El sábado 23 de noviembre de 2013, el estadio Olímpico de Roma, se enfrentaron Los Pumas ante Italia. Las estadísticas dicen que el seleccionado argentino fue el vencedor por 19 a 14.
El encuentro fue el 22 de noviembre de 2013. En el plantel argentino estaba el santafesino Maximiliano Bustos que le contó a El Litoral su recuerdo de aquella jornada.
El sábado 23 de noviembre de 2013, el estadio Olímpico de Roma, se enfrentaron Los Pumas ante Italia. Las estadísticas dicen que el seleccionado argentino fue el vencedor por 19 a 14.
En ese contexto, un día antes, ambos equipos fueron recibidos por Jorge Bergoglio, el Papa Francisco, que había asumido a su cargo ocho meses antes.
Uno de los testigos del encuentro, fue el santafesino Maximiliano "Chinchu" Bustos, quien por aquel entonces era elemento titular en el equipo que conducía el tucumano Daniel Hourcade.
El cónclave ocurrió en la sala Clementina del Vaticano. “El rugby es un deporte muy simpático y los veo así porque es duro, hay mucho contacto físico, pero no hay violencia sino gran lealtad y respeto. Este deporte es una representación del equilibrio entre el grupo y el individuo ya que hay acciones en las que participa todo el equipo, como las famosos scrums y además acciones individuales”, comentó Francisco respecto al deporte de la ovalada.
“Fue una experiencia hermosa, me acuerdo como si fuese ayer”, recordó el ex jugador de Los Pumas. “Tuvimos una misa con el seleccionado de Italia y después cada uno pasó a saludarlo. Me acuerdo patente que le desee muchas fuerzas porque la Iglesia no estaba pasando un buen momento”, contó.
Así mismo expresó: “Yo estaba en Francia con mi familia cuando se lo nombró Papa y con mi señora lo celebramos como si fuese un mundial. Fue una emoción enorme y un tiempo después estar frente a frente con él fue algo muy lindo”.
“Fue una de las experiencias más lindas que me tocó vivir con el deporte. No me lo voy a olvidar nunca”, cerró el santafesino.
En el plantel de aquel entonces, el capitán de Los Pumas fue el santiagueño Juan Manuel Leguizamón. En aquel entonces, el tercera línea dijo: “Fue algo muy fuerte. Ver al Papa, estar a su lado, darle la mano y hablar al menos dos palabras fue algo increíble, inolvidable e inigualable. Lo disfrutamos mucho todos. Nos sentimos muy afortunados y privilegiados de estar acá, en su casa, visitándolo. Que él nos haya abierto las puertas es algo único”.