Martes 16.11.2021
/Última actualización 3:24
El seleccionado argentino arribó a las 22.30 al hotel Del Bono Park, de San Juan, para afrontar mañana el clásico sudamericano ante Brasil por la decimocuarta fecha de Eliminatorias mundialistas, bajo una de las habituales "tormentas de viento y tierra" que suelen asolar esta región cuyana, lo que demoró inclusive el descenso del avión que trasladaba la delegación hacia el aeropuerto local Domingo Faustino Sarmiento.
El chárter que trasladó al plantel debía aterrizar a las 20.30 pero el viento sur que hizo descender la temperatura en casi 20 grados, de los 33 a los 13, provocó que la máquina sobrevolara esa base aérea situada en la zona de "Las Chacritas" durante casi una hora, ya que el aterrizaje se produjo a las 21.30.
Y exactamente una hora más tarde, a las 22.30, el micro que trasladó al grupo de futbolistas y cuerpo técnico, desembarcó en el complejo de casino, hotel y shopping del barrio Del Bono, al oeste de la ciudad, donde pernoctará a la espera del cotejo de mañana.
Hubo 90 policías custodiando el lugar, que colocaron las barreras de contención en la vereda de enfrente a la entrada del hotel muy temprano, ya que la gente comenzó a agolparse alrededor de las 18 con banderas que decían "Bienvenidos Argentina y Brasil", con los colores unidos, y otras con las caras de Lionel Messi y Diego Maradona.
Los cánticos "que de la mano, de Leo Messi..." y el "Brasil decime que se siente", fueron los que marcaron el compás de una espera que se alargó bastante y por ello terminó convocando a más de 2.000 aficionados en el frente del hotel.
Pero previendo cualquier desborde, las autoridades policiales decidieron que la delegación ingresara por la parte trasera del hotel, lo que provocó que algunas personas saltaran esos vallados en pos de observar lo más cerca posible a Lionel Messi y compañía.
Mientras esto ocurría, un chef sanjuanino preparaba una "punta de espalda a la llama", una especie de lomo tipo asado al asador, comida característica de San Juan que iban a degustar los recién llegados futbolistas.
El primero en descender del ómnibus fue el zaguero central Cristian Romero y los más aplaudidos fueron, detrás de Lionel Messi, el arquero Emiliano Martínez y el técnico Lionel Scaloni.
Pero antes de esa cena y para retribuir el cariño de los aficionados sanjuaninos, los futbolistas decidieron bajar de sus habitaciones para conectarse con todos aquellos que los estuvieron esperando durante tantas horas en la puerta del hotel, cuerpo técnico incluido.
Con Messi a la cabeza exhibiendo una ancha sonrisa y luego de una supervisión previa del presidente de AFA, Claudio Tapia, todos los integrantes del plantel se acercaron hasta los límites del vallado mencionado y se saludaron a corta distancia con los aficionados, en un intercambio plagado de genuino afecto y reconocimiento de ambas partes, mientras atronaba el siempre entrañable "dale campeón, dale campeón".
Simultáneamente, a las 23 llegó a San Juan la delegación de Brasil que en dos ómnibus se estableció a esa hora en un hotel céntrico de la ciudad capital, escuchando los cánticos de los hinchas argentinos que provenían de la esquina más cercana a la entrada del hospedaje de los dirigidos por Tite.
La delegación argentina llegó a San Juan con 27 futbolistas, ya que a la desafectación de los juveniles Exequiel Zeballos, Cristian Medina (Boca Juniors), Enzo Fernández, Santiago Simón (River Plate), Gastón Ávila (Rosario Central) y el juvenil arquero de Tigre, Federico Gomes Gerth, se sumó Alejandro "Papu" Gómez, que se quedó en Ezeiza tras sufrir una contusión en la rodilla derecha.
Ese inconveniente físico se le habría provocado en el entrenamiento de esta tarde en el predio de AFA, donde antes del viaje la selección trabajó esta tarde pensando en el encuentro de mañana ante Brasil. La actividad comenzó a las 16 y tuvo trabajos de coordinación combinados con juegos recreativos por equipos.
Posteriormente Scaloni dispuso labores tácticas durante 25 minutos, para cerrar la jornada con ejercicios de balón detenido, a favor y en contra. Al final, un grupo de jugadores exigió a los guardavallas con disparos de media distancia, mientras que otro grupo hizo movimientos de elongación.
A primera hora de la mañana y antes de la conferencia de prensa de Lionel Scaloni, los miembros del plantel despertaron con un regalo sorpresa a Paulo Dybala con motivo de su cumpleaños número 28.