De aquí en más, el 31 de agosto de 2021 será recordado como el fatídico día en el que falleció una Leyenda del Rugby Santafesino: el querido profesor Roberto Moreno, quien a los 94 años dejó de existir en nuestra capital.
Factótum del Rugby Infantil desde el Club del Colegio La Salle Jobson, fue fundador y presidente de la Unión Santafesina.
De aquí en más, el 31 de agosto de 2021 será recordado como el fatídico día en el que falleció una Leyenda del Rugby Santafesino: el querido profesor Roberto Moreno, quien a los 94 años dejó de existir en nuestra capital.
Quizás hoy, como nunca antes, nadie debería dudar en afirmar que se trata de una figura icónica de este deporte, fundamentalmente por su condición de factótum del Rugby Infantil, en épocas en que era impensado que por estos lares los niños pudiesen aprender esta disciplina.
Roberto Moreno nació el 22 de marzo de 1927 y se recibió en la Escuela Provincial de Educación Física cuando tenía 22 años; haciendo su ingreso al Colegio La Salle Jobson en 1949, a partir de cuando trazaría una senda indeleble.
Siempre contaba que su vínculo con el rugby surgió de casualidad, en ocasión de sus entrenamientos como atleta de Velocidad y Resistencia en el ex campo Campo Universitario, donde practicaban algunos de los pioneros de este juego. No tardó demasiado en transformarse en jugador de Gimnasia y Esgrima, que fue el primer club que oficialmente jugó en nuestra ciudad.
Volviendo a La Salle, poco tiempo después de su incorporación a la planta docente, consiguió la autorización para enseñar rugby en todos los niveles, lo que obviamente marcó el inicio del Rugby Infantil en nuestra zona. Por ende, no extrañó que el 22 de marzo de 1952 se fundara el Club del Colegio La Salle Jobson, que posteriormente comenzaría a jugar en Segunda División de la vieja Unión del Río Paraná.
El predio deportivo lasallano se ubicaba en una quinta enclavada en la Costanera Oeste, a la altura de la actual Parroquia Nuestra Señora del Huerto. Con la posterior urbanización, el club se trasladó al actual Campo de Deportes de Cabaña Leiva.
Fue allí, cuando en 1978 ideó el formidable Encuentro Nacional de Rugby Infanto-Juvenil, que merecidamente años después comenzaría a llevar su nombre. Poco a poco se transformó en un evento de enorme repercusión regional y nacional, siendo una referencia inequívoca de las categorías formativas argentinas.
Roberto Moreno fue inicialmente jugador, pero fundamentalmente se transformó en un docente ejemplar, que supo sembrar en terreno fértil las semillas de un deporte que creció de manera notable en nuestra zona. En 1961 fue presidente de la Unión Santafesina de Rugby, de la que había sido uno de sus fundadores, continuando posteriormente durante muchísimos años como integrante del consejo directivo.
Obviamente, cumplió funciones de dirigente desde siempre en su club; fue un referee respetado por todos y fuente de consulta permanente de quienes así lo deseaban. Años atrás, el Concejo Municipal de Santa Fe lo declaró "Ciudadano Destacado", lo que obviamente merecía largamente desde siempre...
Roberto Moreno descansa ahora en un sitio celestial, por lo que solo cabe extender el más sentido pésame a sus hijos Roberto y Cristina, a sus nietos y al resto de sus familiares y amigos. Sin lugar a dudas, este debe ser el sentimiento que unifica a todos quienes tuvieron el honor de disfrutarlo durante una vida ejemplar, que se extenderá de manera inmortal a través de su incomparable legado.
Por Dr. Juan Manuel Mateo
Ante todo, en este momento pienso cómo haremos para reponernos de una ausencia tan sentida. Roberto representaba todo aquello por lo que en el Rugby -como en la vida- vale la pena luchar... Es por la permanencia y fortalecimiento de los valores, del respeto por el Fair Play.
Fue un incansable soñador, que dejó su sello indeleble como partícipe de la Fundacion de la Unión Santafesina de Rugby y fue el iniciador de la práctica del Rugby en el Colegio Jobson, convirtiendo ese hecho en un emblema histórico; junto al Encuentro Nacional e Internacional de Rugby Infantil que hoy lleva su nombre.
Profesor; árbitro; presidente y consejero de la USR; compañero de equipo en la Segunda División del Jobson (jugaba de fullback) y amigo entrañable de tantas tertulias. Poseedor de una memoria prodigiosa, disfrutamos recientemente de una charla y fiel a su estilo, en la despedida, quedamos en encontrarnos en el observatorio de su esquina, en la cancha de Cabaña Leiva, cuando la reanudación de la actividad lo permitiera.
Infaltable en ese sitio para ver jugar a sus nietos... No pudo ser, pero nos queda su ejemplo de hombre de bien, de su amor por el Rugby, de su extraordinario compromiso con el deporte en general. Se nos fue dejando un gran legado.
Todas las generaciones que inició en este deporte este educador extraordinario, y quienes tuvimos el honro de disfrutar de su amistad, lo vamos a extrañar por siempre...