Tomás Rodríguez
Casi no tuvo juego en nuestro país, ya que se fue adolescente y transitó por ocho clubes de Europa. La consagración para un guardameta que quedará en la historia.
Tomás Rodríguez
El portero de la Selección Argentina, Damián Emiliano Martínez, nació el 2 de septiembre de 1992, en las proximidades del bosque Peralta Ramos, de Mar del Plata, desde muy chiquito actuó en los clubes General Urquiza, Talleres y San Isidro de la Ciudad Feliz. De los 15 a 17 actuó en Independiente, pasó al Arsenal de Londres y vistió ocho camisetas de clubes europeos, especialmente de Inglaterra y el Getafe de España, antes de ser convocado por Lionel Scaloni al actual campeón del mundo.
Gonzalo y Jorge Peta, los entrenadores de Urquiza, lo entrenaban en la plaza Sicilia del barrio Colinas de Peralta Ramos, en el sur de la ciudad marplatense, donde había mucha oscuridad porque no tenían energía eléctrica ni elementos básicos. Sus formadores lo llevaron a probarse a River Plate, donde lo rechazó Héctor Osvaldo Pitarch y luego Ramón Madoni –descubrió a Diego Maradona en los torneos de Parque y lo llevó a Argentinos Juniors- no tenía poder en Boca Juniors, solamente le deseó suerte en su futuro. Cuando lo observó Miguel Angel "Pepé" Santoro sólo un cuarto de hora, tenía 12 años, le dijo que lo esperara en el camerino, llenaron documentos, lo incorporó a Independiente y le dijo a los dirigentes unas palabras inolvidables: "Creo que este larguirucho pibe algún día será campeón del mundo, tiene grandes condiciones".
Su familia era muy pobre, su madre Susana limpiaba casas y Alberto, más conocido como "Beto", era fletero en el puerto. Trabajaban todo el día para pagarle los estudios en la Escuela Sagrada Familia a sus hijos: Emi y Alejandro, éste dos años mayor que aquel que soñaba con triunfar en el fútbol.
"Emi" era desconocido en nuestro país porque nunca actuó profesionalmente en la Argentina. A los 17 lo adquirió el Arsenal de Inglaterra, desde entonces vive en Europa. Hasta hace muy poco era un desconocido para la mayoría y hoy es el ídolo que trajo una Copa del Mundo. El arquero más valioso del mundo designado por FIFA siempre se destacaba por su intuición, habilidad que aplicó "Dibu" en las definiciones por penales ante Colombia en la Copa América y frente a Países Bajos en el reciente Mundial.
Al llegar al club de Avellaneda, mostró una enorme fortaleza mental, porque estaba sólo en la pensión de los "rojos", recibió el apodo de "Dibu", por la serie de TV, porque era colorado y tenía pecas. Se sacrificaba, amaba al fútbol, quería triunfar para ayudar a su familia; se levantaba a las 6, iba al colegio, entrenaba y después viajaba en colectivo a Ezeiza, cuando era convocado para las selecciones juveniles.
Por otra parte, fue el portero titular del seleccionado Sub 17 que logró el subcampeonato del sudamericano 2009 en Chile (luego disputó el Mundial de la categoría en Nigeria). Argentina perdió la final ante Brasil pese a que el arquero marplatense contuvo dos ejecuciones. "Dibu" llamó la atención de los cazatalentos del Arsenal inglés, lo invitaron a una prueba y le salió una oportunidad impensada, llevada adelante por su representante y amigo Gustavo Goñi. De ese modo, garantizó una mayor seguridad económica familiar y tener la chance de ser profesional en una de las mejores ligas del mundo. Al poco tiempo, se casó con Mandinha y tuvo dos hijos: Santi y Ava.
En lo deportivo, no le resultó sencillo construir su camino; estuvo mucho tiempo como tercer o cuarto arquero e incluso fue cedido varias veces a otras entidades. Su debut fue en mayo de 2012 en Oxford United, club de la tercera división de Inglaterra, donde no tuvo continuidad y volvió a Arsenal, donde hizo su presentación en septiembre por la Copa de la Liga; al año siguiente, salió nuevamente a préstamo, ahora a Sheffield United, de la Championship, donde jugó apenas un poco más.
A su regreso, disputó su primer partido de Premier League el 22 de noviembre de 2014, en un Arsenal -Manchester United: reemplazó al polaco Szczesny, rival en esta Copa del Mundo; en la temporada siguiente jugó en Rotherdham United, nuevamente en segunda división; pero tampoco logró afianzarse como titular y luego le ocurrió lo mismo en Wolverhampton, que competía en la misma categoría.
Sin embargo, con 24 años, Arsenal le renovó contrato y el entrenador Arsene Wenger, una leyenda en el club, dijo: "Tiene todas las cualidades para ser el futuro portero del club"; aunque en el corto plazo su situación no cambió, con un puñado de oportunidades bajo ese arco. En su nueva cesión, ahora a Reading (Championship), al fin consiguió atajar con continuidad: 18 partidos en el primer semestre de 2019. Y para la temporada 2019/20, tuvo mayores chances en Arsenal, donde fue protagonista en la FA Cup y la Europa League.
El gran salto en su carrera apareció en junio de 2020 cuando fue convocado para jugar como titular ante la lesión del alemán Bernd Leno. Y el marplatense no la desaprovechó. Tuvo buenas actuaciones en el cierre de la Premier (tras el parate por el coronavirus), fue pieza clave para la consagración en la FA Cup (con victoria sobre Manchester City en semifinales y Chelsea en la final) y después volvió a ser importante en la definición de la Community Shield frente a Liverpool.
Con el regreso de Leno, Martínez iba a ser relegado nuevamente; pero Aston Villa adquirió su pase por 21.500.000 euros. Así, se convirtió en el arquero argentino más caro de la historia. En el club de Birmingham tuvo una gran temporada 2020/21, situación que le posibilitó entrar en el radar de Lionel Scaloni; después de algunas convocatorias, en la fecha FIFA de Eliminatorias previa a la Copa América 2021 debutó en la Selección Argentina por la ausencia del habitual titular, Franco Armani, quien dio positivo de Covid-19. Desde entonces, "Dibu"se aferró al arco del seleccionado argentino con grandes actuaciones.
En la Copa América, en Brasil estuvo muy sólido y tuvo su partido consagratorio en la definición por penales de semifinales ante Colombia, cuando dejó grabado el famoso "mirá que te como, hermano", ante Yerry Mina. También mantuvo la valla invicta en la definición frente al pentacampeón mundial (1-0 con gol de Di María), en el Maracaná, escenario ideal para levantar el trofeo y cortar una racha de 28 años sin títulos para el seleccionado argentino.
En el Mundial sacó pecho con una atajada salvadora sobre la hora para asegurar el 2-1 sobre Australia en octavos; luego detuvo dos penales (los dos primeros ejecutados por el rival) para ganar un choque infartante de cuartos contra Países Bajos. "Tenemos huevos, corazón y pasión; jugamos por 45 millones", declaró Emi tras el triunfo. En el entretiempo ante Croacia, en semifinales (3-0), lanzó otra frase contundente: "Me van a tener que matar para meterme un gol".
En la final del mundo ante Francia, "Dibu" atajó con la grandeza de los elegidos. Así, cumplió el sueño de aquel niño que armaba su arco con piedritas en las calles de tierra del barrio El Jardín de Mar del Plata, del adolescente que partió atrás de una pelota a una pensión a 400 kilómetros de casa y del joven que cruzó el océano para vivir solo en un país con una cultura e idioma diferentes.