Vengo reflejando en publicaciones anteriores, lo que nos sorprendió desde que llegamos, el silencio que prima en Tokyo, al menos en la gran mayoría de los lugares que por el momento uno tuvo la posibilidad de conocer.
Vengo reflejando en publicaciones anteriores, lo que nos sorprendió desde que llegamos, el silencio que prima en Tokyo, al menos en la gran mayoría de los lugares que por el momento uno tuvo la posibilidad de conocer.
En la calle, en los subte, trenes, colectivos, entrando a un comercio, cruzando de vereda a vereda. Todo, en ‘off‘.
Pero llegó el debut de Los Pumas y de Francia. Y eso trajo aparejado que la tranquilidad de la capital nipona, se viera alterada, al menos, en algunas partes.
La excitación del debut, los disfraces, la cerveza y la buena onda entre todos, resultaron un combo explosivo para un lugar en donde, como dije el primer día, el silencio es salud.
En esta oportunidad ¡salud! dijeron los fanáticos del mundo, pero de tanto brindar.