Por Néstor López
Desorganización, manipuleo del VAR, un torneo deslucido, partidos cada dos días, arbitrajes vergonzosos y un Mundial que se nos viene y en el que el exitismo nos devora.
Por Néstor López
El exitismo en Argentina es un adjetivo calificativo por excelencia. La futura presentación del Seleccionado Mayor de Fútbol en el mundial de Qatar no escapa a esta palabra siempre ligada al triunfo. Si nos trasladamos al significado que le da la Real Academia Española, señala que éxito es “el resultado feliz y satisfactorio de un asunto, negocio o actuación”. Asimismo, también hace referencia a “la buena acogida de proyecto, organización o de alguien”. Lo que no especifica dicho rector, es lo que precisamente la historia siempre nos ha condenado: que para obtener o llegar a un éxito se debe tener un proyecto, organización y orden que lleve a ese punto.}
En el fútbol argentino hoy no encontramos ninguna de estas palabras que puedan augurar o determinar un éxito seguro en este próximo Mundial. El manipuleo del VAR (al límite del delito), la desorganización de los torneos desde un Federal Amateur a la misma Primera División, 28 equipos en un torneo deslucido, con encuentros cada dos días, con arbitrajes vergonzosos ante la mirada de todos en un estadio o por TV. Por citar uno, Barracas Central-Patronato en un estadio con infraestructura cero de señal para la operación correcta del VAR y con un estado del campo desastroso.
Ese día se consumó uno de los despojos más increíbles (de tantos) en este fútbol donde hasta los mismos perjudicados no se atreven a abrir la boca o si lo hacen es para “agradecer la intervención del presidente de AFA que nos cedió un abogado para que gestione la salida de cuatro integrantes del plantel que estaban detenidos“ (sic), tal cual lo manifestó el presidente de Patronato de Paraná a los medios al día siguiente del saqueo futbolístico que habían sufrido. Dicho señor se llama Oscar Lenci, quien hoy debe pensar en jugar el próximo año en Primera Nacional, donde con mucho menos presupuesto deberá recorrer el país en cuatro extremos, jugar 35/40 fechas y con suerte ingresar a un sistema de play off que con un solo ascenso (el primero); el resto deberán jugar por este sistema frente a equipos que por más baja posición que obtengan con un penal o gol malogrado quedan fuera de competencia.
La Primera B Metropolitana junto al Federal A son una decadencia deportiva y económica para clubes que se empeñan en querer sobresalir de esa marginalidad y discriminatorio formato, pero así como el nombrado presidente de Patronato (hoy en la final de la Copa Argentina y habiendo dejado en el camino nada menos que a River y Boca) y otros tantos de su división, al mejor estilo Coco Basile realizan el “Silencio Stampa”.
Resaltar lo que son las categorías del conurbano bonaerense (C y D ) es más de lo mismo. Otro punto a tener en cuenta sos los estados de estadios en cuanto a seguridad y campos de juego. Brown de Adrogué, por citar uno, no cumple con normas mínimas para intervenir en una segunda división del fútbol Argentino, pero por otro lado si lo comparamos con el estadio “Claudio Chiqui Tapia” de Barracas, que hace de local en Primera División, encontramos inmediatamente la respuesta de por qué lo puede hacer, o bien con qué vara se le puede exigir a Gimnasia y Esgrima de La Plata que su estadio no da la garantías para encuentros, como lo fue el de los escándalos frente a Boca que, simplemente por acción de gracias del Dios que usted profesa, no terminó en una tragedia mayor, que ya de por sí dejó un hecho luctuoso.
Ante esta situación de precariedad organizativa no es menos llamativo el cómplice silencio de los gremios en su totalidad que actúan en la actividad. Futbolistas Agremiados no emite ningún tipo de queja o defensa de jugadores, que están expuestos a días y horarios maratónicos, cuando sus afiliados sufren lesiones y desgaste físico de importancia, dicho y expuesto por los mismísimos médicos de dos planteles, como los de River y Velez Sarsfield.
El de Técnicos vive una acéfala gestión y representación de hace, al menos, cuatro años, y sus seudos dirigentes postean y muestran, en el momento que pueden, fotos con el presidente de AFA. Si lo trasladamos al fútbol juvenil, el Sub-20 que dirige Javier Mascherano, tanto en el torneo Esperanzas de Toulon (Alcudia) como en el reciente Juegos Odesur en Paraguay no pasó primera fase. Y es importante resaltar que el excelente volante y ex capitán del seleccionado accede a entrenar a estos juveniles luego de un pedido expreso, a cambio de apoyo incondicional del actual capitán Leo Messi al presidente Tapia cuando su poder flaqueaba (desde Casa Rosada le buscaban un reemplazante).
En un marco de desorganización, improvisación, sin seguridad, desprovistos de todo tipo de seriedad y lealtad deportiva y en juegos viciados de nulidad y con juegos netos en cada encuentro en promedio de 45/50 minutos, ascienden y descienden clubes con dirigentes obsecuentes, que temen quedar abajo del avión a Qatar y que no se “plantan”, desde la primera a la última división y con sindicatos afines al desmanejo. Sin dudas que no es un panorama, al menos desde lo previsor, muy alentador para lograr un éxito en Qatar 2022.
Hacer un análisis de lo futbolístico del Seleccionado Nacional no entraría en esta exposición y hasta distinta, por lógica, ya que el 99 % de sus integrantes juegan en Europa, sólo la intervención en eliminatorias (segundos detrás de Brasil) y la obtención de la Copa América con la “duda” de los arbitrajes de dos encuentros ( Ecuador, Colombia). A pesar de que los bufones de turno y los que quieren todo gratis para viajar al Mundial se nieguen a buscar y leer el significado de la palabra éxito. Y aún cuando la mayoría de agoreros, obsecuentes e interesados ya deben estar pensando en excusas y tramas hasta graciosas como la explicación del uso de la línea de offside que da Federico Beligoy (mandamás de la AAA), cuando dice que la línea que marca una posición adelantada o no , sólo la ven en un monitor único los que manejan el VAR desde el predio de Ezeiza, justo desde ese lugar de dónde salen todas las desprolijidades y males de nuestro querido y golpeado fútbol argentino. Lo que deben saber todos estos irresponsables de esta desorganización, que la palabra éxito, además de lo descripto, proviene de la palabra Exitus del latín, que significa Salida, la cual sí deberán buscar cuando el fracaso esté consumado.