El 16 de julio de 2022 no será un día más en la historia del rugby chileno. Incluso, también será una fecha recordada por toda la comunidad de la ovalada en Sudamérica.
El santafesino es parte del staff técnico de los "Cóndores". Luego de vencer a Estados Unidos días atrás, obtuvieron por primera vez en la historia, su pasaje para disputar el Mundial del año que viene.
El 16 de julio de 2022 no será un día más en la historia del rugby chileno. Incluso, también será una fecha recordada por toda la comunidad de la ovalada en Sudamérica.
En esa inolvidable jornada, los "Cóndores", el seleccionado nacional de rugby de Chile, venció, tras una épica remontada, a Estados Unidos por 31 a 29. De esa manera, los trasandinos se clasificaron por primera vez en la historia a un mundial, y estarán presentes en Francia 2023.
El staff técnico chileno es encabezado por el uruguayo Pablo Lemoine, y dos de sus ayudantes son argentinos. Uno de Rosario: Federico Todeschini; el otro de la capital santafesina: Nicolás Bruzzone. Nació rugbísticamente en Universitario y que tuvo una larga trayectoria en el seleccionado de Seven.
Luego de unos días de arribado de Estados Unidos, y respetando el tiempo lógico para disfrutar de su familia (recientemente agrandada), El Litoral se comunicó con Bruzzone para saber algunos detalles más de lo vivido junto al seleccionado "Rojo".
- ¿Podrás hacer un pequeño resumen de los partidos con Estados Unidos?
- El primero fue algo raro para los dos equipos por las condiciones del día, la cancha, la ansiedad, los nervios, no ayudó a ninguno de los dos a poder imponer las condiciones que habíamos planteado para ese primer partido. No sabría decir quién salió favorecido. En cierto punto y en algunas situaciones pensamos que ellos, pero en algunos otros aspectos pensamos que los beneficiados fuimos nosotros, pero sí está claro que fue un partido bastante batallado.
En el segundo partido, y teniendo la experiencia del primero, nos fuimos con sensaciones muy lindas. Entendimos que el partido se podía llegar a dar como finalmente fue. No esperábamos una distancia tan grande de ellos en el primer tiempo, pero sí sabíamos que querían buscar un resultado abultado y salir a jugar el partido como lo hicieron, y que nosotros teníamos que controlarlos, al menos los primeros minutos para poder tener posibilidades al final. Fue un poco lo planificado y lo que, gracias a Dios, terminó dándose.
- ¿Cuál fue la clave de la clasificación? ¿Cuáles los puntos más altos?
- Creo que son varios puntos para tener en cuenta. Que como staff hayamos podido controlar a la mayoría de los jugadores durante gran parte del año, fue algo muy importante. Nuestra liga así lo permite: es un solo equipo por controlar (Selknam) y muy pocos jugadores en el exterior, lo cual es algo positivo para nosotros. Seguimos de cerca las cargas físicas de los chicos, y creo que eso pudo haber sido un gran punto a favor.
También el haber viajado menos. Ellos tuvieron que viajar primero y volver, y nosotros solo fuimos para allá. El tener un viaje menos también fue algo positivo. Además tuvimos jugadores con mucho nivel que se vieron a la luz. Lo hecho por todos los chicos, el proceso que pasamos desde hace un par de años, un esfuerzo muy grande que vienen haciendo y los puntos más altos sin dudas son los jugadores, no hay dudas. Nosotros acompañamos el proceso porque ellos nos empujan e impulsan a seguir desarrollando y creciendo.
La disciplina también fue un punto alto, cambiamos mucho para el segundo partido. Y eso se notó y ayudó. Sabíamos que iba a ser una aspecto clave del juego que debíamos mejorar. Nos habían dicho los réferis y el equipo lo supo cumplir.
- ¿Cuáles son los principales puntos a pulir de cara a Francia 2023?
- Pensando en Francia arranca un desafío nuevo para nosotros, distinto al que estamos acostumbrados. Lo hablamos cuando terminó el partido. Nos veníamos preparando para replicar acciones de alta intensidad dos o tres veces y ahora las tenemos que multiplicar por cinco. La preparación física y técnica tienen que dar un salto de nivel muy grande para lo que viene. Falta un año, pero no es tanto.
Obvio que hay muchos puntos que internamente tenemos que levantar y desarrollar, logística y administrativamente también. Pero venimos por una buena senda y hoy tenemos una motivación extra para poder hacerlo.
- ¿Cómo imaginas el grupo que tendrá, entre otros, a Los Pumas como rivales?
- Obviamente va a ser una zona durísima. Será algo muy lindo enfrentar a Los Pumas. Ya nos pasó de jugar con Argentina XV, uno de los rivales más duros que tuvimos en los últimos tiempos. Y somos conscientes que la diferencia entre Los Pumas y Argentina XV es grande, o sea que el salto de calidad que tenemos que dar también debe ser grande. También con Inglaterra, Japón y Samoa. Es un desafío hermoso para planificar, divertirnos y sobre todo para aprender mucha de la experiencia que se nos viene. Las enseñanzas que nos dará este proceso serán enormes. Y ojalá que después las podamos volcar en el rugby de la región, que es lo que nos ayudo a nosotros a dar este gran salto.
- ¿Qué significa para vos la clasificación de Chile al mundial?
- Como jugador me quedé con muchas ganas de representar a Argentina en un mundial. Lo hice en el seleccionado de Seven, en los Juegos Olímpicos, pero me faltó tal vez lo que hubiera sido para mí la "frutilla del postre" que era un mundial de rugby. Es una alegría acompañar el proceso y el desarrollo de los chicos. Una de las cosas que nos proponemos como entrenadores, es devolver un poco de la experiencia que obtuvimos durante nuestro camino, y eso es lo más gratificante que tenemos liderando este proyecto. Hoy nos pone muy contentos también por el rugby de la región, sentir que estamos aportando un granito de arena para nuestro deporte, porque en algún momento alguien también lo hizo para que nosotros podamos disfrutar.
- ¿Qué fue lo primero que se te pasó por la cabeza cuando finalizó el partido en EE. UU.?
- Fue una locura, tenía ganas de abrazar a alguien, de llorar de felicidad porque el camino fue y sigue siendo muy duro. Hay mucho esfuerzo, no solo particular, sino de la gente que nos acompaña. Estar lejos de las familias, de nuestros clubes. Muchos dejaron sus trabajos, familia y proyectos para embarcarnos en este otro, que nos apasiona y que hoy nos dio una alegría enorme.
Quería tener a mi familia cerca, agradecerle a ellos, al Club, donde tengo muchas ganas de ir. Fueron semanas con muchas emociones con el nacimiento de un hijo, con tres test internacionales en el medio, la clasificación al mundial. Fue una locura. Tengo todavía muchos sentimientos sueltos y ahora potenciado.