La más que centenaria historia de la Unión Argentina de Rugby está impregnada de logros de enorme significación, que en gran parte fueron construidos desde la adversidad.
Los Pumas vencieron por primera vez a los All Blacks, merced a una producción de jerarquía, que se realza por las dificultades impuestas por la pandemia de Covid-19.
La más que centenaria historia de la Unión Argentina de Rugby está impregnada de logros de enorme significación, que en gran parte fueron construidos desde la adversidad.
Porque basta remitirse al nacimiento de Los Pumas, en la mítica gira a Sudáfrica de 1965, cuando nadie pensaba que un grupo de deportistas (en gran parte jóvenes estudiantes universitarios), serían capaces de comenzar a escribir páginas tan gratificantes.
Pues bien, pecando de saltear tantos hitos que merecerían ser hoy enumerados, llega el momento en detenerse en este sábado 14 de noviembre de 2020, cuando Los Pumas vencieron por primera vez a los All Blacks, nada menos que en el ámbito del Rugby Championship, que por la ausencia de Sudáfrica, se transformó en una especie de reedición del Tri Nations.
Fue en Parramatta, en las afueras de Sydney, por un inobjetable 25 a 15 y tras cumplir una actuación rayana con la perfección. La que además se realza por la manera en que los jugadores de nuestro país llegaron al exitoso debut en el torneo, como consecuencia de las cancelaciones impuestas por la pandemia de Covid-19.
Aquellos que formaron parte de Jaguares, no competían desde hace ocho meses; mientras que algunos, no habían vestido la camiseta argentina desde la despedida de la Rugby World Cup Japón 2019.
Fueron meses de entrenamientos individuales; la posterior habilitación para trabajar conjuntamente con protocolos muy estrictos en Buenos Aires; para pasar finalmente al training más o menos habitual, con aislamiento incluído, tras el arribo al territorio australiano.
Enfrente, había rivales que no solo habían participado del exitoso Super Rugby Aotearoa con sus respectivas franquicias; sino que además ya habían vestido la camiseta negra con el Helecho de Plata sobre el corazón, en cuatro ocasiones, ante los Wallabies.
Sin embargo, nada de eso se observó desde el primer minuto de la inolvidable tarde australiana, ya que los argentinos denotaron una concentración cuasi perfecta; un sistema defensivo inexpugnable y, fundamentalmente, una convicción absoluta en sus propios argumentos.
Fue así que se inmolaron en la búsqueda de cada pelota; lucieron sólidos en las formaciones fijas y jugaron tácticamente de manera impecable, cercenando una y otra vez los intentos neozelandeses.
A punto tal llegó la excelsa producción albiceleste, que los All Blacks nunca encontraron la senda del partido. Por ende, no extrañó el 16 a 3 del parcial, que no hizo más que reflejar las bondades del conjunto sudamericano.
El segundo tiempo evidenció una lógica mejoría kiwi, que una y otra vez impactó con la muralla defensiva albiceleste. Apenas hubo margen para que el ensayo del capitán Sam Cane acotara un poco la diferencia; que como contrapartida, volvió a estirarse a partir de la certeza del apertura argentino.
Nicolás Sánchez aportó los penales que permitieron que todo se mantuviera bajo control, a partir de los méritos de un equipo que no perdió ni la línea, ni la condición física necesaria para mantener semejante fuego durante todo el partido.
El tucumano fue autor de los 25 puntos del representativo de nuestro país, mejorando el registro de 21, que el incomparable Hugo Porta había establecido en la igualdad de 1985 en el estadio de Ferro Carril Oeste.
Los minutos se consumieron en medio de la desorientación neozelandesa y la inquebrantable fortaleza argentina, sustentada en una producción colectiva irreprochable.
Pero además, en algunas actuación individuales de colección: como las del capitán, Pablo Matera; el entrerriano Marcos Kremer o Santiago Chocobares, el jovencísimo back nacido en Rufino y perfeccionado en Duendes de Rosario, quien hasta hace unos meses formaba parte de Los Pumitas.
En definitiva, todos los adjetivos que puedan utilizarse para realzar no solo la victoria, sino fundamentalmente la actuación, podrían ser utilizados para nominar la histórica victoria de Los Pumas. La misma que saldó la única cuenta pendiente que en materia de adversarios, poseía hasta ahora el emblemático representativo de nuestro país.