(Enviado Especial a Doha, Qatar)
Se enfrentaron en 1974, en el debut de Argentina en el Mundial de Alemania y ganó Polonia 3 a 2. En el 78, Kempes hizo de todo para que la selección de Menotti arranque con pie derecho en Rosario.
(Enviado Especial a Doha, Qatar)
Aquéllos eran procesos plagados de sobresaltos, incertidumbres y desprolijidades. La selección había clasificado para Alemania de la mano de Enrique Omar Sívori, dejando en el camino a Paraguay y a Bolivia. En La Paz, la selección “fantasma” (estaba un joven Mario Kempes en ella), había ganado un partido que el técnico consideraba clave. Miguel Ubaldo Ignomiriello había preparado aquél equipo, pero cuando llegó el momento de armar los 11 titulares, Sívori resolvió no dejar afuera a jugadores que consideraba esenciales, por más que no se hubieran adaptado a la altura. La AFA, entonces, estaba intervenida y Sívori, por desaveniencias que en ese momento eran lamentablemente normales y habituales, resolvió renunciar.
La selección fue al Mundial de Alemania con un equipo de muy buenos jugadores. Carnevali, Wolf, Pancho Sá, Heredia, Brindisi, Telch, Babington, Houseman, Yazalde, Mario Kempes, entre otros, formaban parte de un plantel que tenía mucha calidad individual pero que no funcionó como equipo. Polonia comenzó a convertirse en la sorpresa de aquél Mundial (terminó tercero) y Argentina, que arrancó perdiendo 3 a 2 con los polacos, luego empató con Italia en un partido en el que Perfumo tuvo la desdicha de convertir un gol en contra y René Houseman la “rompió”.
¿Qué pasó entonces?, que Quique Wolf, años más tarde, admitió que la selección juntó 25.000 dólares para incentivar a Polonia para que le gane a Italia, cosa que aconteció. Y Argentina debía vencer por una diferencia mínima de tres goles a Haití, cuestión que también pasó. Y así fuimos a la segunda fase, donde Holanda (la Naranja Mecánica de Joahn Cruyff) nos pasó por arriba, también perdimos con Italia y apenas pudimos empatarle a Alemania Democrática en el tercer partido, con Fillol debutando en partidos mundialistas.
Cuatro años después, Argentina fue segunda en el grupo y tuvo que ir a jugar la segunda ronda a Rosario. Primer partido, contra Polonia. Mario Kempes abrió la cuenta luego de una notable jugada personal de Ardiles y, en el complemento, aumentó con un hermoso gol de cabeza jugando al anticipo. No fue lo único que hizo Kempes, porque “a lo Fillol”, voló y sacó, con la mano, una pelota que se metía en el arco argentino. En ese momento no había tarjeta roja por último recurso (hoy habría sido inapelablemente expulsado) y Fillol le debuto el remate desde los doce pasos a Deyna.
Aquella noche en el Gigante de Arroyito, Kempes jugó de “9” porque Leopoldo Luque todavía estaba recuperándose de la fractura en el codo, además de haber recibido –la noche de la victoria ante los franceses- la noticia de la muerte de su hermano. Kempes fue “9”, aunque era sabido que su puesto era el de toda la cancha.