Argentina parece un "equipo de tiempo compartido". Domina durante un buen rato y después se toma un peligroso descanso, porque ahí es donde sufre. Esta vez, ese sufrimiento fue muy relativo. Y hubo una clara explicación: se mejoró defensivamente. Scaloni jugó al engaño. Dijo en la conferencia de prensa del jueves que iba a hacer uno o dos cambios, pero al final hizo cuatro. Acertó con todos. La vuelta de "Cuty" Romero le dio solidez a la defensa y lo propio pasó con Molina y Acuña, que le agregaron también desde lo ofensivo, sobre todo este último. Y en el medio -obligado por la molestia de Paredes- la aparición de un "5" más "5" que Paredes, como Guido Rodríguez, bien ubicado siempre desde lo posicional y aportando nada menos que el gol para la justa victoria.
Ese equipo de tiempo compartido fue esta vez eso, mucho más equipo. Se notó en la capacidad para avanzar y retroceder en bloque, sin dejar espacios y no dependiendo de un solo jugador o de dos o de tres para recuperar la pelota. Se notó en varios pasajes, cuando le cedió la iniciativa y se paró de contragolpe. Hasta Messi retrocedía hasta más allá de la mitad de la cancha para ayudar. Muy bien De Paul en todo (juego y recuperación), buen primer tiempo del tándem Acuña-Nicolás González por izquierda, este último agotado en el segundo y sin el recorrido que había tenido en el primero. Y oportuno el técnico en los cambios, porque le dieron frescura en los lugares en que necesitaba tener "más piernas". Ayudó Palacios y también Di María, que tuvo espacios e hizo que el rendimiento ofensivo recuperara protagonismo.
Tenés que leerArgentina derrotó a Uruguay y es uno de los líderes del Grupo ASin desarmar la estructura (es un 4-3-3 con movilidad), Scaloni concientizó a todos de que un buen ataque no depende exclusivamente de los de arriba y que ser sólidos en defensa tampoco depende de que jueguen bien los cuatro de atrás o que no le falta marca al mediocampo. Guido Rodríguez jugó un buen partido, pero esto no quita de que con Paredes hubiese ocurrido algo similar si le tocaba jugar, teniendo en cuenta que esa mentalidad de solidaridad que hubo para el retroceso y la ayuda de todos y para todos, fue muy importante para el mejoramiento del aspecto defensivo en general.
Que Argentina es un equipo que está más cómodo con la pelota que sin ella, no caben dudas. Y está bárbaro que así sea, siempre y cuándo la recuperación no sea un problema. Tener a Messi es formidable, aunque muchas veces se habló de la "Messidependencia" que hubo en muchos momentos. Messi no es uno más y viene siendo figura repetida en todos los partidos. Se nota que está cómodo. Y se nota también que en cada jugada le quiere poner su sello de distinción, aunque por ello haya cometido un error (la prueba elocuente de que juega como los dioses pero en el "fondo" es un ser humano), cuando no habilitó a Di María en aquella jugada del segundo tiempo en la que lo tenía a su derecha en soledad absoluta para que definiera ante Muslera y prefirió encontrar el hueco entre varios rivales para rematar al arco.
Mejoró Otamendi, alguien que se miraba de reojo en los últimos partidos, "sobreviviente" del último proceso, que en medio de una defensa que está plagada de jugadores con un puñado de partidos con la selección -incluido el arquero- aporta una voz de experiencia que es muy necesaria. Y el arquero, que no es poco decir. En la Argentina, nadie lo registra al "Dibu" Martínez porque ni siquiera alcanzó a debutar en Independiente. Se fue directamente al Arsenal de Inglaterra con 19 o 20 años y desarrolló toda su carrera allí. Con el ciclo cumplido de "Chiquito" Romero, con Armani sin generar un convencimiento absoluto y con Willy Caballero y Marchesín en el mismo sendero que el arquero de River, su aparición es para seguir observando de cerca el rendimiento. Va a cumplir 29 años en setiembre, está en una edad ideal, se nota que le tienen confianza (juegan mucho la pelota hacia atrás y él resuelve bien) y transmite seguridad, sobre todo en el juego aéreo. Interesante.
Hay dos cosas que creo importante decir: 1) que el favorito en esta Copa América es Brasil; viene de un largo proceso con Tité, que además está plagado de buenos resultados (cosechó el 81 por ciento de los puntos en juego); 2) que el fútbol sudamericano está un escalón por debajo del europeo, así lo demuestran los resultados en los últimos mundiales y el hecho de que los europeos ganan desde hace 20 años. En ese marco, hoy Argentina no puede ser considerada una gran potencia mundial como ocurrió en otros tiempos, por más que lo tengamos a Messi. No alcanza con un solo jugador si no existe el respaldo de un equipo. Este es el gran desafío que tiene un técnico inexperimentado y con pocos argumentos para justificar su elección como entrenador de la selección argentina. El es el primero en entender que debe demostrar su capacidad para armar un buen equipo. Estos partidos (los dos de Eliminatorias y los dos de la Copa América) dieron algunos indicios, interesantes en ciertos aspectos, preocupantes o insuficientes en otros. Creo que este partido con Uruguay, fue de lo mejor. Es para tomarlo como medida e insistir para mejorar el modelo.
Se mejoró en lo defensivo porque el equipo entendió que debe ser solidario y que la marca no depende de una línea, sino de todos.