Dos genios separados por 33 días y miles de kilómetros
Djokovic nació el 22 de mayo de 1987; Messi lo hizo el 24 de junio del mismo año. A los 36, siguen siendo los mejores. Cristo murió a los 33 años, pero en 33 días se encargó de que vinieran al mundo dos deportistas únicos e inolvidables.
Dos genios separados por 33 días y miles de kilómetros
El 22 de mayo de 1987 nacía Novak Djokovic y ese mismo día, los All Blacks ganaban como locales el Mundial de rugby. El 24 de junio de ese mismo año, a miles de kilómetros de distancia, nacía Lionel Messi. Ese día no pasó "nada" (¡justamente!), pero unos días antes profanaban la tumba de Perón para cortarle sus manos y unos días después empezaba la Copa América en Argentina, cuando salimos terceros siendo campeones del mundo con Bilardo en el banco y Maradona en la cancha.
Entre ambos nacimientos, uno en Belgrado y el otro en Rosario, sólo pasaron 33 días. Casualmente, el número 33 tiene un alto valor espiritual que nace a partir de los 33 años que tenía Cristo cuando murió, resucitó y ascendió a los cielos.
Djokovic y Messi tienen hoy 36 años. Para el tenis, una edad súper avanzada a la que muy pocos o casi nadie llega en un alto nivel. Para el fútbol, el momento del retiro para la inmensa mayoría. Para ellos dos, el tiempo de seguir consagrándose y batir hasta los récords más impensados.
Llegaron al mundo con diferencia de 33 días. Dos genios a los que los separó la distancia (más de 15.000 kilómetros) y muy pocas cosas más:
* Ganador de 2 premios The Best de Fifa (2019 y 2022).
* Ocho años goleador de la Liga Española.
* Dos balones de oro de la Copa del Mundo (2014 y 2022).
* Seis años goleador de la Champions.
* Máximo goleador argentino en partidos oficiales.
* Máximo goleador histórico de la selección argentina.
* Jugador argentino con más títulos oficiales (44).
* Jugador con más partidos jugados con la selección argentina.
* Récord Guinnes como goleador en un año natural (91 goles).
* Ganador de todos los títulos que se pueden conseguir jugando para una selección (campeón mundial juvenil, campeón olímpico, campeón de la Copa América y campeón del mundo en mayores).
La experiencia trae sapiencia, aplomo, sabiduría e inteligencia. Para ellos, también trajo logros, consagraciones y momentos de esplendor impropios para una edad en la que ya el físico empieza a pasar factura.
Djokovic nació en Belgrado, cuando no era Serbia y todavía se llamaba Yugoslavia. Messi vio la luz en Rosario, un mes y medio después que Rosario Central le ganara por un punto el torneo a Newell's, en una definición apasionante de la que también participaron Independiente y Boca.
Apenas 33 días separaron sus nacimientos, además de muchos miles de kilómetros de distancia. Los unió la genialidad, la brillantez, la jerarquía inigualable, la vigencia que para ellos parece eterna y ese don reservado para los elegidos, aunque, en el caso de ellos, cueste encontrar referencias para compararlos. Son especies únicas.