La situación de Novak Djokovic en Australia sigue dando que hablar. El serbio había conseguido una exención médica para disputar el primer Grand Slam del año sin estar vacunado, pero en el aeropuerto de Melbourne le fue revocada la visa en su llegada. De todos modos, consiguió que le permitieran aislarse en un hotel hasta el lunes a la espera de una resolución judicial.
En ese contexto, las idas y vueltas se volvieron interminables, con declaraciones cruzadas y repercusión mundial. El Primer Ministro australiano, Scott Morrison, fue uno de los primeros del Gobierno en pronunciarse al respecto de lo ocurrido con el tenista de 34 años, siendo inflexible en relación a la postura de no permitirle el ingreso al país.
"La visa del Sr. Djokovic ha sido cancelada. Las reglas son reglas, especialmente cuando se trata de nuestras fronteras. Nadie está por encima de estas reglas. Nuestras sólidas políticas fronterizas han sido fundamentales para que Australia tenga una de las tasas de mortalidad más bajas del mundo por COVID, seguimos estando atentos", tuiteó el PM horas después del escándalo.
Ahora, fue la ministra del Interior del territorio oceánico, Karen Andrews, quien, en sintonía con lo dicho por Morrison, se refirió a la situación del número uno del mundo. "El señor Djokovic no está cautivo en Australia (porque) es libre de salir en cualquier momento en que decida hacerlo y la Fuerza de Fronteras, de seguro, se lo facilitará", manifestó la ministra en diálogo con la cadena pública australiana ABC, contrarrestando lo declarado por la familia del tenista.