Por Juan Carlos Scalzo
Luego de regresar de jugar por la Copa Argentina, donde su equipo fue eliminado por penales, Walter Otta se dirigió a un sanatorio por un malestar que sentía desde hacía horas. Le colocaron dos stents por una obstrucción arterial.
Por Juan Carlos Scalzo
De regreso en Rafaela, tras el partido de anoche, el técnico de Atlético Rafaela concurrió a un sanatorio de esa ciudad por dolores en el pecho y, tras los estudios de rigor, le colocaron dos stents.
Los primeros síntomas de que algo no estaba bien, comenzaron en la víspera cuando fue a visitar el santuario de la Virgen María en la ciudad de San Nicolás, donde el cuadro “cremoso” disputó un encuentro con Talleres de Córdoba por la Copa Argentina.
Luego de una caminata Otta se sintió agitado. Mas tarde, antes y durante el desarrollo del partido, las molestias volvieron a aparecer, y con mayor intensidad, pero con las pulsaciones aceleradas propias del choque, no le dio mayor importancia.
En el viaje de regreso, la sensación de que podía estar generando alguna patología vinculada a lo cardíaco comenzó a preocuparlo, y luego de arribar a Rafaela (alrededor de las 5 de este miércoles), sin pérdida de tiempo el entrenador se dirigió a un centro de salud privado ubicado a pocas cuadras de la sede de Atlético.
Allí le practicaron los exámenes de rigor que determinaron que padecía una insuficiencia en la circulación del torrente sanguíneo como consecuencia de la obstrucción en una arteria.
Enseguida fue derivado a cirugía, procedimiento en el que le colocaron dos stents. Luego de la intervención fue llevado a la Unidad Coronaria del sanatorio, sala en la que permanece internado.
Sobre el mediodía de este miércoles se indicó que ha evolucionado favorablemente y que su estado de salud general era muy bueno. Además, de no surgir complicaciones, mañana será pasado a una sala común.