Es lamentable y causa mucha pena, pero poco a poco nos estamos acostumbrando a esta clase de partidos cuando se trata de un clásico, para colmo, al no haber hinchas visitantes, ni el espectáculo que brindan las hinchadas se pueden disfrutar.
A excepción de los primeros 30 minutos, cuando parecía que los dos buscaban abrir el marcador, cada uno con sus armas, todo lo demás fue realmente malo, sucio y aburrido. A ninguno de los dos le sirve el punto, pero...
Es lamentable y causa mucha pena, pero poco a poco nos estamos acostumbrando a esta clase de partidos cuando se trata de un clásico, para colmo, al no haber hinchas visitantes, ni el espectáculo que brindan las hinchadas se pueden disfrutar.
Y en el rectángulo de juego, solo la primera media hora de juego tuvo algunos atisbos de un encuentro por lo menos atractivo, pero lentamente se fue estancando, y ni hablar de lo que fue el segundo tiempo, que no hizo más que confirmar lo que tanto nos cuesta a quienes nos gusta este hermoso deporte: los clásico no se pierden.
Ese espejismo que pudimos observar desde el pitazo inicial de Facundo Tello (de buen labor) fue gracias a los primeros minutos, donde Colón manejó la pelota, como sabiendo que tiene más obligaciones que Unión por conseguir la diferencia lo antes posible.
Entre Botta, Batallini y Cardozo Lucena buscaron ser los jugadores que manejen la pelota, con Ábila como único "9", siempre obligando a los zagueros centrales tatengues.
Un par de acercamientos al área mayor visitante en los primeros 10 minutos lo confirmaron. Unión, un poco por el asedio sabalero y otro poco por decisión táctica, no podía ejercer la presión más adelante en la cancha, como siempre lo hizo (desde que llegó el Kily González), sino que esperaba con sus cinco defensores más Roldán y Mosqueira parados delante de ellos.
Recién a los 12 minutos ocurrió la primera llegada de Unión, pase de Zenón a Domina que intentó patear al arco cuando pisó el área, pero llegó justo el cruce a Goltz para mandar la pelota al córner.
Enseguida llegó la segunda para el Tate, la más clara hasta ese momento, cuando Morales solo por el medio enfrentó a Chicco y éste, con un manotazo, mandó la pelota al tiro de esquina
Dos minutos después, Ábila habilitó a Batallini (¿después de acomodar la pelota con su brazo?) y el ex Argentinos e Independiente pateó de zurda, el balón superó a Campisi y en la línea rechazó Calderón.
Promediando el primer tiempo, Colón ratificaba la acitud de hacerse dueño del trámite, aunque sin llegar claramente al arco defendido por Campisi. Pero a los 29, fue Chicco el que salvó a Colón atajando un potente cabezazo de Morales que se metía en el primer palo.
Antes de terminar el primer tiempo, después de una contra encabezada por Ábila, que desperdició el delantero, llegó el centro de Espínola (fue lo último que hizo porque se fue reemplazado por Meza) desde la derecha que peinó Galván y la pelota se fue por el segundo palo.
Así terminó la etapa inicial, muy diferente a como empezó el partido, como si ambos equipos hubieran preferido irse a los vestuarios con el 0-0 asegurado, a no recibir en los minutos de descanso, un sermón de parte del técnico y un nuevo plan para ir a empatarlo, total quedaban más de 45 minutos por jugarse
El complemento comenzó con un tiro libre de Zenón que se fue muy cerca del caño izquierdo de Chicco después de rozar en el pie de uno de los hombre de la barrera.
Colón no estaba bien y Gorosito implementó un par de cambios aparte de un tercero por lesión: Pierotti por Favio Álvarez, Benítez por Wanchope y Stefano Moreyra por Cardozo Lucena, lesionado.
Los primeros 15 m del complemento fueron realmente malos, ninguno de los dos podía ni siquiera dar tres pases seguidos, y las variantes implementadas por ambos entrenadores no daban el resultado, por lo menos para quienes veíamos el partido, quizás para los DTs las cosas se estaban haciendo como lo imaginaban.
Cerca de lo 30 minutos ingresó Tanda por Roldán, con una molestia en una de sus piernas, cuando el mediocampista era uno de los más rescatables del equipo del Kily.
Los minutos se consumían y el partido no mejoraba ni mucho menos. Todo se hizo muy cortado, aburrido y pesado, muy sucio.
Y claro, motivos no faltaban. En Colón, ausentes Botta, Batallini y Galván; sin el aporte, aunque sea mínimo de Meza y Más por las bandas, y sin Wanchope, que aun teniendo un mal partido, por lo menos tiene preocupados a los centrales rivales.
Y en Unión, sin Roldán, que repito, era lo más rescatable del equipo, sin Luna Diale por adentro; y sin Vera y Zenón por afuera, sin Morales, y con Domina desaparecido en todo el encuentro. Así es muy difícil, casi iluso, que se pueda ver un buen partido de fútbol
A los 35 minutos pareció que los entrenadores le bajaban la cortina al partido, Toledo por Batallini en Colón y Gerometta por Vera y Del Blanco por Domina en Unión.
Recién a los 47 m ocurrió algo para destacar, Del Blanco escapó de la marca de Goltz por izquierda, y cuando eran tres de Unión contra dos de Colón, el juvenil se demoró y tomó la mala decisión de tirar un inocente centro que fue despejado por Garcés.
Fue lo último de un soporífero partido. Un punto para cada uno, el que no le sirve a ninguno. Fundamentos para que el derby santafesino haya sido tan malo seguramente van a sobrar, pero después del número 99, es lógico pensar distinto a lo que se pensaba antes, cuando decíamos: "los clásicos se ganan". Ahora y más que nunca, "los clásicos no se pierden..."
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