Más allá de algunos momentos favorables que los dos tuvieron y no aprovecharon, el empate deslucido y que será fácilmente olvidable se convirtió en la lógica consecuencia de un clásico ausente de fútbol.
Pasó el clásico 97 del profesionalismo, sin mucho para cuestionar desde la justicia del resultado y también sin mucho para decir del escaso aporte futbolístico de los dos. El partido tuvo la tensión y los nervios lógicos y naturales de un partido de esta naturaleza. No tuvo el vuelo futbolero ni tampoco el dramatismo de otros choques que quedaron en el recuerdo. Pocos se acordarán de este partido y muy rápidamente pasará al olvido, salvo si se lo toma como el obstáculo que, aunque sea a medias, pudo saltar Marcelo Saralegui para generar por horas una incertidumbre respecto de su continuidad al frente del plantel. "Si con cero punto estaba fuerte, con 1 soy Tarzán", dijo el entrenador rojinegro luego del partido, pateándole otra vez la pelota a los dirigentes. Pero vayamos al partido.
* 1) Fue una ratificación de que los antecedentes no cuentan demasiado. Convengamos que tampoco había una abismal diferencia entre un equipo y otro. Unión tenía 2 puntos logrados de visitante en partidos que pudo ganar (sobre todo ante Barracas Central), pero en los que había fallado en la definición. Pero Unión llegaba mejor y frente a ello, Colón debía pisar fuerte y no dejarse llevar por delante. Era el objetivo básico y en buena dosis lo consiguió.
Gastón González estuvo de paso por Santa Fe y no dudó en ir al 15 de Abril para estar con sus ex compañeros y alentarlos en el clásico. Ya está recuperado de la operación de cruzados y hasta hizo un gol en su vuelta a las canchas en la MLS. Crédito: Manuel Fabatía
* 2) ¿Qué hizo bien Colón?. Ante todo, "romperle el ritmo" a Unión. Se cuidó de no dejarse llevar por delante en los primeros 20 minutos del partido, donde Unión suele jugar a acorralar a sus rivales. Es cierto que le costó tapar los laterales (sobre todo el de Delgado, ante el desequilibrio constante de Machuca en el primer tiempo), pero se plantó en el medio y consiguió el doble propósito de impedir el vértigo que le convenía a Unión y disponer un poco más de la posesión de la pelota que el rival.
* 3) Unión no supo aprovechar su buen negocio inicial. Veníamos sosteniendo la ineficacia de este equipo para traslucir en la red la superioridad sobre el rival y la generación de situaciones de gol, como le pasó ante Banfield y Barracas. Pero esta vez se dio una circunstancia casi ideal: la primera vez que Unión creó una situación clara de gol, fue gol. El remate de Aued que se metió en el segundo palo de Nacho Chicco fue el mejor punto de partida para una historia que se perfilaba favorable en ese momento, más allá de que faltaba muchísimo y que el equipo no había hecho demasiado hasta ese momento. Pero ganaba. Y eso lo podía llevar a crear un partido más favorable en el trámite, sobre todo para que esas transiciones rápidas que tiene el equipo se pudieran generar en base a espacios que iban a aparecer por el adelantamiento del rival. Unión tuvo dos o tres jugadas de contragolpe en las que no contó con la precisión adecuada o la claridad suficiente. Ni siquiera acertó al arco cuando pudo definir. Aguantó atrás sin demasiados problemas, pero no pudo resolver arriba. Y ya en el cierre del primer tiempo empezó a aparecer el Colón de mayor tenencia de pelota que se acentuó en el complemento.
El festejo sabalero en el 15 de Abril. Perlaza grita su gol y se prepara para recibir el abrazo de sus compañeros. El colombiano, figura excluyente del partido, apareció por sorpresa detrás de Wanchope y definió con un remate cruzado. Crédito: Manuel Fabatía
* 4) Unión perdió su "cuarto de hora" y se deslució en el segundo tiempo. ¿Qué pasó con Colón?, ¿por qué no se animó para ganarlo?. Acá hay que tener en cuenta algo: muchos creen que a los clásicos hay que ganarlos y obvio que se intenta eso, pero la frase debería ser la siguiente: "A los clásicos no hay que perderlos". Que es distinto. Y ni Colón tuvo la audacia suficiente (adentro y afuera en las decisiones que se tomaron sobre los cambios) para hacerlo, ni mucho menos un Unión que se fue cayendo y terminó jugando muy atado, impreciso, demasiado nervioso e inseguro el partido. El segundo tiempo fue muy desdibujado por el lado de Unión y los que entraron aportaron poco y nada, sobre todo Castrillón, al que pareció pesarle el partido y ya no deslumbra como lo hizo apenas llegó a Santa Fe. El bajo rendimiento de Luna Diale no tiene, hoy, una alternativa de sustitución. Es Cañete, pero está lesionado. Roldán tiene otra característica, más allá de que nadie le quita el buen manejo de pelota que tiene. Pero posiblemente le falta esa dosis de claridad, un pase entre líneas, una gambeta, algo que lo saque del molde.
* 5) El empate dejó en ascuas a los dos. A Colón, porque más allá del fervor y las ganas de seguir peleándola de Saralegui, la mejoría que tuvo el equipo se considera en función de un piso muy bajo, de un punto de partida casi "esquelético" en el nivel futbolístico que había tenido hasta el momento. A Unión, porque ganar el clásico de local hubiese sido un espaldarazo y una inyección de confianza para un equipo al que le cuesta ganar. Munúa insiste en que este es otro año, con otro equipo y otros jugadores que recién se están sumando y conociendo. Pasa que las matemáticas no lo ayudan. Uno vé que hay un norte, que existe una línea, un estilo de juego. Ocurre que a eso hay que ayudarlo con resultados, que son los que respaldan o fagocitan procesos.
Saralegui grita y Munúa observa. Sangre charrúa en los dos bancos. Crédito: Manuel Fabatía
97 clásicos
Se jugaron hasta el momento desde que ambos militan en los torneos de Afa. La estadística indica que hay 30 victorias de Unión, 28 de Colón y 39 empates.
60 clásicos
Se jugaron en Primera División. Unión ganó 17, Colón ganó 13 y empataron en 30 partidos.