(Enviado Especial a Salvador de Bahía, Brasil)
Marven Miño le dijo a El Litoral que “es un jugador torpe, malo individual y colectivamente y con un grave defecto: se cree el mejor zaguero del mundo”. También habló de Comesaña: “Tranquilamente podría escribir un best seller contando cómo hay que dirigir a Junior. Me sorprendió que haya ido a Colón a los 71 años”.
(Enviado Especial a Salvador de Bahía, Brasil)
Los aeropuertos y los aviones son un buen tester para saber dónde se está parado. Por ejemplo, la marea argentina en Brasil y Rusia en los últimos mundiales fue evidente y grandilocuente. El día del partido en San Petersburgo contra Nigeria, la sorpresa fue de extraños y también de propios. Pocos imaginaban ver a tantos argentinos en un estadio. A la postre, fue el único partido que ganamos. Pero como les decía, los aeropuertos y los aviones son una buena medida y, la verdad, se han visto más colombianos que argentinos. Y no es para menos. Los colombianos son muy seguidores –en Rusia también se vio- y esta selección de Queiroz los entusiasma. Además, y en contrapartida, nosotros venimos mal en todo: en la cancha y en el bolsillo. Conclusión: no es difícil darse cuenta de que esta vez hay razones suficientes como para pensar que no seremos tan locales como en otras ocasiones.
Pero no es este el punto central de esta nota, sino charlar con gente que de esto sabe y mucho. Esos periodistas que nos cruzamos en cada acontecimiento internacional y en este caso, con un hombre como Marven Median Miño de la cadena RCN, que fue contundente con Angel Cadavid y Julio Comesaña, el zaguero y el entrenador que llegaron a Colón, junto a Morelo y Celis, a principios de este año.
-¿Te llamó la atención que un técnico como Comesaña haya durado apenas cinco partidos en el fútbol argentino?
-Lo que pasa con Julio es único en el mundo. El tiene un nicho, su sitio en Barranquilla. El dirigió nueve veces a Junior y soy uno de los sorprendidos cuando el año pasado, después de ganarle a Independiente Medellín en el Atanasio Girardot, anunció su retiro y que se iba a dirigir a Santa Fe. Yo sigo el fútbol argentino y la verdad es que no lo veía para triunfar en Santa Fe. Pero lo que me llamó la atención fue cuando anunció que se llevaba a Cadavid, que es un desastre terrible de jugador.
-¡Epa!... ¿Para tanto?
-Si Julio se hubiese llevado a los dos centrales de Junior, vaya y pase, porque son jóvenes y con proyección. Pero a este muchacho, no. En Millonarios fue un desastre y en todos los equipos que jugó también fue un desastre. A mi no me sorprende que a Cadavid le haya ido mal porque los malos jugadores son malos aquí o en la luna.
-¿Celis y Morelo?
-Celis es un buen jugador y para estar aquí en la Copa América. Y Morelo es un jugador valiente, que se entrega en cada ataque y que cuando puede entrar en el funcionamiento de un equipo, termina rindiendo. Por cada club que pasó en el fútbol colombiano, hizo goles. Por eso, le tengo fe que lo logre en Colón aún a sabiendas de que a los delanteros colombianos les cuesta triunfar en la Argentina.
-Fuiste contundente con Cadavid. ¿Te sorprende que haya ido a jugar a la primera categoría del fútbol argentino?
-Absolutamente… Te voy a contar algo: cuando Jorge Luis Pinto llega a Millonarios, lo primero que dijo fue “no cuento con Cadavid”. ¿Por qué?, porque vio los videos. Miguel Angel Russo le dio mucha autoridad en la defensa y le fue mal, porque es un jugador desordenado en lo táctico, aparatoso y tiene un gravísimo problema: se cree que es el mejor central del mundo. Y así es difícil meterlo en un esquema. Yo conozco jugadores discretos que saben amoldarse a un sistema, que son ordenados y se arropan. Cadavid no es bueno ni en lo individual ni tampoco en lo táctico, en lo colectivo. Es lento, torpe de movimientos, a mí me sorprendió. Y en mi espacio lo dije: Comesaña se lleva a Cadavid: ni Julio dura ni Cadavid tampoco. No me equivoqué, a Julio lo echaron a los cinco partidos.
-Comesaña no es un amplio conocedor del fútbol argentino, pero en Colombia y sobre todo en Junior, es un hombre de gran respeto. ¿Te sorprendió su fracaso en mi país?
-Jamás creí que Julio vaya al fútbol argentino, porque él aprecia a Barranquilla y cuenta con el aprecio de su gente. Lo quieren de verdad en Barranquilla. En Junior ha cubierto crisis y ha salido campeón. Pero tiene 71 años, vive tranquilo y hasta creo que debiera escribir un best seller que se llame “Cómo dirigir al Junior”, y resulta que deja esa tranquilidad para irse. No me cierra. Por Junior pasó Jorge Luis Pinto, Alexis Mendoza, Alberto Gamero, Alexis García y Suárez, un técnico mundialista que duró dos meses, y con ninguno pasó nada y son grandes técnicos. Comesaña sabe cómo hay que dirigir a Junior.
-¿Qué puede pasarnos a ustedes y a nosotros en esta Copa?
-Queiroz recibió la base que dejó Pekerman y que es buena, pero se sumaron jugadores de números impecables como Zapata, que lo hizo todo con Atalanta hasta llevarlo por primera vez a una Champions. Pero que no lo pudo demostrar hasta ahora con Colombia. Este técnico gusta del 4-3-3, suelta a los jugadores y creo que está igual que todos. Fijate que Bolillo Gómez la pasa horrible con Ecuador, Rueda la pasa mal con Chile, los peruanos no son los mismos de las Eliminatorias del Mundial pasado, Argentina es Messi y algunos más, Brasil se somete al escándalo de Neymar. Por eso, después de la primera fase veremos cómo se acomodan y juntan las ideas.
-¿Te ha gustado Santa Fe cuando la visitaste?
-Muchísimo. He comido en el único restaurante del mundo donde uno puede comer pescado como si estuviese comiendo en un rodizio en Brasil. Ese Quincho de Chiquito es único e inolvidable para mí. Y al lado está uno de mis grandes ídolos de toda la historia, como es Carlos Monzón y su estatua. La he pasado muy bien cuando he ido a tu ciudad en partidos de Copa Libertadores o Sudamericana y la verdad es que para mí, Santa Fe tiene algo muy especial por Monzón y por ese Quincho de Chiquito que es increíble.
A esto lo dice alguien que conoce a fondo el fútbol colombiano y que no anda con pelos en la lengua. Y deja una sentencia para el final: “En Medellín se dice que Independiente lo tiene apuntado a Cadavid. La verdad que no entiendo nada”.
Cambios
La selección no tiene un bunker, sino que para en los hoteles que la organización ha puesto a disposición. En esta calurosa Bahía lo hace en uno que queda cerca del aeropuerto, sin lujos y compartiendo con la gente. “Leo desayuna en medio del resto de los huéspedes y se prepara, todos los días, para sacarse cien fotos”, le comentan al enviado de El Litoral. De todos modos, nadie se ha quejado y parece que, en ese aspecto, soplan vientos de cambio en nuestra selección.