El Mundial de Rugby es, después de los Juegos Olímpicos y el Mundial de fútbol, el evento deportivo más importante del planeta. Pero no quedan dudas que el margen se achica cada vez más.
El seleccionado local venció a Nueva Zelanda por 26 a 13. Hubo festejo galo en París.
El Mundial de Rugby es, después de los Juegos Olímpicos y el Mundial de fútbol, el evento deportivo más importante del planeta. Pero no quedan dudas que el margen se achica cada vez más.
Este viernes el seleccionado local, Francia, y Nueva Zelanda, en una "final anticipada", inauguraron el Mundial. Pero la previa que se vivió en el Stade de France antes del partido, fue impresionante.
Hombres, mujeres, familias enteras de todas las nacionalidades, juntas para disfrutar un evento increíble.
Un rato antes del comienzo, los típicos tres aviones rociando Saint Dennis de azul, blanco y rojo.
La salida de los equipos a calentar fue una de las primeras "explosiones" dentro del estadio. Antoine Dupont, el capitán francés, el que más "robó" a la hora de las ovaciones.
Tras la salida formal de los equipos, momento de himnos. Cuando fue el turno de la Marsellesa, el estadio entero se unió par cantar esa hermosa canción que emocionó a propios y extraños.
Y antes del kick off inicial, momento de Kapa o Pango. La otra danza guerrera Maorí que fue escuchada con mucho respeto.
Jaco Peyper, el sudrafricano, fue el referí del encuentro que comenzó un par de minutos después de lo previsto.
Una lesión, en la espalda, dejó a Sam Kane, capitán de los All Blacks, afuera a último momento. No obstante, los más de 80 mil espectadores que poblaron el Stade de France, enmudecieron en el arranque.
En su primer ataque en profundidad Ioane cortó muy bien por el centro de la cancha y fue detenido algunos metros antes del ingoal. La jugada siguió, y concluyó con una patada "quirúrgica" de Mounga a Telea, que no perdonó, y abrió el marcador.
Francia reaccionó rápido con dos penales de Ramos. Pero no hay dudas, que tuvo que ver en esa remontada la gente. Empezaron a cantar la Marsellesa, y el equipo reaccionó.
El calor sofocante en Francia, no era ajeno al partido. Por eso hubo un parate para que los jugadores se refresquen.
La primera etapa fue, literalmente un test Match, y encima, en un mundial. Ninguno arriesgaba demasiado, y cada uno aprovechaba las oportunidades para sumar. Eso, quedó reflejado en el 9 a 8 con el que Francia se fue al descanso en ventaja.
Los Galos arrancaron con todo. No obstante, pelota recuperada mediante, otra vez Mark Telea volvió a anotar en "suelo francés".
Otra vez, al igual que en la primera etapa, Francia se puso en partido con la ayuda del público. Muchos minutos en zona de peligro para Nueva Zelanda, pero que no pudo ser capitalizada la los de Galthie.
Estuvo muy cerca Pennaud. Pero en un cierre bárbaro, Mounga se lo negó. Pero el wings francés iba a tener su revancha.
A los 17 minutos, y luego de insistir primero con los forwards, Dupont abrió para el lado corto. La pelota en manos de Jalibert, voló rápido a la punta y ahora sí Pennaud y todo Francia generaron una nueva explosión en Saint Dennis.
Francia cuidaba el resultado, con inteligencia, y también con la certeza de Ramos a los palos.
A diez del final, los All Blacks daban la sensación de no "animarse". ¿O los locales no se lo permitían?
Ramos, con el tiempo cumplido y desde casi mitad de cancha, se encargó de decorar el resultado. 26 a 13, final, victoria para el equipo local que logró un nuevo try en el cierre, y festejo de toda Francia.