-Mandale un abrazo al Turco Alí, un hermano para mí. Ya iré por Santa Fe a visitarlo y a pescar algo… Y si lo ves al Perro Killer, decile que te cuente cuando jugábamos en Unión y se nos ocurrió poner un kiosco al lado del Hotel Zavaleta…
Unión lo trajo del amateurismo, anduvo muy bien y conquistó Chile siendo arquero y ahora gerente deportivo de Colo Colo. “Me acuerdo cuando llegué a Santa Fe y el agua llegaba hasta los escalones de entrada del Zavaleta”, cuenta este mendocino de aquella cabellera larga y rubia que se adueñó del arco tatengue en los 80.
-Mandale un abrazo al Turco Alí, un hermano para mí. Ya iré por Santa Fe a visitarlo y a pescar algo… Y si lo ves al Perro Killer, decile que te cuente cuando jugábamos en Unión y se nos ocurrió poner un kiosco al lado del Hotel Zavaleta…
José Daniel Morón dejó una huella en el arco de Unión y no duda en afirmar que “Unión me sacó del salvajismo del fútbol”, haciendo referencia a que este mendocino de la cabellera rubia y que por ese entonces se vestía con un atuendo llamativo para la época (hablamos de los años 80), llegó de un club que era amateur como Andes Talleres y de pronto le llegó la posibilidad de convertirse en profesional. Y de allí en más, desarrolló una gran carrera en todo sentido, que hoy lo ha llevado a ser el gerente deportivo de Colo Colo de Chile.
Antes de saludar al Kily González en el hotel de Unión en la zona de Las Condes, José Daniel Morón habló en extenso con El Litoral.
-Y yo también a ellos, porque Unión me sacó del salvajismo deportivo que traía por estar en clubes amateurs de Mendoza o en Ledesma de Jujuy. Cuando llegué, me encontré con Carlos Lionel Trucco, con Medrán, con Pumpido… Y con ellos me hice profesional. ¿Sabés de qué me acuerdo?, cuando llegué a Santa Fe, el agua llegaba a los escalones de entrada al hotel Zavaleta.
-¡Claro…! Y me encontré con jugadores que veía por televisión como el Turquito Alí, el Chango Cárdenas, Hugo Zavagno… Y enseguida tuve la bendición de jugar con el Chino Benítez y Miguelito Brindisi, unos fenómenos...
-Salimos cuartos… No sé si para salir campeones, pero había gran jerarquía… El mediocampo era Benítez, Zavagno, Cordero y Brindisi… Estaban Hugo y Carlos López, el Pelado Centurión y el Turco Alí… ¿Cómo se llamaba el delantero de rulos?
-¡Ese…! Lanao… La pucha, grandes jugadores… Me acuerdo que perdimos el último partido con Racing con un gol de Fabbri… Estábamos muy bien en ese torneo.
-Con Instituto en Córdoba, a pesar de que lo perdimos y me hicieron un gol tonto (risas)… ¡No me vas a creer pero fue así! Veníamos de una gira por el norte y terminamos en Córdoba jugando ese partido… Me atajé todo… Violi era el técnico.
-Lo primero que te puedo decir es que no me extraña la calidad que tiene porque es un arquero nacido en una escuela, la Argentina, con grandes arqueros… Forma parte de una selección que nos representa y de un país que a pesar de que está un poquito por debajo en cuanto al nivel, pero todavía con equipos que nos representan… Y lo segundo, es que el Dibu tiene una jerarquía que hace que ataje como se le “canta las pelotas” (risas).
-Si… Antes había más equipos que eran protagonistas. Ahora se reduce a dos o tres, cuatro a lo sumo que sacan la cara por el resto… Antes había más, estaban los grandes y también algunos más chicos como Rosario Central o Newell’s.
-Está gerenciado desde hace más de 20 años por Blanco y Negro.
-Acá se instalaron por la quiebra de los clubes, los jugadores estaban cuatro o cinco meses sin cobrar, viajaban en situaciones incómodas… Pero al socio le cuesta aceptar a las sociedades anónimas… Y en el caso de Colo Colo, a esto que digo, el socio lo hace sentir permanentemente.
-La competencia interna no ha sido buena y eso se ve reflejado en la selección. Los chicos que estaban en esas selecciones que salieron campeones, la gran mayoría estaba en Europa y eran titulares.
-Es uno de los primeros paises. Tenemos con nosotros a Javier Correa y a Aquino. Todavía los jugadores argentinos son accesibles para este país, en lo económico.
-Tenemos una oficina de scouting, observamos jugadores y se lo presentamos al técnico. A los jugadores los elijo yo, con la gente que está conmigo, y si el técnico acepta, lo traemos… Hay un caso como el del pibe Solari, al que trajimos por recomendación del ayudante técnico de Gustavo Quinteros, que era Walter Lema, quien nos propuso traerlo muy joven. Lo compramos, explotó y se lo vendimos a River en un negocio extraordinario.
-Hay muchos, empezando por mi gran amigo el Turquito Alí… Seguro que volveré... Cuando voy a Conmebol me encuentro con Nery Pumpido, que anda siempre con Ruggeri y aquellos muchachos campeones del 86… Ya me verán por allá, aunque no con esa cabellera larga y rubia que me identificaba… ¡Los años pasan!
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