Domingo 3.4.2022
/Última actualización 12:31
Sebastián Dubarbier nació en La Plata, arrancó su carrera como jugador en Gimnasia, pasó más de diez años en el fútbol europeo y cuando retornó a la Argentina, vistió las camisetas de Estudiantes y Banfield. Era lateral izquierdo, pero al margen de jugar al fútbol, en él subyace desde siempre una fuerte inclinación por la música. Como pasó con otros futbolistas, caso Daniel Osvaldo o con ese enorme tenista, ícono del deporte argentino, como Guillermo Vilas, el hobby dela música se fue convirtiendo en un objetivo a mediano plazo y pasó a ser la razón de vivir cuando el otrora jugador decidió colgar los botines y olvidarse de las concentraciones y los entrenamientos.
Sebastián Dubarbier, hoy, es músico. Y así le gusta que lo reconozcan. "Encajo más como músico y compositor que como ex jugador", dice con toda seguridad.
-¿Disfrutaste tus tiempos de jugador?
-Disfruté mucho en todo momento. En Rumania, por ejemplo, jugamos Champions. Y luego, los tres años en Almería fueron muy buenos, ahí rendí muy bien. En Argentina jugué muy poco, no sé si por suerte o por desgracia, pero estuve más de diez años afuera y es posible que muchos no me recuerden. En Estudiantes me acomodé bastante, pero no lo disfruté tanto como cuando estuve afuera.
-¿Cuáles son los recuerdos de clubes o rivales a los que enfrentaste, por ejemplo jugando la Champions League?
-Me tocó enfrentar al Chelsea y la Roma, por ejemplo. Fue shockeante enfrentar a esos monstruos que veía cuando era chico.
-¿Te "paraste" económicamente?
-No te "para" nada en la vida, porque si lo hacés, te vas muriendo. Siempre hay que hacer cosas, siempre hay que estar moviéndose. La música me mantiene y me ocupa, al margen de que me gusta mucho.
-Vilas lo tenía como su hobby y hacía música mientras jugaba. ¿ Vos también?
-Empecé a los 20 años, cuando me compré mi primera guitarra. Y a los 24 o 25 empecé a escribir como terapia. Es una faceta personal que me sirve muchísimo. A los 30 años, ya tenía mucho material, me sentía confiado y quería hacer esto. Y después de la pandemia, con 34, me metí con todo y a producir mi primer disco.
-¿Tocabas en las concentraciones?
-No. Ante todo el respeto a mis compañeros. En la época de Banfield, con Jonás Gutiérrez y Daniel Osvaldo, aprobechaba para llevar la guitarra y nos poníamos a tocar. Dani Osvaldo se dedica desde hace muchos años y fue lindo compartir con él. Además, tiene experiencia en música y eso me ayudó también.
El Litoral Ya en la parte final de su carrera, le tocó ponerse la camiseta de Estudiantes. Antes había usado la de Gimnasia, club en el que arrancó.Ya en la parte final de su carrera, le tocó ponerse la camiseta de Estudiantes. Antes había usado la de Gimnasia, club en el que arrancó.Foto: El Litoral
-¿Te gusta más la música que el fútbol?
-Son cosas y etapas diferentes. El fútbol, en algún punto, con competición al máximo, es estresante y cansa. No creo que me pase con la música. Es un hobby y tocarla es placentero. El fútbol, con tantos entrenamientos, llega un punto que te cansa. Y eso fue lo que me ocurrió con el paso del tiempo.
-¿Sentís la misma adrenalina en el escenario que cuando entrabas a la cancha?
-Al principio, en el fútbol, estaba nervioso y después se hizo rutinario. En un escenario te sentís mucho más observado, es más difícil. Todos te miran a vos… En el fútbol somos algunos más para mirar...
-¿Algún referente en la música?
-De chiquito, allá por el 92, a los 6 años, lo primero que escuché fue Fito Páez, soy fanático de él. Luego, mucho rock nacional… Los Guasones, Las Pastillas del Abuelo, Los Redonditos… Y de los de afuera, los Rolling Stones.
-No, hago los temas míos… Escribir es una terapia, como te dije. No tengo una obligación de escribir, me sale naturalmente. Mi plan de discos lo tengo en mente, los tres o cuatro primeros discos ya los tengo porque escribo sobre mi vida. Es decir, utilizo mi vida y las cosas que me pasaron, para inspirarme y escribir.
-¿Cuál era tu ídolo de futbolista?
-Casi todos éramos de Racing en mi casa; o de Estudiantes. Siempre me gustó y admiré al Mago Capria.
-¿Sabés que jugó en Unión?
-¡Por supuesto!... Siempre seguí de cerca la carrera del Mago... Un gran jugador.
-Cuando jugaba al fútbol vivía el día a día, disfrutaba de cada cosita, cada paso. En cuanto a la música, quiero llegar lo más alto posible.
-A ver... Quiero ser bien claro para que se entienda: cuando tenía que "estudiar" a mis rivales, me entregaban en bandeja los informes y sabía a quién iba a enfrentar... Yo sabía, por ejemplo, los "monstruos" que me tocaba enfrentar, sobre todo cuando jugué la Champions League... Peo no me volvía loco con los nombres... Nunca me inhibí por enfrentar a grandes monstruos y creo que eso jugó a favor mío. Yo sabía las características de los rivales, pero no veía partidos de fútbol, sólo estudiaba al rival que iba a enfrentar. Y todos esos detalles, los técnicos de turno me lo entregaban servido en bandeja.
-¿Contacto con algún músico?
-Hay un amigo, el Turco Andula que toca en La Medianera, una banda de La Plata. El me ayuda mucho. Distinto al fútbol, ir a ver y escuchar bandas, me encanta.
-¿En qué te inspirás cuando escribís?
- Como te decía, lo que escribo es mi vida, cosas personales, intento no decirlas literalmente pero utilizando muchas metáforas para desviar y que cada uno la interprete como quiera. Me encanta escribir y por eso ya tengo la letra de los temas que voy a componer.
-¿Te tocó marcar a Messi y a Cristiano Ronaldo?
-Messi es más complicado, Ronaldo es más potente. A mí me iba mejor con esos jugadores que te la tiran larga porque me gusta correr, entonces esperaba eso. Con Messi no sabías. Lo mismo con Xavi e Iniesta. Cristiano jugaba más por el otro lado, por el izquierdo del ataque suyo. Los dos son número uno, jugadores distintos ciento por ciento. Pero hubo otros que realmente me sorprendieron como Drogba o Totti, pero diferentes a ellos.
Sebastián Dubarbier tiene 36 años, arrancó su carrera en Gimnasia y Esgrima La Plata, en 2006, luego pasó por Olimpo de Bahía Blanca y desde allí inició su derrotero internacional: Cluj de Rumania, Lorient de Francia, Tenerife de España, Córdoba de España, Almería y luego el regreso a la Argentina para jugar en Estudiantes, otra vez España para militar en Deportivo La Coruña y el regreso a nuestro país para ponerse la camiseta de Banfield en el 2019-2020, sus últimos años en el fútbol.