El tenis de festejo: Guillermo Vilas cumple 70 años
El ex tenista argentino alcanza sus 7 décadas de vida viviendo en Montecarlo junto a su esposa y sus 4 hijos.
El máximo referente del tenis nacional cumple 70 años.
Miércoles 17.8.2022
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Guillermo Vilas, uno de los mejores tenistas argentino de todos los tiempos con una colección de 62 títulos, cuatro de ellos de Grand Slam, cumple 70 años este 17 de agosto y su enorme figura sigue vigente como emblema de un deporte que popularizó en Sudamérica con hazañas inolvidables que lo elevaron a la categoría de leyenda.
El ex tenista llegará a las siete décadas lejos de su país, lo pasará en Montecarlo, donde reside con su esposa, la tailandesa Phiangphathu Khumueang, y sus cuatro hijos, Andanin, Intila, Lalindao y Guillermito, en épocas difíciles ya que transita una enfermedad neurológica con signos cada vez más evidentes de un deterioro cognitivo que motivó que sus apariciones en público sean esporádicas.
Vilas llegó al mundo un 17 de agosto de 1952 en la Capital Federal, pero a los pocos días sus padres se mudaron con él a Mar del Plata, a la casa de la Avenida Colón que ocupó durante su infancia y adolescencia, hasta que salió a recorrer el mundo con una raqueta en la mano.
El ex tenista estudió en el Instituto Peralta Ramos junto con su hermana Marcela, tomó su primera raqueta a los 5 años y comenzó a castigar el frontón, hasta que lo descubrió el profesor Felipe Locícero.
El 'zurdo' de la vincha deslumbró en el circuito con la conquista de cuatro torneos grandes: Roland Garros y el US Open en 1977, más el Abierto de Australia en 1978 y 1979. Si bien fue un especialista en polvo de ladrillo, Vilas era tan profesional y perfeccionista que fue capaz de jugar razonablemente sobre césped.
Por eso, a los 22 años ganó el Masters en el césped del estadio Kooyong, en Melbourne, en 1974 y ante el talentoso rumano Illie Nastase, quien fue campeón del US Open de 1972 y Roland Garros de 1973.
También popularizó y patentó un golpe, la "Gran Willy", que consiste en impactar la pelota por entre las piernas y de espaldas a la red, una maniobra de malabarismo tenístico propia de los elegidos.
Una elección clave en su vida fue la del entrenador rumano Ion Tiriac, a quien se unió en 1975 para diseñar una carrera casi perfecta que lo elevó al segundo lugar del ranking mundial, aunque debió haber sido número uno, su asignatura pendiente.
Vilas y Tiriac diagramaron una sociedad perfecta. Junto al rumano ganó sus Grand Slams, más 16 títulos en un año y 46 partidos consecutivos, todo esto en 1977 cuando fue el líder indiscutido para todos aunque el ranking de la ATP no lo admitiese jamás. Vilas no fue reconocido como número uno a pesar de que ese año tuvo esos hitos y además totalizó 137 partidos ganados en todas las superficies.
Es que antes de Vilas el tenis en la Argentina era un deporte de élite que se practicaba sólo en clubes tradicionales, no había ni transmisiones televisivas ni radiales de los grandes torneos y pocos espectadores presenciaban los Campeonatos Nacionales o Regionales.
No obstante, Vilas no solo dejó su huella con logros irrepetibles, sino también con su ejemplo alentó a que las siguientes generaciones de tenistas alcanzaran un gran nivel.
En ese sentido, son varios los grandes tenistas que admiten la influencia de Vilas en sus carreras y lo tienen como ídolo, en una lista que incluye al brasileño Gustavo "Guga" Kuerten, campeón de Roland Garros tres veces (1997, 2000 y 2001), al ecuatoriano Andrés Gómez, ganador de Roland Garros en 1990 y al paraguayo Víctor Pecci, finalista en el Grand Slam parisino en 1979, entre los casos más salientes.