Así está hoy el Azteca... a 36 años de ¡Argentina Campeón!
Se celebra un nuevo aniversario, como cada 29 de junio, de la última Copa FIFA que levantó aquélla Selección de Bilardo con un Diego Maradona extraordinario. Nery Pumpido y Pedro Pablo Pasculli en la gloria. Todos los días hay un tour, que se llena de argentinos, para conocer el estadio del último grito.
Así está hoy el Azteca... a 36 años de ¡Argentina Campeón!
CIUDAD DE MÉXICO (Enviado Especial).- Hace exactamente 36 años, cuando Diego Armando Maradona tocaba el cielo con las manos, a este lugar se lo conocía como Distrito Federal y se resumía sonando simplemente como "De Efe" (DF). Desde el 5 de febrero de 2016 la reforma le cambió el nombre y pasó a "Ciudad de México". Como se llame, para los argentinos futboleros sigue siendo Disney desde ese 29 de junio de 1986. Y para la ONU esta ciudad sigue estando entre las cinco más densamente pobladas de un lugar llamado Mundo.
El pitazo final de un tal Romualdo Arrpi Filho todavía aparece en el recuerdo de millones y millones de argentinos. El día del gol a los ingleses y el día de la final, todos nos seguimos acordando qué edad teníamos, dónde estábamos y con quién nos abrazamos cuando el 3-2 contra Alemania quedó consumado. En el contexto de esos 114.600 espectadores (asistencia oficial según la FIFA que nunca podrá entender dos palabras: "argentinos colados"), acá abajo en este mismo césped que emociona al enviado de El Litoral había dos santafesinos que quedaron en la historia con un oro indiscutible: el tatengue Nery Alberto Pumpido y el sabalero Pedro Pablo Pasculli.
En esta Ciudad de México, ex DF, todo queda cerca pero se demora tanto como si quedara muy lejos. La distancia entre el Zócalo y el Estadio Azteca es de sólo 15 minutos, pero ningún coche llega en menos de 45 minutos un día de semana. En México esa palabra, "Zócalo", es un sustantivo tan exacto que incluso forma parte de las acepciones del Diccionario de la Real Academia Española (RAE) por su uso tan común en este país. "Plaza principal de una ciudad, especialmente la del Distrito Federal", dice la RAE con cierta descontextualización, ya que como explicamos desde hace unos años la capital mexicana dejó de llamarse así y pasó a ser Ciudad de México (CDMX).
"Es por eso mismo que Bilardo siempre le pedía al chofer del micro que saliéramos bien temprano del predio del América", recuerda Nery Alberto Pumpido en su amplia oficina de la Conmebol donde ahora es Secretario General Adjunto y mano derecha de Alejandro Domínguez.
Tributo a Diego. El homenaje de El Litoral a Diego Armando Maradona en el mismo césped del Estadio Azteca en la Ciudad de México. Foto: El Litoral
Con menos obligaciones, deseando un mezcal en un hotel cinco estrellas de Playa del Carmen, Héctor Miguel Zelada recibe a El Litoral: "¡Qué lindo que venga el diario de mi provincia!". Nacido hace 65 años en Maciel, en el sur de la bota, tira el primer dardo: "Como yo no estaba atajando, se dijo que Bilardo me llevó al Mundial porque yo conseguí el predio del América para la Selección Argentina". Antes Zelada se amargaba, ahora se ríe a carcajadas. ¿El motivo?. Pasaron 36 años. Dicho sea de paso, en el América lo aman a Zelada.
Dentro de las atracciones turísticas que tiene esta ciudad, el Estadio Azteca le puede competir desde atrás a la Basílica de Guadalupe (millones de fieles llegan cada 12 de diciembre), el Museo del Palacio de Bellas Artes, el Castillo de Chapultepec o las excursiones a las pirámides. El tour oficial al lugar donde Argentina gritó ¡Campeón! hace 36 años cuesta 150 pesos mexicanos; o sea unos 8 dólares. Ese viaje "maradoniano y criollo" dura más de una hora. "Ustedes, los argentinos, siempre se quedan más tiempo que cualquier otro turista", describe el guía.
Desde 2021, en pandemia, al cumplirse los 35 años de esa recordada final con Diego en la gloria, la fisonomía de ingreso al mítico escenario cambió por completo. Es que la Embajada Argentina en estas tierras inauguró un mural dedicado a Maradona en el Estadio Azteca de la Ciudad de México. El mural, que fue una iniciativa del Embajador Tomada y que muestra a Maradona con un sombrero mexicano con la idea de mostrar el vínculo de hermandad entre ambos pueblos latinoamericanos, es un trabajo de Jorge Alderete, ilustrador y diseñador argentino que vive hace 20 años en México.
La obra, de 15 metros de altura por 5 metros de ancho, está ubicada frente a una placa preexistente en el mítico estadio, que conmemora el antológico Gol del Siglo del Diez a Inglaterra por los Cuartos de Final de la Copa de 1986. Este rincón es la primera parada fotográfica para cualquiera que llega al Estadio Azteca, sin dudas uno de los puntos más visitados por aficionados y turistas que llegan hasta aquí. La realización de la mencionada obra, que demandó dos semanas de trabajo constante, fue posible gracias a la colaboración del INPROTUR, la Embajada Argentina en México, el Estadio Azteca, el equipo de Jorge Alderete y empresarios argentinos y mexicanos.
El siguiente paso es emocionante: "Acceso a cancha", dice el cartel indicador y señala la puerta 8 del Azteca. Si hasta allí el recorrido es emocionante, todo lo que sigue es mágico. Desde ingresar al vestuario que usaron Argentina y Maradona en esa final, hasta salir de la oscuridad subterránea al verde césped.
Desde la incertidumbre, como si fuera uno de esos "Escape Room" que están de moda en esta Ciudad de México, uno se pregunta una sola cosa: "¿En qué arco saldremos cuando pisemos el nivel campo del Estadio Azteca?". Lo que pasa después no tiene una explicación natural. Siempre estuve convencido que saldríamos "en el arco donde Diego le hizo el gol a los ingleses". Y la respuesta es "sí y yes al mismo tiempo".
Los guías, guardias de seguridad y las muchas cámaras de circuito cerrado avisan y repiten tantas veces como vimos el gol de Maradona a los ingleses: "Sólo fotos...está totalmente prohibido filmar con los celulares". Pero lo que es imposible de gambetear, como hizo Diego allí con los piratas, es el aviso supremo: "No se puede pisar el césped del Estadio Azteca".
Se puede hacer de todo, desde sentarse en los bancos de suplentes y "hacer de Bilardo" hasta ir al banderín donde fue Diego a gritar su obra mundial inigualable, pero la gramilla es sagrada. El sol y el imponente riego son mudos testigos de la recorrida de El Litoral por el mismísimo Estadio Azteca, 36 años después de ese grito "¡Argentina Campeón!" un 29 de junio de 1986.