Miércoles 3.7.2024
/Última actualización 16:20
La historia de “Houston, tenemos un problema” se remonta a 1970 y ha dejado esa frase inmortalizada para que cualquiera la utilice para referir a un evento inesperado. Y esperemos que esto no ocurra en ese imponente NRG. En realidad, la frase verdadera fue “bien, Houston hemos tenido un problema aquí”, la dijo el astronauta Jack Swigert cuando la misión Apolo 13 se dirigía a la luna, a la que nunca llegó. La nave regresó a tierra sin lamentar desgracias. Y ese 13 de abril de 1970 pasó a la fama a raíz de esa frase, justamente surgida a centenares de miles de kilómetros de la tierra y dirigida a esta ciudad, en la que se encuentra el Centro Espacial más famoso del mundo.
Houston es una ciudad cosmopolita, la más poblada del estado de Texas y con más de 2 millones de habitantes. Pero es también la ciudad en la que una vez, Lionel Messi convirtió uno de sus goles más brillantes de tiro libre. Fue en la semifinal de la Copa América de 2016, ante Estados Unidos, cuando se paró para pegarle al palo de la barrera y la cruzó de una manera tan antinatural como brillante, para colgarla en el ángulo donde estaba el arquero. Impresionante.
El 4 a 0 de aquella jornada húmeda, calurosa y lluviosa del 21 de junio de 2016, con ese equipo del Tata Martino que presagiaba un final diferente al que se dio, fue de una alegría total. Quedaba la final contra Chile, el equipo al que Argentina había vencido en el partido inaugural en Santa Clara. Era ideal para tomarse revancha de la derrota por penales en la Copa América del año anterior. No pudo ser. Aquella vez, el “problema” vino luego de Houston. ¡Y qué problema! Argentina perdió, también por penales, aquella final contra el equipo que dirigía Juan Antonio Pizzi y vino la debacle. Messi renunció a la selección (decisión que no sostuvo mucho tiempo), Martino se fue porque no le cedieron los jugadores para los Juegos Olímpicos y la Afa atravesó la crisis política e institucional más importante. El reacomodamiento duró un tiempo. En ese proceso de Eliminatorias, primero fue Martino, luego Bauza y por último Sampaoli quienes dirigieron al equipo para clasificar de manera angustiante, justamente ante Ecuador, aquella noche de Quito con los tres goles de Messi. Hacía mucho tiempo que en Argentina no se daba el proceso de cambio de entrenadores tan repentino como en esos cuatro años que precedieron a la muerte de Grondona. Y el final se dio con la eliminación en octavos de final del Mundial, con un plantel acabado y un cuerpo técnico con fuertes conflictos internos.
Houston es la cuarta ciudad más poblada de Estados Unidos, tiene una fuerte incidencia de población latina (sobre todo mexicanos y cubanos, como en buena parte del sur de este país), su economía se basa en el petróleo y la agricultura, a lo que le agregaron una calidad de cervezas que la convierten también en atractiva. Más de 10.000 restaurantes distribuidos a lo largo de la ciudad, así lo ratifican.
Esta vez, si va al banco, Messi tendrá puesto los botines a la espera de sumar minutos. Crédito: ReutersEl “problema” no es de Houston, sino que es de la selección. Y tiene nombre y apellido: Lionel Messi. ¿Va de titular o al banco?, es la disyuntiva. Eso sí, Messi se pondrá botines esta vez y no zapatillas, como el sábado pasado en Miami, cuando su presencia en el banco de suplentes fue “decorativa”, porque se sabía de antemano que, al partido, no lo iba a jugar. O entra de arranque o va de suplente. Con todo lo que eso significa, porque está claro que no es lo mismo jugar con Messi que jugar sin Messi.
El enviado de El Litoral a la Copa América. Para dejar en claro este último concepto. Hace un tiempo, Argentina era “Messi dependiente”. Hace años que dejó de serlo. Entre las muchas cosas buenas de Scaloni, está el hecho de haber armado una estructura que incluya a Messi y no que dependa de Messi. Fue uno de sus grandes logros.
Hay siete jugadores totalmente confirmados y un par con muchas chances. Entre los confirmados, Dibu Martínez, los cuatro de atrás (Molina, Cuti Romero, Lisandro Martínez, Tagliafico) y dos del medio (De Paul y MacAllister). Las chances de que juegue Di María son muchas. Entre Lautaro Martínez y Julián Alvarez elegirá a uno (que jueguen los dos es un plan B o C, pero no se debe descartar) y otra de las dudas pasa por el mediocampo, ya que entre Enzo Fernández y Paredes deberá también elegir a uno.
El imponente NRG Stadium. Si algo le sobra a este equipo son alternativas. Y a esta altura, que Messi juegue o no ha dejado de ser una “tragedia” como pasaba en otros tiempos. Desde ya, y para dejarlo bien en claro, no es lo mismo tenerlo adentro de la cancha que afuera. De más está admitir su incidencia y su desequilibrio que lo siguen convirtiendo en un jugador único. Pero ya no es para agarrarse de los pelos, porque este equipo ha sabido jugar, mantener una idea y un potencial medianamente regular sin él. Insisto, no es lo mismo que esté a que no esté. Pero ya no es cuestión de “vida o muerte” como antes, donde la “Messi dependencia” se hacía extrema.
El partido que cualquier futbolero se imagina, para mí, está muy claro: Argentina dominante y teniendo la pelota, que es lo que más hace y mejor sabe. Y Ecuador, esperando y tratando de que el partido se haga bien largo, algo parecido a lo que intentó Gareca y casi le sale en el partido contra Chile. Ecuador llega con un estrés que Argentina no tuvo. Si bien a los partidos los definió en el segundo tiempo –y al de Chile en el final-, la selección no afrontó las dificultades que tuvieron los ecuatorianos. Es decir, al margen de ser superior, de tener más potencial y de haberse acostumbrado a ganar de manera muy poco frecuente en estos últimos tiempos en el fútbol a nivel mundial, Argentina llega con un descanso que Ecuador no ha tenido. Contra Perú, varios titulares no estuvieron. Esa es la prueba fiel de esto que estamos planteando y que, en una competencia exigente y de pocos días entre los partidos, no deja de ser un elemento a favor.
“Houston, tenemos un problema”, es la frase que se hizo famosa y que se utiliza para reflejar el surgimiento de una dificultad. Esperemos que no lo sea para Argentina. Con Messi o sin Messi en la cancha, el compromiso de este equipo es seguir adelante en la búsqueda del 14 de julio en el Hard Rock de Miami. Por lo pronto, en el calor de Texas, esa “máquina de ganar” en que se ha convertido la Selección Argentina tiene un compromiso con la historia. Esa historia que este grupo viene escribiendo con gloria y emociones. De acá a la luna.