Comenzamos este martes. Nota: desde ahora, los horarios que dé, siempre serán los de Japón. Uds hagan el trabajo de restarle una docena de horas.
Comenzamos este martes. Nota: desde ahora, los horarios que dé, siempre serán los de Japón. Uds hagan el trabajo de restarle una docena de horas.
Cerca de las 2 de la tarde aterrizó el vuelo procedente de Buenos Aires (previa escala y trasbordo en Houston) al aeropuerto internacional de Narita, en Tokio. Para que tomen dimensiones, Narita es una mini ciudad, y para llegar a la terminal donde estaban mis compañeros de aventura (Lichi, Martín y Esteban) me tuve que tomar un colectivo interno.
Salimos de Narita, no sin antes cambiar moneda local, y recorrimos una hora y media aproximadamente, en tren y subte (todo de primera y todos en silencio) hasta llegar a lo que será nuestra casa hasta el 22.
Luego de un reparador (y necesario) baño, salimos a caminar un poco. Muy cerca del departamento, se encuentra la famosa Tokyo Tower, una especie de Torre Eiffel del oriente con mucho turismo.
Luego cena y descansar, después de casi tres días agotadores, donde el cansancio, la ansiedad y la expectativa por lo nuevo fueron protagonistas.
¿Y el rugby?... Tranquilos, esta historia recién comienza