El 2023 de la Selección Argentina: nadie se sentó en el sillón del confort, pero hay un DT que duda
Lionel Scaloni planteó interrogantes respecto de su futuro. Algo pasó, algo se rompió o, al menos, se "agrietó". Mientras tanto, el equipo no para de dar alegrías, más allá de esa noche para el olvido contra los uruguayos.
Scaloni, Tapia y la Copa del Mundo. ¿Qué pasó para que el DT campeón manifieste dudas para seguir en el cargo?
No le fue fácil a Menotti después del 78 ni tampoco a Bilardo luego del 86. Menotti tenía un valor agregado inmenso en jugadores como Maradona, Barbas y Ramón Díaz, que se sumaban a aquel equipo que nos había dado la primera estrella. Bilardo planificaba una renovación que a pesar de habernos llevado a la final de Italia '90, ya no tenía el brillo de aquel equipo de cuatro años antes. Todavía no sabemos qué pasará con esta selección de Scaloni. Pero el problema es que tampoco sabemos cuál será el final de esta "película" de intriga que se armó a partir de aquellas declaraciones del entrenador campeón del mundo, planteando dudas respecto de su futuro. Interrogantes que cuesta comprender, sobre todo porque este 2023 ha tenido un desarrollo muy virtuoso, con un equipo que lo que menos hizo, fue aburguesarse.
Argentina arrancó muy bien las Eliminatorias. Y el traspié en la Bombonera ante Uruguay -que planteó un partido extraordinario- fue remediado con ese triunfo fantástico en el Maracaná ante Brasil, batiendo otro récord: Brasil nunca había perdido, como local, un partido de Eliminatorias Sudamericanas.
¿Qué pasó con Scaloni?, ¿cuál es el problema?. Nadie se anima a ser contundente en la respuesta. Es que venía todo bien. Demasiado bien. Pero algo pasó. Y no creo que sea por haberse quedado sin energías, tampoco porque tenga problemas con un grupo muy compacto, sólido y que le profesa una respuesta notable en la cancha. ¿Será con Tapia?, él mismo se encargó de decir que se lleva bien, que la relación "es perfecta". Pero acá hay algo que se rompió. Y que genera dudas en cuanto al futuro.
Para ser claros: Scaloni va a dirigir al equipo en la Copa América de Estados Unidos, entre junio y julio del año que se inicia. Pero eso no es un reaseguro para que siga siendo el entrenador de la selección en el futuro y apuntando al Mundial de 2026.
Dejando de lado este "pequeño gran problema", el proceso de la selección sigue lleno de virtuosismo y la máquina no se detiene. Hay jugadores que pueden estar atravesando una etapa final de su permanencia en el más alto nivel. Dejando de lado a Messi y Di María (que ya anunció su adiós a la selección), podríamos mencionar a Otamendi, pero resulta que mete un frentazo letal ante Brasil y nos da la victoria en el mismísimo Maracaná. Entonces, la conclusión es que estos muchachos siguen con la vara alta y las antenas bien alertas. Si esa es la duda de Scaloni, ya debería estar disipándose.
Es posible que algunos jugadores no estén en su mejor momento. Un ejemplo claro es el de los volantes. Ni Alexis Mac Allister ni Enzo Fernández han sido los mismos del Mundial, en donde brillaron a gran altura. Pero eso no quita que recuperen ese rendimiento. Y hay algunos que vienen empujando de abajo también. Incluso, con una renovación que, a pesar de que hay muchos futbolistas que todavía tienen bastante hilo en el carretel, ya mismo Scaloni la viene haciendo con las convocatorias que realiza, no sólo buscando jugadores jóvenes en Europa, caso Garnacho, sino también con las convocatorias realizadas a futbolistas que están en otros puntos del planeta y que él viene siguiendo, como es el caso de los santafesinos Facundo Farías y Lucas Esquivel.
Messi sigue haciendo historia con la Selección: ahora le propinó su primera derrota como local a Brasil en Eliminatorias, nada menos que en el Maracaná. Detrás suyo, Nicolás Otamendi, autor del único gol del partido.
Este año, Scaloni también se ha dado el gusto de experimentar cosas que por allí no se vieron en el Mundial, al margen de que su abanico táctico en el certamen ecuménico fue bien variado. Por ejemplo, probó con dos "9" por adentro, como Lautaro Martínez y Julián Alvarez. Y si bien el experimento fue de un solo partido y apenas un rato, salió bastante bien. Y es una alternativa para nada desdeñable.
¿Será posible que algo que funciona bien en este país, que despierta alegría y emociones, como es la selección, también se "rompa"? Es la pregunta que todos nos hacemos. ¿Por qué ese "poder autodestructivo" nos lleva a situaciones límites e indeseadas?
Quizás esta situación que Scaloni está analizando, estudiando y, posiblemente, decidiendo, no tenga la profundidad ni tampoco la importancia suficiente como para que su palabra se convierta en una sentencia cuando termine la Copa América del año que viene. Tapia es un gran responsable de que esto no ocurra. Y posiblemente, alguna palabra sabia y tranquilizadora de Messi, lo ayude a evaluar mejor la situación.
Ninguno de sus jugadores se sentó en el sillón del confort. Todo lo contrario. Quieren venir. Al punto tal que estos muchachos cruzan el Atlántico, entran al predio de AFA y se transforman. Se retroalimentan permanentemente y contagian entusiasmo y honor por vestir la camiseta de la selección. Se han instalado nuevos caudillos, como el Cuti Romero. Y si todo sigue funcionando así, seguramente los nuevos rendirán y los que entren, en todo este tiempo que falta para la Copa América, para la continuidad de las Eliminatorias y para el Mundial, también darán respuestas positivas.
Pero es necesario que el conductor esté bien, entero y dispuesto a seguir caminando por esa senda del éxito a la que se abrazó cuando prácticamente nadie confiaba en él. Y la realidad es que hoy, al menos en este fin de año, las dudas superan ampliamente a las certezas.
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