Florencio Romero: adiós a un grande de las aguas abiertas
Se lo recuerda por muchas cosas, entre ellas por su brillante actuación como guía de Fernando Fleitas en aquella inolvidable Santa Fe-Coronda de 1991, cuando lo sacó primero del Vado y desde allí mantuvo la ventaja hasta el final.
Florencio Romero fue un eximio nadador y compitió nueve veces en la Santa Fe-Coronda. Mauricio Garín
23:04
"Usted tendrá que marcharse de aquí, ya bastante ha sufrido en estas islas, las perspectivas de trabajo en este lugar no son buenas, mejor dicho, son pan para hoy y hambre para mañana. Lo mejor será que busque abrirse camino en otro sitio… Es lamentable que no haya estudiado y que apenas sepa leer. Esto ha sido un error de mi parte, por eso quisiera que en esta etapa que va a comenzar, tenga la oportunidad de aprender. Creo que nunca es tarde, el conocimiento es lo que hace sentir un poco más libres, más hombres ". (Nadador, Carpincho Blanco y otros Cuentos, de Florencio Romero y comienzo de La Despedida del citado Libro).
Guiando a Fernando Fleitas en aquella famosa maratón de 1991, donde fue un protagonista excluyente.
Como Eraclio Catalin Rodríguez Cereijo (Horacio Guarany), Florencio era hijo del increíble Alto Verde que, con sus características, inspiraron al "Potro" y con sus versos inmortalizaron al pueblito santafesino: "Alto Verde querido, pueblito humilde del litoral, sus ranchitos dormidos algún día despertarán….".
"Mojarrita" fue jubilado, vendedor de diarios y revistas, de libros, nadador e instructor de aguas abiertas, cartero, marinero… Pero básicamente estaba apasionado por el río. Su pasión también por la política y el deporte lo hicieron un personaje que atravesó las fronteras nacionales.
Lo conocía precisamente por haber trascendido, pero cuando lideraba el equipo de periodistas deportivos de LT 9, comencé a idear la logística para lo que sería el recordado triunfo del notable Fernando Fleitas en la edición '91 de la tradicional Santa Fe-Coronda. Yo lo tenía como comentarista estrella en las transmisiones de las competencias de aguas abiertas en la zona. Florencio era irremplazable en esa tarea, por sus profundos conocimientos en la materia. Y sobre todo por el dominio sobre el comportamiento del Río Coronda. No había secretos para él.
En septiembre del '90, lo conocí a Fernando Freitas. Me lo presentó Carlitos Macua, estaba junto a uno de sus empleados: Javier "Memo" Káiser, en su imponente local de López y Planes esquina Iturraspe. Fernando venía de terminar la temporada de aguas abiertas en el mundo. Cuando le di la mano le dije: "Fernando…serás el ganador de la próxima Santa Fe-Coronda"… Y así fue nomas.
Junto a Diego Degano, en 1988 y el "Mono" Di Lucca. El Litoral
En la semana previa al 3 de febrero de 1991, lo convoqué a Florencio a mi oficina: "Sacrificaré el domingo a mi comentarista de la competencia, porque serás el guía de Fernando". Él abrió grandes sus ojos y creo que estuvo más satisfecho, porque le devolvía la adrenalina de la competencia. Florencio era irremplazable por sus detalles absolutamente responsables. El sábado, o sea el día anterior a esa maratón, recorrió el Río, lo analizó metro a metro. Con Fernando, cada uno desde una punta a la otra, estudiaron en profundidad El Vado. Y descubrieron lo que en esa prueba ignoraba su rival Diego Degano. Después de la largada, ambos llegaron brazada a brazada, liderando la carrera. A la salida del Vado, Degano, a instancias de su guía, el fallecido hermano Jorge, hizo la lógica, siguió por la izquierda, en cambio Fernando aprovechó el remanso que lo sacó rápidamente, por la mágica guía de Mojarrita Romero, obtuvo allí la primera ventaja de treinta metros… Y esa pequeña ventaja, a los pocos minutos se transformaron en los doscientos irrecuperables para el anterior ganador, que veía cómo se le escapaba su rival por no poder superar el remanso que lo retuvo.
Florencio hijo me comentaba desde España, donde hace 20 años está radicado, durante su día más triste: "Mi padre me dejó dos legados, la música y los libros… Su humildad, lealtad y amor por el río".
Y también me agregó: "Marcela, mi hermana, que como yo, lo amaba, me contó la paz que irradiaba en su último lecho su papá… con unas antiparras en su pecho"…
"Mi padre murió y el río lo está esperando en su cauce. Porque sabe que su hijo ha vuelto para quedarse".
( Final de la Poesía de Florencio (h) a su padre, hecha a horas de su muerte)
"Adiós papá, un beso a mamá".
Y se marchó.
(Final de La Despedida, último cuento de Nadador, Carpincho Blanco y otros cuentos, que en febrero de 2013 me regaló y autografió).
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