Como toda semana previa a la disputa de un clásico, los comentarios y análisis sobraron. Sabemos lo futbolera que es Santa Fe (capital), y si de fútbol se trata, todos opinamos.
El Sabalero ya estaba clasificado de antes (incluso tenía abrochada la primera posición); el Tatengue debía ganar para asegurar el pase a cuartos de final, pero el 1-1 final (resultado justo por cierto) lo dejó afuera del campeonato.
Como toda semana previa a la disputa de un clásico, los comentarios y análisis sobraron. Sabemos lo futbolera que es Santa Fe (capital), y si de fútbol se trata, todos opinamos.
Desde el punto de vista numérico, antes del comienzo de la edición número 92 del Colón-Unión en el estadio Brigadier López, todo favorecía al local.
Se sabía que al rojinegro nadie le podía sacar al primer puesto en la zona A (Estudiantes había perdido con Argentinos Juniors), y por eso se prestaba a jugar con toda tranquilidad; pero un clásico es un clásico, y no podía llegar relajado.
Por el lado del Tate, varias combinaciones de resultados lo podían meter entre los mejores ocho, hasta perdiendo. Pero un clásico es un clásico, y no podía especular con los marcadores de otros partidos.
De todas maneras, en este fútbol tan mezquino, las especulaciones abundan. Entonces no era descabellado pensar en un partido jugado más sobre un tablero de ajedrez que sobre el verde césped del Centenario.
Además, yendo a lo futbolístico, al equipo de Eduardo Domínguez muy pocas veces se lo vio yendo al frente desde el arranque de un encuentro, si algo lo ha caracterizado a Colón es la cadencia y la paciencia para encontrar el momento justo para herir, aun cuando en los papeles se suponía mejor que su rival.
Sí es cierto que lo ha hecho durante momentos de partidos, y le ha ido muy bien, la campaña en esta primera etapa del torneo así lo afirma, manteniendo la condición de líder desde el principio hasta el final.
Y por el lado del elenco de Juan Manuel Azconzábal, a lo largo de las 12 fechas disputada ha tenido marcados altibajos. Hubo momentos en los que parecía convertirse en serio candidato a clasificar, y hubo otros en los que aparentemente no llegaba a hacerlo. Pero llegó a la última jornada con las chances intactas.
Esas chances estaban intactas porque dependía solo de Unión. Si le ganaba a Colón entraba sin mirar lo que pasaba en Lanús-Talleres y en Huracán-Independiente. Eso lo sabía el "Vasco" Azconzábal, aunque después del partido haya declarado que Unión iba a salir a ganar solo porque se trataba del clásico, y que la clasificación iba a llegar por una lógica consecuencia.
Ahora bien, volviendo a la previa del choque, ¿qué se podía dar? Fue la pregunta que más me hicieron (en realidad la que todos nos hacíamos). Mi manera de pensar antes de que el árbitro Ariel Penel haga sonar su silbato por primera vez en el Brigadier era que iba a ser un partido chato, a lo sumo mediocre.
¿Por qué? Colón estaba clasificado (y con el primer puesto asegurado), por lo que no necesitaba ir a buscar un resultado para alcanzar ese objetivo. Y Unión tampoco podía arriesgarse a buscar el palo por palo, un contra lo podía dejar en desventaja y eso podía complicar las cosas todavía más.
Entonces al "Vasco" le convenía poner el partido en un freezer, hacerlo largo y jugar no solo en el Centenario sino con lo que sucediera en Parque Patricios y en La Fortaleza, esperando y especulando para ver qué pasaba. Reitero, eso en la previa, había que esperar el inicio del enfrentamiento de fútbol más importante para todos los santafesinos (de la capital).
Y el clásico empezó. Entonces solo restaba aguardar cómo se desarrollaría el trámite del partido. Hasta la media hora de juego inicial se estaba cumpliendo lo que pensaba en la previa. Los primeros 15 minutos no mostraron absolutamente nada de parte de ninguno de los dos.
La pelota viajaba sin destino claro. No había muchas equivocaciones, pero el clásico estaba frío, sin esa temperatura que tanto le gusta al hincha. Por supuesto, escaseaban las emociones no solamente en los arcos, sino en las áreas.
Recién a los 20 minutos ambos arqueros vieron pasar la pelota cerca de sus humanidades. Primero fue Burián, que vio cómo el balón se fue al corner tras un remate de Zenón que rebotó en un defensor. Luego fue Moyano, que observó con atención cómo el disparo de afuera del área mayor del "Pulga" Rodríguez se iba a un par de metros del caño derecho.
Cumplidos los 30 minutos, se lo veía un poco mejor a Unión, por lo menos con un mínimo porcentaje de mayor tenencia del balón, aunque sin lograr inquietar a la última línea defensiva colonista.
De todos modos, la primera situación de riesgo fue para el local, a los 39 minutos, mediante un cabezazo de Bianchi que se fue un metro por arriba del travesaño conectando en soledad un corner del "Pulga".
Y dos minutos después llegó lo que parecía que no iba a llegar: la apertura del marcador. Fue también mediante un tiro de esquina del "Pulga" (el séptimo para el local), que llegó muy pasado, y del otro lado llegó Farías para rematar, pero le pegó muy mal, no obstante tuvo la suerte de que la pelota le caiga a Delgado por el lado opuesto, quien sin marcas la acomodó para su zurda y venció a Moyano.
Así se fueron los primeros 45 minutos. Con Colón ganando 1 a 0 pero dando la sensación de que el premio era exagerado. De todas maneras, ¿a qué hincha sabalero le importaba eso?
En el segundo tiempo, Azconzábal realizó dos variantes delatando su intención de tratar de dar vuelta el resultado en contra, porque lo que sucedía en las otras canchas lo dejaban afuera, como quedaron afuera Peñailillo y Zenón para dejarles lugar a González e Insaurralde.
Los cambios sin dudas le dieron otra fisonomía al equipo, como así también la predisposición de sus integrantes. Ya a los 5 minutos Cañete lo empezó a convertir a Burián en una de las figuras.
Por eso no extrañó que en otra de las tantas incursiones por izquierda de Comas, ingresando al área con Garcés ya superado, haya sido derribado por Alexis Castro, algo que Penel advirtió claramente para sancionar la pena máxima. Juan Manuel García se encargó de la ejecución, y con un fuerte remate al medio del arco decretó la igualdad, que a esa altura era merecida.
De ahí en más, y hasta los 30 minutos, el partido se "planchó". El "Vasco" siguió intentando con las entradas de Mauro Pittón y Andereggen; el equipo también trató de conseguir el gol que le diera la clasificación, que no llegaba por los resultados que se estaban registrando en los otros enfrentamientos.
En una contra Colón pudo ponerse 2-1 a través de Castro, pero su disparo pisando el área menor dio en Portillo y se fue al corner. Fue a los 26 minutos, pero a los 28, García hizo que "Cachorro" Burián se revolcara y con sus piernas desviara un remate desde 30 metros.
Los instantes finales, si bien no fueron bien jugados, tuvieron la emoción lógica de un equipo que casi con desesperación (dada la necesidad) buscaba alcanzar la victoria (Unión); y a un equipo que esperaba tranquilo que transcurran los minutos, teniendo el primer puesto de la zona A en el bolsillo.
El último pitazo de Penel no hizo más que dar por terminada la ilusión de Unión por obtener un objetivo que en algunos momentos del campeonato parecía estar cerca y en otros no tanto. Justo llegó el clásico para tratar de "abrochar" la clasificación y no le alcanzó.
Colón no hizo otra cosa que lo que está acostumbrado a hacer, esperar el instante apropiado para no dejarlo escapar, como lo hizo Delgado a los 41 minutos del primer período.
Ni más ni menos, Colón hizo su negocio y a Unión le faltó "peso".