En un partido marcado por el fuerte temporal que azota a Nueva York y que obligó a cambiar de estadio en medio del enfrentamiento, Diego Schwartzman venció en sets corridos, por 7-6 (7-4), 6-3 y 6-4, al sudafricano Kevin Anderson (77° del ranking ATP).
De esa manera, El Peque, 14° del mundo y undécimo favorito, que venía de ganar ante el lituano Ricardas Berankis (96°) en tres sets por 7-5, 6-3 y 6-3, avanzó a la tercera ronda del Grand Slam neoyorquino, donde se enfrentará por un lugar en octavos de final ante el eslovaco Axel Molcan (138°), quien venció al local Brandon Nakashima (84°) por 6-3, 3-6, 1-6, 6-2 y 6-4.
Para el fanático de Boca Juniors hubo un duro primer set. La paridad llegó al 5-5 en ese primer parcial y, entonces, la interrupción, bastante curiosa. Es que el estadio Louis Armstrong es techado, pero la tormenta y el viento fueron tales que el agua se filtró por los laterales y obligó a suspender el juego momentáneamente.
El partido pudo reanudarse, pero al llegar al tie-break y con el mismo igualado 4-4, el argentino se quejó ante el umpire por el estado en que se encontraba el piso, que estaba claramente mojado. Nuevamente, hubo que aguardar.
El primer set, que eventualmente duraría nada más y nada menos que una hora y 48 minutos, terminó con el Peque imponiéndose al llevarse los primeros tres puntos después de la reanudación.
Y hubo que parar otra vez al comienzo del segundo. Apenas se pudieron jugar dos games y en esta ocasión, directamente, los jugadores se retiraron al vestuario.
Con el clima sin dar tregua, la organización decidió ofrecerle una alternativa a Schwartzman y Anderson: completar su partido en la cancha central, la Arthur Ashe, al finalizar el duelo entre el griego Stefanos Tsitsipas y el francés Adrian Mannarino, que por entonces disputaban el tercer parcial con el tercer preclasificado ganando 2 sets a 0.
Fue así que, con el 1-1 del segundo set, casi a la 1 de la madrugada argentina, volvieron a salir a la cancha, mientras la ciudad padecía graves inundaciones.
En los primeros siete games, cada uno de los tenistas ganó sus respectivos servicios. Recién en el octavo, el Peque logró quebrar y pasó al frente por 5-3. Sin complicaciones y sin ceder puntos, se quedó con el último game y cerró el set 6-3.
En un tercer parcial muy similar al anterior, ninguno se sacó ventaja hasta que Schwartzman quebró en el séptimo game dejando a su rival en cero.
Con el saque y el 5-4 a favor, el argentino selló su victoria con otro 40-0. Fue 6-4, en 40 minutos de juego.