(Enviado Especial a Doha, Qatar)
De la famosa foto del “abrazo del alma” apenas terminó la final del 78 y su camiseta ensangrentada, a este presente en el que asume que no le gustaba Scaloni pero admite que “los jugadores le creen”.
(Enviado Especial a Doha, Qatar)
Algunas imágenes no se borran. Permanecen eternamente y forman parte de una leyenda, más que ese registro fotográfico que se convierte en un legado, en una herencia que la historia le deja al resto de las generaciones como testimonio incontrastable de algo que fue una epopeya. ¡Y claro que lo fue!. Esa foto de Ricardo Alfieri, al que le pusieron el mejor título que le podían poner (“El abrazo del alma”), tiene a dos flamantes campeones del mundo (Tarantini y Fillol) y a esa persona sin brazos que entró a la cancha y se sumó a aquél festejo. Son esas cosas que no se piensan, no se planifican, no se organizan ni coordinan. Surgen espontáneamente y quedan grabadas para siempre. Hay miles de fotos de aquél 25 de junio de 1978. Pero como esa, ninguna.
El “Conejo” Tarantini está casado desde hace 20 años con Adriana, una santafesina del barrio Constituyentes que le robó el corazón a aquél rubio de rulos que despertaba suspiros en la platea femenina en sus tiempos de pantalones cortos. Y con ellos nos encontramos en un shopping ubicado enfrente del impactante estadio Kalifa, cerquita de esa torre de 300 metros que no resiste punto en toda la geografía de Doha en el que no se pueda apreciar y dimensionar. Allí, impactados por un canal que recorre el shopping y que obliga a un paseo en góndola como si estuviese en Venecia, mientras los chicos saludan a sus padres en un trencito que los lleva y los trae, El Litoral charló con este campeón del mundo que se robó el corazón de una santafesina.
-¿Qué es lo que más te gusta del equipo?
-La personalidad para hacer lo que tienen que hacer. El técnico ordena y ellos responden. Y veo también que tienen libertades para resolver. El medio mejoró mucho con la entrada de Enzo Fernández y Julián Alvarez se mostró con todo y hasta potenció a Messi… Acá no hay vueltas, son siete finales y te permite la opción de perder una. Ya está, ya la perdimos. Ahora es ganar o ganar.
-Es inevitable la comparación…
-El fútbol argentino siempre tuvo un estilo de juego más el plus que sacamos de adentro y que nos lleva a no parar hasta conseguir el objetivo. Así ganamos en el 78 y en el 86… Este equipo tiene un poco de todo lo que es el fútbol argentino.
-¿Te gusta Scaloni?
-Yo fui uno de los que dijo que me gustaba otro entrenador y lo vuelvo a repetir. No había dirigido nunca, venía de las sombras de Sampaoli… ¡No me gustaba!... Pero hoy lo aplaudo, ¿sabés por qué?, porque veo que los jugadores le creen… ¿¡Sabés lo importante que es que el jugador te crea!?
-Podés opinar de toda la defensa porque jugaste en todos los puestos. ¿Estamos bien ahí o tenemos algún punto flojo?
-Argentina tiene los tres mejores centrales de todo el Mundial, con Otamendi, Romero y Lisandro Martínez… Por momentos, la idea de jugar con tres en el fondo me gusta, porque eso provoca el adelantamiento de los laterales… Y lo veo muy fuerte en el juego aéreo.
-¿No te parece que se apresuró en meter línea de cinco?
-La idea fue cerrar el partido, asegurarlo… Costó un poquito esta vez, pero no es mala opción ya que afuera tiene un jugador de muy buen nivel como Lisandro Martínez… Capaz que nos relajamos un poquito después del 2 a 0…
-¿Qué equipo te gusta?
-Francia, Inglaterra, España, Brasil… Tienen un nivel y una categoría muy grande… Sumamos a Argentina y creo que de ahí va a salir el campeón del mundo.
-Vamos a esa foto del pitazo final en la cancha de River, el día de la final ante Holanda. ¿Eras consciente de que el partido se terminaba?
-¡No me acuerdo de nada…! Lo único que hice fue arrodillarme y pensar en mi papá, que ya no estaba… ¡Había gente que pasaba por al lado mío y se llevaba el pasto…! Pensé en mi viejo, que no me pudo ver campeón del mundo… Y por ahí entró ese chico, que es hincha de Boca y me estaba buscando a mí… Y esa foto de Ricardo Alfieri es una cosa de locos…
-¿Qué fue de la vida de esa camiseta ensangrentada?
-Se la regalé a mi vieja, quedó en la familia y no sé qué pasó después… Pero el premio más lindo que tengo es el reconocimiento todos los días de la gente…
-¿Fue un antes y un después ese día?
-Jamás me dí por agrandarme, pero la realidad es que ese día estaba allá arriba y veía a todo el mundo allá abajo… Es lo más grande que te puede pasar, en tu país y con tu gente… ¡Jamás pensé que eso me podía pasar a mí!
-¿Qué pasó después, Conejo, porque el del 82 era un equipazo?
-Es que el Mundial es un engranaje tan grande, tan complejo… ¡Son siete partidos! Nosotros perdimos con Bélgica por un contraataque después de dominar todo el partido y nos tocó una serie salvaje con Brasil e Italia y no funcionó… En el 78, cuando fuimos a Rosario después de perder con Italia, nos llenamos de energía y recuerdo que el Flaco, en el vestuario, cuando nos dijo. “Hasta acá llegamos, háganlo por la gente”, salimos tremendamente confiados… Fue una final durísima, sangrienta, un tiro en el palo y un final maravilloso…
-¿Pudiste dormir esa noche?
-¡Ni loco…! El partido se me pasaba 70 veces por la cabeza… ¿Sabías que nunca más volví a ver la final?... No lo hice porque quiero tener guardado en la memoria lo que viví adentro de la cancha y no volver a ver el partido porque seguro que me voy a encontrar fallas y no quiero ver el desastre que hice (risas)…
-¿Y la noche previa?
-¡Menos…! Toda esa tensión fue tremenda… Cuando entramos a la cancha, el pasto de la cancha de River se movía… Nosotros escuchábamos a la gente, fue memorable.
-¿Qué fue lo más “loco” que te pasó desde ese día?
-¡Muchas…! El otro día estaba con mi sobrino con la camiseta de Argentina y vino uno y me pidió que le sacara la foto con mi sobrino, y él le dijo: “¿Sabés a quién le estás pidiendo que te saque la foto?”, y el tipo le contesta: “No sé, sólo quiero que me saque la foto”… Y cuando le dijo que era el Conejo Tarantini, casi se muere… La gente pasa y me dice “gracias”… Y eso vale más que la medalla… Te repito lo que nos dijo el Flaco esa tarde: “Muchachos, ahora entren, miren la tribuna y háganlo por ellos, por la gente…”
-¿Qué clase de fútbol estás viendo?
-Más rápido seguro, emparejado para abajo también… A nosotros nos educaron que los defensores tenemos que buscar a los mediocampistas y ellos a los delanteros… Hoy, los defensores no se animan y dan el pase atrás porque es más fácil… El fútbol, para mí, es mirar para el arco de enfrente siempre… Y veo que hoy los delanteros buscan más el foul que el arco rival… Eso es ser amarrete.
-Me quedé con aquella frase de que al salir campeón del mundo los veías a todos desde arriba…
-¡Me duró cuatro años…! Mirá, a mí me tocó quedarme afuera en el Mundial de Alemania en 1974, estábamos ahí con Bertoni… Hasta ese momento había jugadores que no habían querido estar en la selección. Por eso tengo tanto orgullo de lo que hizo Menotti, porque él hizo que el jugador quisiera ponerse la camiseta de la selección… En el 78, salvo Mario Kempes, éramos todos jugadores que estábamos en el país… Volviendo a lo que me preguntás, llega un momento en que te das cuenta de que algo mejor no te puede pasar… Campeón del mundo, en Argentina y con nuestra gente en las tribunas… Y además, la primera… Y todo esto lo digo sin menospreciar de ninguna manera lo que se logró en el 86, que fue fenomenal.
-Con un Maradona notable, que estuvo muy cerca de estar con ustedes…
-Mirá… Los argentinos comparamos y discutimos si Messi o Maradona, ¡y es lo más fácil que hay!... Argentina tuvo a Maradona como su estrella, su emblema… Y después apareció Messi y es lo mismo… Son dos jugadores maravillosos que tuvo Argentina, porque son argentinos y por eso hay que disfrutarlos… Es como las dos estrellas que tenemos en la camiseta… Messi no necesita salir campeón del mundo para valorarizar todo lo que ganó, porque él demuestra siempre que es el mejor jugador del mundo.
-Lo de las comparaciones lo ves como algo totalmente inútil, ¿no?
-Yo ví jugar y enfrenté a Cruyff… A Maradona y a Kempes los tuve a favor y en contra… Lo ví jugar a Pelé y ahora a Messi... Hemos sido muy felices en ver ese tipo de jugadores. Ojalá que nos toque a los argentinos que venga alguien a hacerse cargo de la batuta y llegar a tener otro jugador de esas características.
-La última. ¿El VAR?
-Me jode que por la nariz se cobre un offside… Con Uruguay, el VAR se equivocó y eso no puede pasar… El VAR para todo no, porque hincha las bolas, ¿qué querés que te diga?… Puede ser útil en algún pícaro que quiera tirarse adentro del área, agarrar la camiseta del rival o en un offside… Para ciertos puntos estoy a favor, pero no para lo ridículo.