la misma línea, explica: "Muchas veces este tipo de lesiones se producen debido a la mala distribución en los esfuerzos porque se tiende a entrenar más los músculos que aceleran. Parece que los futbolistas son coches de alta gama que tienen un gran acelerador pero no tienen freno". Y agrega: "El ligamento se rompe porque el isquiotibial es el principal defensor del cruzado y, al no estar lo suficientemente desarrollado, produce este tipo de lesiones que han vuelto como una epidemia en el fútbol argentino".
Hasta el momento, hay 19 futbolistas afectados pero los clubes que más bajas sufrieron fueron San Lorenzo, Platense, Banfield y Gimnasia, con dos cada uno respectivamente. El Ciclón perdió a Manuel Insaurralde y a Gastón Hernández, el Calamar a Ciro Rius y a Raúl Lozano, el Taladro a Juan Bisanz y a Alejandro Cabrera y el Lobo a Guillermo Enrique y a Ivo Mammini.
Ulises Sánchez, el muy buen jugador de Belgrano que sufrió la rotura de cruzados hace unos días.
Sin embargo, no fueron los únicos: Boca, River, Independiente, Newell's, Belgrano, Godoy Cruz, Atlético Tucumán, Defensa y Justicia, Sarmiento y Central Córdoba también se vieron afectados con la baja de Lucas Blondel, Gonzalo Martínez, Matías Giménez Rojas, David Sotelo, Ulises Sánchez, Tomás Pozzo, Lucas Ambrogio, David Barbona, Federico Paradela y Lautaro Montoya.
El último que se informó es el caso de Gastón Togni, el jugador de Defensa y Justicia. Es la tercera vez que el ex-Independiente, de gran presente en Florencio Varela, sufre una lesión de este estilo con apenas 26 años. En febrero de 2019 y marzo de 2020 también se rompió el ligamento cruzado anterior y debió pasar por el quirófano.
A la espera del parte médico del Halcón, se esperaba que el atacante, que había pedido el cambio frente a Estudiantes por un supuesto esguince, sea operado a la brevedad y comience lo más pronto posible con su recuperación, que ya no demandará seis meses como antes se estipulada, sino alrededor de ocho o nueve, tal como se determinó en el último congreso sobre artroscopías en Buenos Aires.
Otra particularidad es que 10 de los 19 futbolistas afectados tienen 25 años o menos. Por lo tanto, este tipo de lesión sería, en principio, más propensa en personas jóvenes. "A mayor edad, generalmente, los jugadores son más experimentados y regulan mejor los esfuerzos entre partido y partido, saben que hay que dormir bien y alimentarse mejor", reconoce.
Un dato no menor es que en el plano local un futbolista disputa, aproximadamente, un partido cada tres días. "Todo tiene que ver, incluso que los entrenamientos muchas veces son masacrantes. En Argentina todavía se privilegia eso de que si el profe te mata entonces es un fenómeno cuando en realidad, si te mata, es un animal", resalta. En ese sentido, profundiza: "En el atletismo no hay ninguna carrera que se corra para atrás, pero el futbolista cada vez que recibe una pelota tiene, como mínimo, 14 posibilidades. Acá se está confundiendo el entrenamiento de un atleta con el de un futbolista, algo que es totalmente arcaico".
Para cerrar, reflexiona: "El atleta por más que salga último va a ser titular en la próxima carrera, en cambio un futbolista está condicionado por una presión externa: él sabe que si se equivoca probablemente arranquen los insultos y si juega mal a lo mejor no puede renegociar su contrato o es suplente".