El último partido del "optimista del gol" en la cancha de Boca
Hace 10 años, Palermo se llevaba un arco de La Bombonera
El goleador histórico "xeneize" se despedía del público en un empate 1 a 1 ante Banfield.
Télam. La parcialidad xeneize adoptó a Palermo como un verdadero ídolo del club.
7:12
Martín Palermo fue en Boca un goleador de película y tenía que tener un final así, como el de esa fría del 12 de junio de 2011. Tras el empate ante por la anteúltima fecha del torneo Clausura, cerca de 55.000 almas vieron emocionadas cómo un levantaba el arco que daba a Casa Amarilla, para que él se lo llevara para siempre.
Los diez años que se cumplen hoy del último encuentro del "Titán" en La Bombonera, al margen del pálido empate 1-1, ponen nuevamente en valor la figura del máximo goleador de la historia de Boca, con 236 tantos en partidos oficiales.
Su imagen se agiganta con el tiempo, y mucho más cuando el club de la Ribera sigue buscando (como pasa en estos días) un número "9". Y retumba entonces en el "templo" de La Ribera el grito de un apellido que se hizo bandera: Palermo.
El arco que Boca le obsequió ese día era el original regalo que la dirigencia encabezada entonces -como ahora- por el presidente Jorge quería darle como homenaje a sus proezas con la camiseta azul y oro.
Esos tres palos fueron testigos de los 129 goles que hizo en La Bombonera: el último de su carrera ahí fue ante , el 15 de mayo de ese año, el segundo tanto en la victoria por 2 a 0 ante el "Millonario", y que fue el principio del final en el descenso al Nacional B del rival de siempre.
Télam. Diez años atrás, Martín Palermo se despedía de la hinchada de Boca en una emotiva ceremonia en la Bombonera.
Diez años atrás, Martín Palermo se despedía de la hinchada de Boca en una emotiva ceremonia en la Bombonera. Foto: Télam.
"No sé dónde lo voy a meter, en casa no me entra", decía el "Loco" Palermo mientras observaba la secuencia, sin entender nada en medio de tanta fiesta. Ahora ese arco está en el complejo deportivo llamado Sport, del que Palermo es socio y que maneja su hermano Gabriel. Y pasó a formar parte de ese lugar como si fuera una especie de estatua o de monumento.
Ya era de noche aquel 12 de junio y con el "9" dorado en la espalda, una camiseta especial para ese día que luego se la obsequió a Rubén , el histórico kinesiólogo de Carlos que curó al 9 de la rotura de ligamentos previa a que inmortalizara el "" contra en aquel 3-0 de la Copa Libertadores 2000, el "Titán" escuchó atentamente al cantante Martínez tocar en su armónica el Himno Nacional.
Mientras a través de un video se veían sus goles, títulos y hazañas con la camiseta de Boca, la gente deliraba con el "Palermo, querido, la 12 está contigo". En ese momento, un grupo de chicos le entregó una capa con la leyenda " Martín", que no dudó en lucirla en su espalda.
Mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, a su alrededor en el campo de juego estaban sus familiares, los Carlos y ; y sus compañeros de ese día, entre ellos un "tal" Juan Roman , quien aplaudía en silencio, como uno más.
"Estoy muy agradecido a todos ustedes por todo el cariño, por tantos años juntos, por tantas victorias y tristezas. Les agradezco a todos mis compañeros y a cada técnico y dirigente. Pero especialmente a ustedes. Boca no sería esto sin ustedes", dijo mientras señalaba a las tribunas, antes de que se le quebrara la voz.
"Siempre voy a decir que Boca es un grande, no por los jugadores ni los técnicos o dirigentes. Siempre me quisieron aunque dijera que soy hincha de Estudiantes, pero quédense tranquilos que los voy a llevar adentro de mi corazón", cerró emocionado.
La fría estadística dice que Martín Palermo jugó en Boca 404 partidos, donde convirtió el récord de 236 goles y consiguió seis torneos locales y ocho copas internacionales: entre ellas, dos Libertadores y una Intercontinental.
En el medio quedaron aquel mítico "" a la noche que volvía de una lesión que lo tuvo seis meses fuera de las canchas; y el gol de cabeza a casi desde la mitad de la cancha; los dos al "Galáctico" Real Madrid, a los 3 y a los 6 minutos del primer tiempo. Y miles de locuras que superan a todos los números.
Palermo, el "optimista del gol" según la sabia definición de , se fue hace diez años de una Bombonera que lo adoraba, pero cada día que pasa su idolatría popular está más vigente.