"Muchas cosas que veo ahora ya las había visto antes, pero también hay varias cosas que he visto antes, que ahora ya no las veo".
El mejor jugador del planeta por fin tuvo su premio. A los 34 años y después de tantos intentos por levantar una copa internacional con la camiseta de la Selección Argentina, Lionel Messi pudo concretar su sueño
"Muchas cosas que veo ahora ya las había visto antes, pero también hay varias cosas que he visto antes, que ahora ya no las veo".
Lo digo convencido porque así lo siento y porque es lo que realmente me sucede, y no me importa correr el riesgo de que me critiquen por tener un pensamiento anticuado, vetusto, primitivo…
Tampoco es mi intención que coincidan conmigo, solo me permito dar a conocer mi manera de pensar; y si no hay concordancia, ¿cuál es el problema?, el verdadero problema sería no tener la posibilidad de transmitir mis pensamientos y mis sentimientos. Sí, sentimientos, porque ¿quién puede dudar de que el fútbol tiene un altísimo porcentaje de sentimiento?
Y hablando de concordancias y coincidencias. Para que existan o no primero tiene que originarse una comparación, una compulsa, o una bien entendida confrontación, o como muchas veces decimos en el deporte, un cotejo, cotejar entre dos o más…
¿Cuántas veces hemos escuchado decir?: "Las comparaciones son odiosas"
Todo el mundo hace comparaciones constantemente y en un entorno competitivo, como el actual, no deja de ser esta, en algunas ocasiones, una actitud extraordinariamente práctica. Las comparaciones, si son objetivas, pueden darnos información valiosa para saber dónde estamos. Una información, que por otra parte, puede ayudarnos para diseñar un plan de acción en pos de mejorar.
Personalmente pienso que: "Las comparaciones son miedosas"
Siempre y cuando las comparaciones no sean sesgadas y globales pueden ser beneficiosas. Así, la cuestión reside en saber determinar cuál es la línea que separa una comparación buena de una mala, una constructiva de otra que oculta un ataque personal.
Por todo lo dicho no tengo (y nunca lo tuve) ningún tipo de problema en comparar a Diego Maradona con Lionel Messi. Y no me vengan con que no se pueden comparar esgrimiendo que jugaron en distintas épocas.
¿Acaso Messi no hubiera podido jugar en "aquella era Maradona"? ¿Acaso Maradona no hubiera podido jugar en "esta era Messi"?
Pensar que no lo hubieran podido hacer sería menospreciar a cualquiera de los dos, o a ambos…
¿Que son diferentes?, por supuesto que sí, todos lo somos. Pero hay algo que nadie puede negar: entre ellos nunca hubo ni el más mínimo resquemor, resentimiento, y mucho menos celo.
Al contrario. El ídolo indiscutible de Messi fue, es y será Maradona; y si Maradona estuviera entre nosotros, estaría festejando y agradeciendo el hecho de que por fin Messi pudo levantar una copa vistiendo la camiseta de la Selección Argentina. Solo hacía falta eso para que el círculo se cierre.
Ya está "Lío". Lo lograste. Tardó bastante pero nunca dejaste de luchar por lo que quisiste desde que te pusiste la celeste y blanca por primera vez. A todo tu talento, tu habilidad, tu destreza y tu humildad, le sumaste algo que por lo menos a mí, me encantó percibir: esa postura de líder y caudillo que todo grupo necesita, esa actitud sanguínea que tan bien te queda.
Ya está Diego. Lo logró!! ¿Viste? Tardó bastante, es cierto, tal vez mucho más de lo que hubieras deseado, por pocos meses te quedaste sin vivir un momento tan ansiado. Ahora sí, podés descansar en paz, tu heredero ya sabe lo que es levantar un trofeo con la celeste y blanca...
Lo logró con mucho de lo que a vos te sobró. Le costó sangre, sudor y lágrimas, pero lo importante a esta hora es que cada gota de sangre, cada gota de sudor, y cada lágrima derramada fueron una gran inversión de parte de un Messi que se rebeló y se reveló. Que "pateó el tablero" y que a sus 34 años se manifestó tan travieso e irreverente como un audaz adolescente.
No tengo dudas que durante esta Copa América se gestó un hombre/futbolista/campeón al que el nombre de "Lío Armando Messidona" no le cae para nada mal.