Tomás Rodríguez
Antes, los equipos se mantenían, las delanteras se memorizaban y se convertían más goles que ahora. ¿Alguien puede imaginar a un jugador como lo fue el “Gringo” Scotta, convirtiendo 60 goles en un año en el fútbol argentino?, él lo logró en 1975, entre el Metropolitano y el Nacional. Y San Lorenzo, su equipo, no fue campeón.
Tomás Rodríguez
Desde el nacimiento y hasta un par de décadas atrás, el fútbol argentino brilló por la calidad de sus jugadores, la capacidad ofensiva, con la jerarquía de notables exponentes que engalanaron la vista de los aficionados que colmaban los estadios, especialmente cuando no existía la pantalla chica.
Muchos hombres de la prensa y de la dirigencia lo calificaron el deporte más maravilloso del mundo. Es cierto el latiguillo del recordado “Relator de América”, José María Muñoz, al definirlo como pasión de multitudes; que un equipo de 11 jugadores se enfrente en una cancha a otro de igual conformación y con idéntico propósito para tratar de meter el esférico o útil dentro del arco contrario, produce un espectáculo atrapante, generador de una pasión inexplicable.
Con el transcurrir de los años, en la Argentina tomó una trascendencia importante. Este es un semblante sintético de las delanteras más inolvidables del fútbol argentino:
Argentinos Juniors
En 1960 el equipo de la Asociación Atlética Argentinos Juniors fue el mejor del torneo de primera división, siendo el principal animador de la competencia en el que declinó sobre el final, posibilitando que Independiente se clasificara campeón, perdiendo la categoría, por única vez, Newell’s Old Boys. Por iniciativa de Alberto J. Armando y Antonio Liberti, presidentes de Boca y River, bajo el slogan “Fútbol Espectáculo, se propició una masiva importación de futbolistas extranjeros (Brasil, España, Perú y Uruguay).
La línea de ágiles de los “bichitos colorados” de la Paternal, consiguieron 68 dianas: Martín Roberto Canseco, Martín Esteban “La Radio” Pando, Osvaldo Carceo, Hugo Osvaldo González y Mario Angel Sciarra.
Banfield
La mayor paridad entre grandes y chicos se manifestó claramente en 1951 al llegar Banfield con una formación ordenada y pareja a igualar el primer puesto con Racing, que obtuvo el tercer título consecutivo al ganar la segunda final que disputaron. El excelente quinteto ofensivo del conjunto capitaneado por Luis Angel Bagnato o Eliseo Víctor Mouriño, “El Caballero del Fútbol”, lo conformaban Miguel Angel Converti (p), José María Sánchez, Gustavo Albella (21 tantos, a uno de Santiago Vernazza, de River, máximo artillero del torneo), Nicolás Moreno (16 anotaciones) y Juan Carlos Huarte.
Boca
Boca logró el primer bicampeoato en la era profesional 1934-1935. En el primero se constituyó la Asociación del Fútbol Argentino, se redujo a 14 los participantes, se obligó a la fusión de cuatro entidades (Atlanta-Argentinos Jrs y Talleres de Remedios Escalada-Lanús), bajando de categoría a Quilmes y Tigre por las bajas recaudaciones.
Convirtió 102 tantos y en el siguiente sumó 98 con la siguiente delantera: Ricardo Zatelli, Francisco ‘Pancho‘ Varallo, Delfín ‘El Machetero‘ Benítez Cáceres, Roberto Cherro y Vicente Cusatti.
Luego, en 1940, el conjunto de la Ribera (inauguró la Bombonera) incorporó a tres jugadores de “La Pandilla” de F.C. Oeste: Jaime “Piraña” Sarlanga, Bernardo “Nano” Gandulla y Raúl Emeal que posibilitaron la obtención del certamen. Tres temporadas más adelante repitió el bicampeonato (1943-1944) con 79 y 82 goles, con la aparición del uruguayo Severino Varela fue un digno campeón con Mario Emilio “El Atómico” Boyé, Pío Sixto Corcuera, Sarlanga, Severino Varela y Mariano Sánchez.
Chacarita
La campaña de Chacarita Juniors le posibilitó en 1947 conseguir el séptimo puesto con 66 goles, mientras su clásico oponente del barrio Villa Crespo, Atlanta, debió descender a la segunda categoría, a la par que Huracán procedió a inaugurar su amplio templo en Parque Patricios. Los ágiles que hicieron 66 tantos eran el santafesino Enrique Pessarini, José Jaime Coll, Humberto De Luca, Francisco Campana y Marcos Busico. En 1969, tres años después de evitar la pérdida de categoría al suprimirse los descensos (Chacarita y Quilmes) se adjudicó en forma brillante el Campeonato Metropolitano. Brilló el quinteto ofensivo integrado por Angel “Loco” Marcos, Leonardo Luis Recúpero, Rodolfo “El Cuga” Orife, Juan Carlos Puntorero y Horacio “El Tanque” Neuman.
Estudiantes
Cuando comenzó el profesionalismo, la brillante delantera estudiantil fue la principal atracción del certamen, convirtiendo 104 dianas y ha sido el único equipo chico que superó el centenar de tantos en un campeonato: Miguel Angel “Flecha de Oro” Lauri, Alejandro “Conejo” Scopelli, Alberto Máximo “Don Padilla” Zozaya, Manuel “Nolo” Ferreira (“El Piloto” Olímpico”) y Enrique “El Indio” Guaita (“El Corsario Negro”, goleador y campeón con la Roma y mundial con Italia en 1934).
En la primera mitad de la cuarta década del siglo XX, Julio Gagliardo, Juan José Negri, Ricardo “Beto” Infante, Francisco Arbios y Manuel Gregorio “El Payo” Pelegrina, se erigieron en una línea ofensiva de notable jerarquía. En la segunda parte la conformaron Antonio Giosa, José Barreiro, Ricardo Infante, Héctor Antonio y Pellegrina.
Ferro
La aparición de la juvenil delantera de Ferro, conocida como “La Pandilla”, sorprendió en la década del 30 porque además de la elegencia y contundencia, se destacaba con actuaciones espectaculares, determinó que Boca Juniors lograra la transferencia de tres ellos para potenciar a su formación. Los que se divertían dentro de la cancha y alegraban al público resultaron ser Juan José Maril, Alfredo Borgnia, Sarlanda, Gandulla y Emeal.
Gimnasia
En el torneo de 1933, los “triperos” se convirtieron en principal protagonista, sin embargo los deficientes arbitrajes perjudicaron ostensiblemente y le hicieron perder la moral, el primer puesto y el campeonato. Los jueces con sus fallos favorecían a los grandes, pudiéndose comprobar que la inmoralidad prevaleció sobre las cualidades deportivas.
Pese a ello, en la última fecha, River Plate derrotó en su estadio de Avda. Alvear y Tagle a Boca Jrs, por tres a uno y San Lorenzo en Villa Crespo derrotó a Chacarita coronándose campeón. La delantera gimnasista, la más eficiente de la competencia anotó 90 tantos, integrada por Tomás González Peralta, Alberto Palomino, Arturo Naón, Armando Zoroza e Ismael Morgada.
Huracán
Una delantera inolvidable la del equipo de 1939 de Huracán, época en que se lo consideraba el sexto grande tenía más de 45.000 socios. Los dos extremos eran uruguayos: Rubén Alcides Perdomo (también lo hizo al lado de “Tucho” Méndez), Ramón Guerra, Herminio Masantonio, Emilio Baldonedo y Plácido Rodríguez.
Masantonio es una de las glorias de todos los tiempos de Huracán, además de ser uno de los máximos goleadores de la historia del fútbol argentino; jugó 12 años desde el comienzo del profesionalismo cuando se fue Guillermo Stábile a Europa (máximo artillero del mundial de Uruguay, en 1930). Fue un impetuoso delantero, potente, cabeceador, valiente en el área, de gran remate que deleitó a los “quemeros” en trío central con entrealas como Bálsamo (después “Tucho” Méndez) y Baldonedo (lo reemplazó Llamil Simes). Lo sucedieron Alfredo Di Stéfano, el “Maestro” Pedernera, Erico (7 partidos porque estaba rota una de sus rodillas) y el “Beto” Infante. En la selección marcó 21 goles en 17 juegos.
Habrá que recordar 1973 para volver a hablar del considerado el mejor equipo del último medio siglo conducido técnicamente por Cesar Luis Menotti que llevó de la mano a esos inmensos futbolistas que integraron el famoso equipo, con el que Huracán consiguió el logro deportivo más importante de su existencia. El “Flaco” los llevó a la selección que le dio el primer título mundial en 1978. René Orlando Houseman, Miguel Angel Brindisi, Roque Avallay, Carlos Alberto Babington y Omar Larrosa, se adjudicaron el campeonato, con el fútbol más vistoso que se haya visto en las canchas argentinas y llegando a la semifinal de la Copa Libertadores del año siguiente.
Independiente
En 1938 se realizó un campeonato en que se establecieron todos los records de goles convertidos, a lo que no sólo el juego ofensivo que se practicaba, sino también la constante aparición de notables delanteros. El fútbol argentino había comenzado a transitar por su etapa más formidable, como lo demostró la excelencia del campeón Independiente, uno de los mejores equipos del profesionalismo convirtiendo 115 goles en 32 juegos, récord nunca alcanzado por otro equipo..
José Villariño (17 dianas, luego Maril), Vicente de la Mata (152 tantos en 362 partidos, 14 años), Arsenio Pastor Erico (295 conversiones), Antonio Sastre (112 goles) y Juan José Zorrilla (65 anotaciones).
“La gente no come, para ver a Don Vicente”, coreaba la afición de Independiente, ante la calidad y las apiladas de “Capote” de la Mata, el crack surgido en el barrio La Tablada de su querido Central Córdoba.
Entre 1952 y 1957, el conjunto rojo presentó una delantera inolvidable con Rodolfo Micheli, Carlos José Cecconato, Carlos Lacasia (Ricardo Bonelli, luego se fue a México y no volvió más), Ernesto “Coco” Grillo (90 tantos, 194 partidos) y Osvaldo Cruz que fue incorporada integra a la selección argentina que disputó en 1953 los amistosos con Inglaterra y España, luego estuvo en los Sudamericanos de 1955 en Chile (Micheli goleador y el combinado blanquiceleste campeón) y al año siguiente en Uruguay.
Lanús
El primer título que pudo alcanzar Lanús en primera división aconteció en 1956 al perder un campeonato que parecía suyo, existieron muchos comentarios sobre la definición del torneo debido a que la política se introdujo en el fútbol para beneficiar a un grande. La maravillosa delantera de “Los Globetrotters” la conformaban Emilio Fernández o Bernabé Carranza, Urbano Reinoso, Benito Cejas (lo fracturó Néstor Rossi y abandonó la actividad) o Alfredo Hugo Rojas (“El Tanque”), Dante Homérico “Mandrake” Lugo y Ramón Felipe Moyano.
Cuatro temporadas más adelante los llamados ”Los Albañiles” llenaron los estadios de un fútbol ofensivo que agradaba a las multitudes”: Oscar Iglesias o Héctor Minitti, Fernando Parenti o Ramón Cabrero, Angel Manuel Silva, Bernardo Acosta (63 goles, en el ’69 se fue a Sevilla y se quedó a vivir a España) y Juan José De Mario.
Newell’s
En el segundo año en primera división de la AFA, en 1941 el conjunto dirigido por Adolfo “Alemán” Celli (una gloria de Colón —fue uno de sus fundadores— y Newell’s) fue la sensación del torneo con Raúl Belén, José Belermino Canteli (primer insíder goleador con 30 dianas), René Alejandro Pontoni (20), Mario Morosano y Juan Silvano Ferreyra, clasificándose tercero, en los tres primeros partidos vencieron a San Lorenzo de Almagro, River Plate y Boca Jrs. En 1942 brilló Pontoni como artillero con 24 tantos.
Por primera vez Newell°s ponía su nombre como campeón, en el torneo Metropolitano de 1974, con un magnífico juego ganó su zona y en la rueda final demostró ser el mejor. El ataque lo conformaban Santiago Santamaría, Alfredo Domingo Obberti (figura goleadora en el título logrado por Colón en 1965) y Sergio Robles.
Racing
Fue el primer tricampeón argentino del profesionalismos con el equipo que dirigía Stábile con esta delantera: Juan Carlos Salvini (en el ’51 regresó “El Atómico” Boyé, en la segunda final con Banfield le dio el campeonato con su golazo de volea), Norberto Doroteo “Tucho Méndez, Rubén Norberto “El Maestro” Bravo, Llamil “El Turco” Simes y Ezra Sued.
Una década después, en 1961, con la incorporación de Ruben Sosa (“El Marqués) uno de los mejores cabeceadores de la historia de nuestro fútbol, Racing volvió a ser campeón con Oreste Omar “El Loco” Corbata, Humberto Dionisio “Bocha” Maschio, Pedro Waldemar “Ropero” o “El Curita” Mansilla (jugó luego en Unión), Sosa y Raúl Oscar “La Bruja” Belén.
Racing resultó ser el primer equipo argentino campeón mundial de clubes dirigido por Juan José “Tito” Pizutti, en la década del ’60. “Y ya lo veày ya lo veàes el equipo de José”, cantaba la hinchada N° 1, especialmente entusiasmada con la racha invicta que mantuvo entre 1965 y 1966. Norberto Raffo, Juan Carlos Rulli, Cárdenas, Juan José “Yaya” Rodríguez y Maschio, fueron los principales héroes de esa inolvidable campaña y proeza.
River
El club fundado en La Boca el 25 de mayo de 1901, fue bicampeón de 1936-1937, cuando le pusieron el apodo de “Millonarios” por la compra de futbolistas de notable valor. Carlos Desiderio “Barullo” Peucelle, Eladio Vaschetto (empezó en Libertad de Sunchales, se destacó en Colón y se lo llevó River), Bernabé “El Mortero de Rufino” Ferreyra (206 goles en su trayectoria, ganó tres torneos con este club; 1932, 1936 y 1937 y también le decían “La Fiera”), José Manuel “Charro” Moreno (cinco títulos con la banda y más de una docena en su carrera) y Adolfo Alfredo “Maestro” Pedernera (cinco campeonatos con River, de un total de 12).
Juan Carlos Muñoz, Moreno, Pedernera, Angel Amadeo Labruna (el segundo goleador del fútbol nacional con 293 tantos) y Félix “Chaplin” Loustau formaron una línea ofensiva inolvidable. Con Aristóbulo Deambrosio como puntero izquierdo, ese quinteto (“La Máquina”) vio la luz el 21 de septiembre de 1941, por la 25ª. fecha, goleando en Avellaneda a Independiente por 4 a 0.
Entre 1952-1953 y 1955-1956 y 1957, “La Maquinita de River obtuvo cinco campeonatos. Santiago “Guito” Vernazza, Eliseo “Odontólogo” Prado, Walter Gómez, Angel Amadeo “El Feo” Labruna (Enrique Omar “Cabezón” Sivori) y Félix “Chaplin” Loustau.
Arnaldo Ariel “Burrito” Ortega, Enzo “El Principe” Francescoli y Julio Ricardo “Jardinero” Cruz o José Marcelo “El Matador” Salas cumplieron magníficas actuaciones en el curso de las temporadas 1996-1997, obteniendo títulos nacionales e internacionales con los “millonarios”.
San Lorenzo
Con un fútbol de gran belleza y una ofensiva arrolladora, San Lorenzo volvió al éxito en 1946, tras 13 largos años, obtuvo el segundo campeonato en el profesionalismo (en el primero, en 1933 jugaban dos santafesinos: Gabriel Magán y Genaro Canteli, surgidos de la emblemática escuela de Gimnasia y Esgrima).
En un torneo de 30 partidos, el campeón sumó 46 unidades, producto de 20 éxitos, 6 empates y 4 derrotas, tuvo con 90 tantos, la delantera más efectiva y su valla fue vulnerada en apenas 37 ocasiones, El notable quinteto lo integraban Mario Imbellone, Armando “Chueco” Farro, René Alejandro “Huevo” Pontoni, Rinaldo “Mamucho” Martino y Oscar Silva.
El club fundado en la parroquia San Antonio del barrio de Almagro por el padre Lorenzo Mazza, 13 años después, provocó una verdadera revolución futbolística en 1959. El conjunto dirigido por José Barreiro llenaba todas las canchas con sus hinchas por el poder ofensivo y el fantástico nivel por la calidad de sus hombres: La delantera: Héctor Osvaldo Facundo, Miguel Angel Ruíz, Omar Higinio García, José Francisco Sanfilippo y Norberto Constante Boggio.
El lapso comprendido entre 1968 y 1974 es considerado “La edad de oro”, como una de las etapas más brillante del fútbol azulgrana, cuatro títulos con un plantel mágico que ganó el mote de “Los Matadores” por su implacable manera de jugar, bajo la conducción del brasileño Elba de Padua Lima (“Tim”). La delantera era ésta: Pedro Alexis González, Alberto “Toscano” Rendo, Rodolfo José “El Lobo” Fischer, Carlos José “Toti” Veglio y Victorio Nicolás “Buchi” Cocco (formado en el fútbol infantil en San Antonio, pasó por Copacabana en la liga local y fue promesa de gran cabeceador en Unión).
Luego apareció el sanjustino Héctor “Chiquito” Scotta (jugó en Unión lo mismo que su hermano Néstor “El Tola”) marcó 60 goles en 1975, un récord que nadie pudo superar.
Vélez
En la década del ’40 del siglo pásado Velez Sarsfield cuyos dirigentes pensaron primero en la consolidación como institución y apostaron a la construcción de un moderno estadio (el primero que tuvo iluminación eléctrica) tenían una delantera destacada por sus virtudes: Eduardo Heisecke, Isaac Scliar, Juan José Ferraro, Alfredo Bermudez y Jorge Cano, lograron ascender a primera división, lucieron sus cualidades en el círculo superior y gustaban por su capacidad ofensiva .
En 1952-1953 tenía una delantera fantástica: Ernesto Sansone, Norberto “Beto” Conde (golazo a Italia en 1956 en cancha de River cuando Argentina ganó 1 a 0), Ferraro, Osvaldo Juan Zubeldía y Juan Carlos Mendiburu.
De la mano de Carlos Bianchi, un ídolo de la institución que volvió al club para asumir la dirección técnica, Velez Sarsfield, rompió una larga racha de 25 años (Nacional de 1968: José Luis Luna, Daniel Alberto Willington, Bianchi y Juan Carlos “Pichi” Carone), sin títulos locales e inauguró un lustro dorado para los de la “V” azulada.
Con Omar Andrés “Turco” Asad y José Oscar Flores (4-4-2) fue el nacimiento de un Velez sin igual que ganó todo en el país, Copa Libertadores e Intercontinental.
En nuestra ciudad
Es un tema recurrente en el fútbol: el olvido a alguna delantera que hizo historia y que está condenada al imperdonable error del olvido. Pero en Unión hubo equipos que tuvieron integrantes que se recitaron de memoria, sobre todo en otros tiempos, cuando a las delanteras (eran tres) se les agregaban el “8” y el “10”.
En el 49, Unión hizo una gran campaña con Lozada, Avila, Grecco, Acosta y Méndez. Unos años después, en el 55, con Marzábal, Reyes Díaz, Avila, Rivero y Ludueña, delantera de Unión de 1955.
Colón tenía una inolvidable a fines de los 40: Belén, Canteli, Raúl Frutos, Dorado y Valentini, fines de los 40. Y aquella trilogía del ascenso en 1965 con Orlando Medina, Obberti y Alejo Medina. Al año siguiente, Unión logró idéntico objetivo con Luis Alberto Díaz, Orlando Ruiz, Julio César Fernández, con el agregado de Asencio y Mansilla y repitió dos años después con Lapalma, Zanabria, Vitale, Ruiz y Mendoza.
Más acá en el tiempo, las formaciones fueron mutando. Se dejó de jugar con tres delanteros netos. En el 75, por ejemplo, Mastrángelo, Luque y Tojo en Unión o Coscia, Saldaño y algún volante o a lo sumo el Patito Brítez en Colón. Es que el Gitano Juárez —el Toto Lorenzo también— tenía una constelación de volantes con Mazo, Cococho Alvarez, Villarruel, Carlos López y Borgna, entre otros.
En la B, Juárez, Valencia o Luque y Garello se la recuerda en Unión. O algún partido en el 79 con Arroyo, Paz y Alí, aunque Volken sumaba a Mario Alberto al medio para que le diera una mano a Telch en la marca y liberar a Pitarch y a Ribeca para que armen juego. O últimamente con el entendimiento que habían alcanzado Gamba-Soldano. Y en Colón, la dupla Pavón-Alario en el último ascenso o Uliambre-Gambier en el anterior o aquél equipo de Pancho Ferraro con Castillo-Müller o el de Piazza con Enría-Fuertes en el 2000, consagrando al Bichi como goleador del torneo.
La lista puede engrosarse, inclusive con el agregado de volantes que ayudaban mucho y tenían gol, como por ejemplo pasó con Saralegui en Colón.