Martes 5.6.2018
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La definición, jugada el 6 de junio de 2004, "fue un thriller", un partido "jugado con las tripas, suspenso y dramatismo", recordó a dpa el periodista Alejandro Prosdocimi, que revivió la histórica jornada en su libro "La final. La historia de un partido que cambió dos vidas", publicado por Planeta para la colección "Un caño".
"El duelo Gaudio-Coria es uno de los eventos más dramáticos en la historia del deporte argentino porque dejó expuesto el factor psicológico de la competencia", comentó Prosdocimi.
La edición 2004 de Roland Garros es recordada por varios motivos: uno de ellos, que cuatro argentinos llegaron a los cuartos de final (David Nalbandian, Juan Ignacio Chela, Coria y Gaudio) y tres alcanzaron las semifinales; Chela cayó ante el inglés Tim Henman. En la previa de la definición, Coria venció al británico en cuatro sets y Gaudio vapuló a Nalbandian 6-0 en el tercero.
Hasta ese momento el único jugador argentino campeón del torneo había sido Guillermo Vilas (1977), considerado el "padre del tenis" en el país sudamericano. También fue finalista en 1978 y 1982, cuando perdió frente a los suecos Björn Borg y Mats Wilander, respectivamente.
Pero aquella definición, la última antes de que comenzara el reinado en Roland Garros del español Rafael Nadal, puso frente a frente a dos rivales que se conocían desde niños.
La relación entre ambos no era buena, y acaso eso, sostuvo Prosdocimi, explique mucho de lo ocurrido en la final. "Había una tensión extra porque del otro lado de la red estaba el rival de siempre, el del barrio", destaca.
"El Mago" Coria llegó a aquel día con 22 años, número tres del ranking y dos títulos en la temporada, ambos sobre arcilla: Montecarlo y Buenos Aires. "El Gato" Gaudio, por su parte, ingresó al estadio con 25 años, en el lugar 44 del ranking y con dos títulos pero obtenidos dos años antes: Barcelona y Mallorca.
Coria, afirmó Prosdocimi, era el gran favorito y comenzó el partido como si jugara "sobre rollers".
"Volaba. Su cuerpo flaco, elástico y afinado no iba detrás de la pelota, la atraía, anticipando cada destino, ejecutando un número de película absolutamente planificado", rememora el periodista.
Gaudio, por el contrario, "padecía el momento" y estaba "como un trasnochado con resaca que necesitara un café doble. Y Coria lo paseaba", destaca.
Coria ganó los dos primeros sets 6-0 y 6-3 en poco más de una hora y se encontraba 4-3 en el tercero cuando el público, ante lo cercana y fácil que parecía la victoria del "Mago", decidió tomar el rol principal en la escena y hacer la llamada "Ola"; a levantarse de sus asientos con los brazos en alto en forma alternada como el movimiento del mar.
"Todos los que estábamos en la grada veíamos a Gaudio caminando hacia la guillotina. Su resurrección se produjo con la ola", señaló Prosdocimi.
Gaudio, que luego reconoció que estaba sufriendo una "paliza", alentó a los espectadores a que continuaran. Coria, por el contrario, sufrió esa breve fiesta iniciada a poco de la consagración tan deseada.
"Empecé a ponerme cada vez más nervioso. Fue ciento por ciento psicológico porque apenas iba una hora de partido. Empiezo a pensar que me acalambro y en cinco minutos estaba todo acalambrado", relató Coria en 2017 a radio Metro de Buenos Aires.
A partir de ahí el partido cambió de manos. Gaudio subió su nivel y ganó 6-4 y 6-1 los siguientes sets y así llegaron al definitivo. Coria logró sobrellevar los calambres y hasta tuvo dos match points cuando se encontraba 6-5. Pero Gaudio sobrevivió y en la primera ocasión con que contó, levantó el trofeo.
Internet Coria, Vilas y Gaudio.Coria, Vilas y Gaudio.Foto: Internet
Al año siguiente, Gaudio tuvo su mejor temporada en el circuito: ganó cinco torneos de las seis finales disputadas y fue semifinalista del Masters. "Quería demostrar que no había sido campeón de Roland Garros de casualidad", indicó Prosdocimi.
Coria fue operado pocos meses después por una grave lesión en el hombro. Logró levantarse anímicamente de la derrota en París, pero a su regreso ya no sería el monarca de la arcilla que todos auguraban. En Roma 2005 cayó en la final frente a Nadal 8-6 en el quinto set después de una batalla de 5:14 horas, pero los problemas con su servicio tras la operación acabaron derrumbando su confianza.
Ninguno de los dos, en cualquier caso, consiguió volver a una final tan importante. "A Coria lo agobió el fracaso hasta entrar en un espiral depresivo. A Gaudio, el éxito. Al año y medio de la final de Roland Garros la carrera de ambos comienza a evaporarse. Ya nada fue lo mismo para ellos", destacó Prosdocimi.