Por Tomás Rodríguez
Nació el día de San Cayetano de 1942 en San Javier y encontró su final en un trágico accidente en la Ruta 1, el 8 de enero de 1995. En lo deportivo, dejó una huella imborrable que puso a Santa Fe en la cima del mundo.
Por Tomás Rodríguez
Han pasado 79 años y cinco meses, cuando el 7 de agosto de 1942, la comunidad católica conmemoraba el Día de San Cayetano, patrono y defensor de la Paz, el Pan y el Trabajo y se festejaba el 28° aniversario de la fundación del diario El Litoral de Santa Fe, nacía en la entonces localidad de San Javier, Carlos Monzón, quien el 7 de noviembre de 1970 se convertía en campeón mundial de boxeo de la categoría mediano.
Cerca de las 22, vino al mundo el que sería el más grande boxeador argentino de todos los tiempos, en un humilde rancho -de un total de 12 hermanos- del barrio La Flecha, de cuatro habitaciones, unidas por un alero, con techo a dos aguas de paja brava, siendo el armazón de madera de las islas y las paredes de paja, recubiertas de barro y con lonas que separaban los ambientes.
Carlos fue el octavo hijo de Amalia Ledesma y Roque Monzón y el tercero que nació en ese lugar. Zacarías, Nicéforo y Rosa lo habían hecho en Saladero Cabal; Rosendo Albino, en Colonia Mascías e Inocencio, Marta Elisa y Alcides René en San Javier.
Toda la familia se mudó en 1951 al barrio Barranquitas Oeste, en Blas Parera 4568. Desde chico supo que lo suyo no era la escuela y por tal motivo dejó de estudiar en el ciclo primario en tercer grado en la Escuela República Oriental del Uruguay, teniendo como maestra a Margot de Sarli; esto lo obligó a trabajar para ayudar a sus padres: vendió diarios, lustró zapatos en bulevar Pellegrini y López y Planes.
Los primeros golpes los dio cuando se peleaba con otros chicos que se ganaban la vida en la calle y en el propio Monzón nació su vocación por el deporte de las narices chatas. Luis "Gato" Andrada, representante de competencias deportivas, quien le dijo mientras le lustraba los zapatos "ser boxeador es fácil: hay que pegar y que no te peguen".
Poco después, Monzón se compró un par de zapatillas, un pantaloncito y se anotó en el Cochabamba B.C.. También fue empleado repartidor de lácteos con Benjamín Pilotti, que también contrató a su hermano Alcides René, hasta 1964, cuando combatió en el torneo Cinturón "Eduardo Lausse".
Como aficionado debutó el 7 de octubre de 1959 en el Pabellón Deportivo (sector Industrial de la Sociedad Rural de Santa Fe) empatando con Raúl Cardozo. Abandonó Cochabamba y se fue al Boxing Ricardo Minella, donde sólo realizó cuatro peleas, pasando en 1960 al Club Unión, donde conoció a Amilcar Oreste Brusa, siendo atendido por sus asistentes Oscar "Negro" Méndez y Guillermo Gordillo y dos años después representó a la Argentina en un Torneo Latinoamericano.
En 1963 hizo su última pelea como aficionado, ganó por decisión a Bienvenido Cejas, el 12 de diciembre, receptando un viático de $ 3.000 de esa época, le sirvió para comprar un terreno en Villa Yapeyú.
Debutó como profesional el 6 de febrero de 1963 en el viejo estadio de Sportivo Ben Hur de Rafaela, GPKOT en el segundo capítulo a Ramón Montenegro.
Monzón reveló que Brusa también le corrigió algunos detalles técnicos: "poné mis manos más arriba, practicamos la izquierda en directo apuntada al techo y me explica que la derecha debe ser sorpresiva. Por mi altura (1,81 m.) me hace practicar esa izquierda al pecho, debido a que la mayoría de mis oponentes iban a ser más bajos".
Amilcar trabajaba en el Banco Español y Río de La Plata, de 25 de Mayo y Tucumán de Santa Fe y en las horas libres se dedicaba a entrenar jóvenes para sacarlos de la calle.
El miércoles 17 de julio de 1963, Monzón hizo una pelea preliminar en el estadio Luna Park, venciendo en el cuarto capítulo a Andrés Cejas y recibió 15.000 pesos, el mayor viático hasta entonces. Cuando tenía sólo nueve combates perdió con el platense Antonio Aguilar por decisión, por Canal 7, manifestando que "esa noche fui un desastre".
El 7 de noviembre de 1970 llovía copiosamente en Roma, el gladiador argentino se mide a otro portentoso del ring, el italiano Giovanni Benvenutti, quien había sido también campeón olímpico, un púgil de vasta trayectoria y monarca de los medianos, además de conocido actor en la pantalla grande europea, ante un soberano fanático de "Nino".
La gran batalla dejaba con la "boca abierta" a todos, incluyendo a los especialistas en la materia, con excepción de los santafesinos, porque Monzón en una actuación espléndida, histórica e inolvidable se quedó con el cetro universal. En el 12° asalto el púgil argentino tiró a la lona al local mediante una certera derecha a la mandíbula en el "Pallazete dello Sport"; los aficionados locales no podían salir de su asombro, fue un nocaut fulminante, espectacular y las organizaciones mundiales determinaron que fue la decisión más espectacular de la temporada.
Comenzaba allí su carrera extraordinaria con tantas defensas exitosas que cada vez que combatía por el cetro paralizaba al país. Un campeón incomparable, pasaron el propio "Nino" Benvenutti, en el desquite, Rodrigo Valdez, Tony Mundine, Tom Bogs, Tony Licata, Gratien Tonna, Denny Moyer, Bennie Briscoe, Candi Rosa y Emile Griffith, entre otros, fueron actores de la obra incomparable de Carlos Monzón.
Tras su retiro, la vida se había esfumado junto a la de la modelo uruguaya Alba Alicia Muñiz Calatayud, su última pareja y madre de su último hijo, Maximiliano Roque. El peor final llegó la madrugada del 14 de febrero de 1988, cuando la cabeza de su mujer dio contra las baldosas del chalé de Pedro Zanni 1567 del residencial barrio La Florida de Mar del Plata. Durante el juicio Monzón parecía ausente de lo que estaba aconteciendo a su alrededor. El fiscal José Ferrara pidió 18 años de cárcel, pero el Tribunal le dio 11 por ese asesinato.
La pena las cumplió en los institutos carcelarios bonaerenses de Batán y Junín y en la Unidad N° 2 de Las Flores de esta capital. Allí obtuvo el permiso de salidas laborales, trabajando en el gimnasio de la UPCN, Distrito Santa Fe.
Justamente cuando regresaba de una de sus salidas, el 8 de enero de 1995, recibió el último golpe, Conducía un Renault 19 a unos 140 Km/h por la ruta provincial N° 1 "Teófilo Madrejón" y el auto salió de la carpeta asfáltica, dio varios tumbos y quedó sobre el pasto, muriendo Monzón.
Finalmente señalemos que Carlos Monzón, considerado el mejor peso mediano de todos los tiempos, era un púgil que lo tenía todo: agilidad, velocidad, potencia, robustez, inteligencia, frialdad, técnica y guapeza, junto a Juan Manuel Fangio, Roberto De Vicenzo, Guillermo Vilas, Diego Armando Maradona, Emanuel Marcos Ginóbili y Lionel Messi, es uno de los íconos máximos del deporte argentino.