Aquella hazaña de Gorno, el vagón de la Locomotora humana
Gorno se proclamó subcampeón olímpico de maratón en los Juegos Olímpicos de Helsinki (Finlandia) el 27 de julio de 1952, con 2 horas 25' 35", superado sólo por uno de los más grandes atletas de la historia, el checo Emil Zatopek.
Aquella hazaña de Gorno, el vagón de la Locomotora humana
Bajo la conducción del notable adiestrador austríaco, Alejandro Stirling -quien también había sido entrenador del campeón olímpico Juan Carlos Zabala y luego de Osvaldo Roberto Suárez, triple vencedor de la tradicional San Silvestre- Gorno se proclamó subcampeón olímpico de maratón en los Juegos Olímpicos de Helsinki (Finlandia) el 27 de julio de 1952, con 2 horas 25' 35", superado sólo por uno de los más grandes atletas de la historia, el checo Emil Zatopek.
A la 1.26, se conoció el anuncio del locutor Jorge Furnot, quien informó que a las 20.25 del día anterior había fallecido Eva Perón, la llamada "Jefa Espiritual de los Argentinos", amada por los trabajadores y deportistas y detestada por las clases poderosas, además era Presidente Honoraria del Comité Olímpico Argentino. La congoja y el dolor había impactado a los atletas, técnicos y dirigentes en las distintas disciplinas, las lágrimas invadieron todas las habitaciones y casi nadie durmió esa noche, aunque se dispuso competir.
Antecedentes
El excepcional corredor argentino, había nacido el 18 de junio de 1918 en la localidad jesuítica de la Cruz, departamento Yapeyú, provincia de Corrientes, en una familia de 11 hermanos, dedicándose al deporte, inspirado al igual que Delfo Cabrera en la figura de Zabalita, el triunfador en Los Angeles de 1932, compartiendo muchas competencias en distintas categorías y fueron puntales de una histórica generación que colocó a la Argentina en el primer plano del orden internacional.
El correntino había debutado siendo un niño, tenía 13 años, en Concordia, donde vivían sus padres, había reemplazado a un amigo, quien se dobló un tobillo, le cedió el número y venció sobre tres kilómetros.
La cobertura de El Litoral de aquél famoso maratón que se llevó a cabo en los Juegos Olímpicos de 1952
A los 18 años, se radicó en Buenos Aires y comenzó a competir por Independiente, bajo la conducción del notable adiestrador austriaco Alejandro Stirling, también había entrenado al campeón olímpico Juan Carlos Zabala y posteriormente a Osvaldo Suárez, luciendo sus condiciones en nuestro país y luego su apellido se extendió en el concierto continental.
En el Sudamericano celebrado en Buenos Aires en 1941 logró la presea de plata en 5.000 y 10.000 y oro en 3000 por equipo junto a Delfo y el entrerriano Raúl Ibarra. Cuatro años después obtuvo la medalla dorada en cross country; la plateada en 10.000 y de bronce en 5.000. Tuvo una decepción en 1948 porque Gorno con más de 30 años no integró el equipo argentino en las Olimpíadas, de inolvidable actuación, lo conformaron en Londres: Delfo Cabrera (oro), Eusebio Guiñez (5to.) y Armando Sensini (9no.).
En la primera edición de los Campeonatos Panamericanos, realizados en 1951 en Buenos Aires, debutó en el maratón y se colgó la presea de plata, en una carrera que congregó a un millón de personas a lo largo de la Avda. Gral. Paz que ganó Delfo Cabrera. El santafesino volvió a superarlo en el campeonato Sudamericano que se llevó a cabo en la capital argentina.
En el Maratón de los Juegos Olímpicos de Helsinki, el británico James Peters aparecía como firme candidato, quien seis meses antes había pulverizado la plusmarca mundial con 2 horas 20 minutos 42 segundos 2 décimas durante el maratón Windsor—to Chiswick, el selectivo del equipo británico.
En Helsinki
Debe señalarse que dentro de los 66 inscriptos para la edición en Helsinki, provenientes de 32 países, se encontraba alguien a quienes todos temían, aunque fuese un debutante en la distancia: el checoslovaco Emil Zatopek, ganador de 5.000 y 10.000 metros de la semana previa y con ganas de agigantar su leyenda.
Al no conocer las características del maratón, como ser las velocidades y sus pausas, Zatopek había decidido seguir al inglés; Gustaf Jansson, un sueco con aspiraciones de podio, había optado por no perderle pisadas al checoslovaco; el trío argentino llevaría adelante su propio plan de correr en equipo; el británico comenzó con un ritmo demasiado fuerte, imprimiendo una velocidad inusitada en los primeros 10 kilómetros.
En el kilómetro 20, con Peters visiblemente cansado, Zatopek le preguntó si al ritmo que iban no era demasiado rápido; el de Gran Bretaña, tratando de engañarlo le dijo que no, que por el contrario era lento; de esta forma Zatopek decidió apurar la marcha y tomar la delantera, perseguido por Jansson, que no le perdía pisada; Peters quedó tercero, seguido por el pelotón argentino, el coreano Choi Yoon-chil y el filandés Veikko Karvonen.
A partir de entonces, nadie pudo parar a la "Locomotora Humana", con parciales de 1 hora 21 minutos 30 segundos para los 25 kilómetros y de 1 hora 38' 42" para los 30 km.; se alejó de todos, con excepción de Jansson, quien pudo mantenerle el paso hasta el kilómetro 39, antes de desplomarse físicamente; ese bajón del sueco, sumado al abandono de Peters, completamente agotado y acalambrado, fue bien aprovechado por Gorno, quien había apurado su marcha desde el Km. 35 y pudo pasar a la segunda colocación cuando faltaban tres kilómetros para la meta. En el kilómetro 40 el tercer argentino, Corsino Fernández, abandonó.
Sin embargo, era imposible alcanzar a Zatopek, quien había corrido de tal forma que solamente había dejado lugar para luchar por el segundo lugar; una ovación recibió al checoslovaco en su entrada al estadio; deberían pasar dos minutos y medio para que el argentino Gorno hiciese lo propio, siendo también muy aplaudido; después llegaron Jansson, Choi Yoon-chil, Karvonen y Cabrera, separados estos últimos tres por apenas seis segundos.
Debe expresarse que cuando Gorno cruzó la meta, Zatopek se encontraba firmando autógrafos a sus admiradores; sin embargo, el checoslovaco fue a felicitarlo y le ofreció una naranja para su recuperación; el checoslovaco no sólo había logrado un triplete inédito con las tres carreras de fondo.
En el debut en esa competencia el checoslovaco Zatopek había quebrado el récord olímpico con 2 horas 23 minutos 03 segundos 2 décimas conquistando la presea de oro; la medalla de plata correspondió al argentino Gorno con 2 horas 25´ 35" y la de bronce fue obtenida por el sueco Jansson 2 horas 26´ 07". Delfo Cabrera resultó sexto con 2 26 42 4/10.
Fue una carrera extraordinaria; los siete primeros bajaron la plusmarca olímpica del coreano Shon Kee-chung, 2 horas 26 minutos 42 segundos en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 y los primeros 15 lograron sus mejores marcas personales.
A continuación, Zatopek sorprendió a todos al anunciar que se retiraba del atletismo, pero tiempo después recompondría su decisión y apareció de nuevo en Melbourne ´56; además de poseer un talento inigualable, fue un adelantado en técnicas de entrenamiento, alimentación y medicina deportiva; siendo el único atleta al que el correntino Gorno no pudo alcanzar