El trágico e inesperado final del boxeador argentino más grande de todos los tiempos
Fue la tarde del domingo 8 de enero de 1995, cuando en la Ruta Provincial Nro 1, Teófilo Modrejón, a los 52 años, el ex campeón mundial de los medianos, quien se retiró invicto, se mató en un accidente automovilístico.
El trágico e inesperado final del boxeador argentino más grande de todos los tiempos
Se conmemora hoy el vigésimo noveno aniversario del trágico fallecimiento de Carlos Monzón, el mejor pugilista argentino de todos los tiempos, en un fatal siniestro acontecido el domingo 8 de enero de 1995, aproximadamente a la hora 18, en la ruta provincial N° 1 "Teófilo Madrejón", a la altura del paraje Los Cerrillos, cuando contaba con 52 años de edad.
La última foto del ex campeón. En el camping de Cayastá, junto a uno de sus tantos admiradores y su hijo. Archivo El Litoral
El trágico suceso automovilístico tuvo lugar en una recta de dicha vía de comunicación, a unos 10 kilómetros de la localidad de Santa Rosa de Calchines, ubicada a unos 50 kilómetros de nuestra ciudad. El Renault 19, dominio B-2.705.703 de color gris que conducía el malogrado ex campeón mundial de la división mediano, volcó cuando perdió el control, presuntamente luego de haber mordido la banquina, tras siete tumbos.
El cuerpo de Monzón presentaba un gran hematoma en la zona del cuello, lo que hacía pensar que el ex campeón mundial de boxeo se desnucó.
La noticia causó estupor y conmocionó al universo por la desaparición del incomparable monarca de la categoría mediano, quien reinara por espacio de casi siete años.
El inolvidable campeón regresaba desde la localidad de Cayastá, donde había disfrutado de libertad -desde las 20 del viernes 6 de enero de 1995 hasta las 20 del domingo 8- y se dirigía precisamente de la casa de campo de su amigo Motura -donde habían almorzado un cordero asado- a la Unidad Penitenciaria N° 2 de Las Flores, donde estaba detenido. En febrero de ese fatídico año se iban a cumplir las tres cuartas partes de la pena e iba a quedar en libertad condicional.
Incomparable campeón
Cabe señalar que el boxeo de Monzón no seducía a las multitudes, entre 1963 y 1974, "Escopeta" Monzón combatió 30 veces en el Luna Park; nunca pudo llenar al Palacio de los Deportes de Corrientes y Bouchard, ni siquiera en las tres defensas de su título ante Emile Griffith (1971) de las Islas Vírgenes, Bennie Briscoe (1972) y Tony Mundine (1974).
El pupilo de Amílcar Oreste Brusa peleaba para él; su estilo no se nutría de sutilezas; era absolutamente personal, pero contundentemente positivo; su único objetivo era triunfar y lo conseguía casi siempre. Concretaba cuatro o cinco cosas sobre el cuadrilátero, pero ¡qué bien que las hacía!, extendía su izquierda para mantener a raya a sus oponentes, les aplicaba la derecha en directo o cruzada a la cabeza y con eso y con los ganchos que colocaba al hígado, listo, demolía y levantaba los brazos.
Impresionante. Miles de personas en la puerta del Cementerio Municipal esperando la llegada del féretro de Carlos Monzón. Archivo El Litoral
Además Monzón siempre pegaba parado, avanzando por el centro del ring o en repliegue, en forma fantástica, era único en el encordado, incomparable.
Pascualito Pérez, el "León Mendocino", el campeón olímpico, llevó sus victorias por Latinoamérica y Asia; en cambio, Horacio Accavallo y Nicolino Lcche se hicieron fuertes defendiendo el cinturón en Buenos Aires; a su vez, Monzón paseó el boxeo argentino por los rings de Europa y en menor medida por EE.UU..
Ídolo en el viejo mundo
"Escopeta" Monzón fue ídolo en Europa, invitado siempre a las ceremonias, admirado como hombre y campeón. En la actualidad se respeta su nombre en Estados Unidos y se lo incluye junto con "Mano de Piedra" Durán, Julio César Chávez y Alexis Argüello, entre los más importantes del boxeo latinoamericano de todos los tiempos.
Brusa
Sin duda alguna, el sanjavierino forma parte de la mejor historia del boxeo del mundo. Sin embargo, acataba todas las órdenes e instrucciones del adiestrador, Amílcar Oreste Brusa, sólo ante el grandote conductor, Monzón se sintió obligado a la obediencia.
Amílcar fue el único límite, de un hombre sin límites, el autor de un boxeador irrepetible. Si Brusa por ejemplo, le decía que una concentración para una pelea por el título empezaba el domingo a las 22.30, "Escopeta" llegaba a las 22 aunque estuviese haciendo eses con las piernas.
Asimismo, si en el gimnasio Brusa lo obligaba a repetir 10 veces una combinación de manos, el inolvidable monarca acataba la orden de su técnico sin quejarse.
Con sus amigos
En las charlas amenas con sus amigos en el Bochas Club "Los 40", en el bar La Serrana (su única esposa, Mercedes Beatriz "Pelusa" García, lo llamaba "La Facultad") y en el Club Río de Janeiro, en el barrio Barranquitas, contaba y se posesionaba cuando recordaba la conquista del Cinturón "Eduardo Lausse" ante Carlos Salinas y los triunfos ante Jorge José Fernández, en el Luna Park, consiguiendo los títulos argentino y sudamericano de peso medio; el fantástico nocaut ante Giovanni Benvenuti conquistando el cinturón ecuménico y el desquite ante "Nino", y las victorias frente a Emile Griffith, Denny Moyer, Jean Claude Bouttier, Tommy Bogs, Bennie Briscoe, José Ángel "Mantequilla" Nápoles, Tony Mundine, Tony Licata, Gratien Tonna y Rodrigo Valdez, respectivamente, cuando se paralizaba el país y luego la gente festejaba sus éxitos en las calles de cada ciudad o pueblo de la Argentina.
Etapa final
La desgracia de Monzón se inició a partir de la madrugada del 14 de febrero de 1988, en el chalé de calle Pedro Zanni 1567, en el barrio residencial de La Florida de Mar del Plata, donde tras una discusión del ex monarca con su anterior pareja, la modelo y vedette uruguaya Alba Alicia Muñiz Calatayud, nacionalizada argentina, cayeron ambos de 3,70 metros de altura, la mujer murió en el acto y el natural de San Javier sufrió fracturas en la clavícula izquierda y de la quinta costilla, lado derecho.
Tras un intenso y activo juicio, el Tribunal lo condenó a Monzón a 11 años por homicidio simple, siendo alojado en las instituciones penales de Batán y Junín, en la provincia de Buenos Aires y en la Cárcel N° 2 de Las Flores de esta capital.
El accidente
El más grande boxeador argentino de todos los tiempos viajaba acompañado por su amigo, el empresario Gerónimo Motura, de 60 años, quien también falleció en el suceso; y una mujer, su cuñada Alicia Guadalupe Fessia, de 35, quien en un primer momento se encontraba herida en el hospital de emergencias "Dr. José María Cullen", recuperándose en los días siguientes de las lesiones recibidas.
"Carancho" López: un fiel amigo de la adolescencia
Ese domingo fatal, Hernán Aníbal "Carancho" López, el fiel amigo de la adolescencia de "Escopeta" Monzón, se había dormido y llegó tarde a la sede del Bochas Club "Los 40", en calle Pavón 5338, al mando de la camioneta F-100, de color crema.
Un grupo de asociados de la entidad, quienes se entretenían jugando a las bochas le indicaron que sus amigos y una familiar de Monzón, habían partido con destino a Cayastá en el Renault 19, color gris, acompañado del empresario Gerónimo Motura y su hermana política, Alicia Fessia, donde estaba previsto un almuerzo de camaradería en la casa de fin de semana del presidente de la citada entidad deportiva.
"Carancho" López cumplió hace pocos días, 84 años, había nacido en esta capital el 27 de diciembre de 1939, hijo de Claudia Paulina Filucco y de Abel Mercedes López, quien prestaba servicios en la Unidad Penitenciaria N° 2, en el barrio de Las Flores.
La amistad se originó cuando Monzón vendía diarios y lustraba zapatos frente a la Sociedad Rural de Santa Fe y "Carancho" trabajando en Vialidad Municipal reparaba el pavimento en bulevar Carlos Pellegrini, con muchos baches, con personal a su cargo.
En los campeonatos infantiles Evita, en la década del '50 del siglo pasado, "Carancho" López integraba el equipo de Independiente del barrio Piquete Las Flores, que dirigía el destacado centromedio Ricardo Pacífico Ramírez (Rosario Central y Colón), donde actuaba también el "Tula" hermano del mediocampista, quien luego fue artillero en Almagro, en Primera "B" al lado del notable goleador Planissi.
Además con Monzón jugaban en los torneos libres en las desaparecidas canchas del norte de la ciudad de Santa Fe, entre ellas, Zurita, Colegio Don Bosco, Argentino de esa zona, Federal, Sideral, Presidente Perón, Granaderos, Armonía, River Plate, etc.
La amistad entre ambos se prolongó en las reuniones entre amigos, en las distintas épocas, en las instalaciones del Bochas Club "Los 40" (fundado el 28 de diciembre de 1955) en Pavón 5338, donde también frecuentaban Juan Venezia, Gerónimo "Gringo" Motura, Hugo Agüero, José Beretta, "Hormiga" Gómez (hermano político de "Escopeta"), Hugo Cagnelli, entre otros.
"Yo me paré en el lugar del accidente... Es una recta infinita que se pierde en el horizonte... Se dijo que habían parado a cambiar combustible, que habían tomado una cerveza y que habían cargado todo el gasto a la organización que se encargaba de la custodia de Carlos, ¿verdad?... Carlos tenía salidas asistidas, no andaba solo... Pero a Carlos lo levanta un veterinario, ni siquiera un médico... Yo ví el auto de Carlos... Esto que voy a decir es la primera vez que lo digo y lo hago en homenaje al amigo, porque es lo que siento: lo de Carlos no fue un accidente... A esa hora de la tarde no podía estar borracho... Carlos era una esponja, no se emborrachaba con seis cervezas ni con una botella de whisky... El manejaba bien... Si vos me decís que fue a la salida de una curva, pero en una recta…" Francisco Costanzo - Amigo de Carlos Monzón, en una entrevista a El Litoral el 15 de noviembre de 2020
Hernán López en el ámbito de la Liga Santafesina de Fútbol, jugaba en Independiente y en 1965 lo cedió en calidad de préstamo a Colón, siendo suplente en varias ocasiones, pero no llegó a actuar en el campeón de primera "B", desempeñándose en el equipo local liguista.
El día del trágico suceso (8 de enero de 1995), "Carancho" iba en el auto guía a unos 100 metros aproximadamente delante del Renault 19 guiado por Monzón.