Euforia y desahogo con la victoria argentina en un bar de Rosario
Los dos goles del seleccionado nacional y el triunfo ante Polonia llevaron alegría a los televidentes que siguieron el partido en un lugar conocido de esta ciudad. Los parroquianos no se guardaron nada a la hora de celebrar el par de tantos que pone a Argentina en octavos de final.
En Rosario, como en todo el país, el partido se vio en la mayoría de los hogares y en bares.
“¡Vamos Argentina!”, grita desaforado un hombre joven que lleva un gorro albiceleste y una musculosa negra de básquet con las letras “ARG” en el centro de Rosario. Final feliz para la fase de grupos de Argentina en la Copa del Mundo de Fútbol de Qatar 2022. En Rosario, como en todo el país, el partido se vio en la mayoría de los hogares y en bares. Caras de satisfacción, algunos bocinazos y alegría, aunque no desmedida, por la victoria 2-0 ante Polonia. El seleccionado de Lionel Scaloni sigue adelante.
A las 15.30, el centro de la ciudad más poblada de la provincia parecía de un miércoles normal. Aunque a esa hora se empezaron a ver las primeras camisetas nacionales. De gente de todas las edades. Desde niños muy pequeños hasta adultos mayores. Ya a las 15.50 la urbe se paralizó. Aunque no pareció un día de semana a las 3.30 cuando la inmensa mayoría duerme y las calles quedan totalmente desiertas, sí lucía como un domingo a primera hora con muy poca gente caminando y los colectivos vacíos.
El bar de la esquina de Presidente Roca y Santa Fe se llenó de gente para ver a la selección. En su mayoría, chicos jóvenes que buscaron un lugar distinto para observar el encuentro. El bar no es temático de fútbol ni de deportes. Está adornado con fotos de Charly García, Fito Páez, Andrés Calamaro. También cuadros grandes de Kurt Cobain, Amy Winehouse y Madonna. Y una foto famosa con seis mujeres desnudas con sus cuerpos pintados con las tapas de seis discos de Pink Floyd. Pese a la onda rockera, el bar se transformó en una tribuna pequeña de fútbol. Es que en los ’90 ese mismo lugar era una referencia para ver los partidos codificados de primera división y estaba repleto de camisetas y referencias futbolísticas.
Los parroquianos de a poco fueron dándole color al lugar. Primero con aplausos para el ingreso del seleccionado albiceleste y luego con las reacciones por las jugadas en ataque del conjunto de Scaloni.
El penal cobrado a los 37 minutos se festejó y se esperaba lo mejor, pero el guardavalla polaco Wojciech Szczesny desvió el disparo de Lionel Messi con maestría. Los gritos agudos de las mujeres se hicieron sentir para reflejar la frustración de no poder cantar “gol”. Szczesny se lucía y aparecían los comentarios. Alguien dijo al verlo: “Es una pared. No es un arquero”. Terminó el primer tiempo con conformismo de la gente pese a que los albicelestes contaron con grandes ocasiones y no pudieron anotar.
La segunda parte comenzó de manera explosiva con el gol de Alexis Mac Allister a los 46. El grito de gol fue unánime y sentido. Allí aparecieron las primeras canciones de cancha como el clásico “Vamos, vamos Argentina” y el más nuevo “Vamos, vamos selección”.
El segundo de Julián Álvarez se gritó con más ganas aún porque implicaba prácticamente el triunfo asegurado aunque iban 66. Alaridos por doquier y sin inhibiciones. La llegada de la euforia. La alegría empezaba a aflorar y la derrota ante Arabia Saudita quedaba sepultada con el tanto del delantero del Manchester City al ángulo superior derecho del arco del combinado europeo.
Más tarde, una mujer pasó por la vereda del bar y observó el resultado del partido sin darle demasiada importancia. Adentro, todo fue alegría, risas y satisfacción. La salida de Mac Allister se recibió con aplausos. El nacido en Santa Rosa fue clave para que Argentina consiga tres puntos al anotar al comienzo del complemento.
Más palmas tras el pitazo final. Sonrisas. Inmediatamente después del partido, la calle volvió a su tránsito habitual, pero esta vez con la gente contenta. Un grupo de chicas festejó en un balcón cantando el himno argentino. El seleccionado nacional llega a octavos de final y esquiva a Francia. El rival, Australia. Por más de 100 minutos todos los problemas quedaron atrás.