Por Tomás Rodríguez
Por Tomás Rodríguez
El viernes 13 de enero de 1967, hace 55 años, en el ring levantado en la desaparecida cancha de básquetbol del Club Atlético Unión, al aire libre, el inolvidable campeón argentino de la categoría mediano, Carlos Monzón, en una verdadera exhibición, se impuso por nocaut en el octavo capítulo a Carlos Alberto Salinas, ante la algarabía y entusiasmo del público santafesino que brindó una ovación espectacular al pupilo de Amilcar Oreste Brusa.
"Escopeta" Monzón se había iniciado en el deporte de las "narices chatas" en el Cochabamba B.C., en el barrio Barranquitas Oeste, donde residía con su familia desde hacía 16 años, bajo la conducción de Agrafogo y el "Negro" Méndez, tuvo luego un breve paso por el Boxing Club Minella hasta llegar a Brusa, quien lo condujo por el resto de su actividad de aficionados y profesional.
En las primeras 20 peleas como rentado había sufrido tres derrotas, por decisión, de las que se tomó amplio desquite, ante el platense Antonio Aguilar, el español Felipe Cambeiro, quien se había nacionalizado brasileño, y el puntano Olea Alberto Massi.
La temporada de 1966 resultó exitosa para el natural de San Javier, debido a que de los 10 encuentros sostenidos triunfó en nueve, con siete victorias por la vía rápida y dos por puntos: ante el rosarino Ramón Rocha, donde consiguió la corona provincial, luego de ser declarado campeón santafesino y el 3 de septiembre la corona nacional frente al experimentado Jorge José Fernández, ubicado N° 1 en el escalafón mundial, donde percibió un beneficio de 300 mil pesos, dejó de trabajar en el frigorífico La Estrella, de calle Buenos Aires (hoy Vicente Faustino Zazpe) al 3600 y terminó su casa de barrio Villa Yapeyú que levantó con sus propias manos.
El crédito santafesino el 18 de noviembre de ese año, le dio una verdadera paliza al uruguayo Luis Pereyra, quien debió abandonar en el segundo capítulo, en las instalaciones rojiblancas.
Dos semanas después, en el mismo escenario, el fuerte pegador santafesino, tuvo la revancha esperada ante el puntano Massi, residente en Río Cuarto (Córdoba). El "Gordo" -quien años después señalaba a la prensa que él había sido el último vencedor del más grande boxeador argentino de todos los tiempos- recibió en el octavo asalto una serie de golpes de derecha, izquierda y un directo al mentón que arrojó al tapiz a su rival, parando la pelea el árbitro para evitar un castigo mayor al perdedor, decretando el K.O. Técnico.
Un día antes de Nochebuena,en esta oportunidad en la ciudad de San Cristóbal, en el noroeste de la provincia de Santa Fe, Monzón derrotó categóricamente a otro uruguayo, Marcelo Farías, por nocaut en tres vueltas, recibiendo una estruendosa ovación del soberano al término de la desigual contienda.
Salinas había nacido el 1° de junio de 1943 y en sus 68 presentaciones en el profesionalismo, había acumulado 32 triunfos. Su debut se produjo en la ciudad de Lanús ante Ramón Altamirano, por decisión unánime de los jurados.
Ambos contendientes lo hicieron tres veces: Monzón ganó una por decisión y otra por la vía rápida. El 25 de abril de 1969, en Paraná, en un combate favorable en forma amplia al santafesino, el fallo sorpresivo e insólito del jurado dispuso un empate; el promotor Norberto Silva pretendía hacer un nuevo encuentro que nunca se pudo concretar, porque al año siguiente el natural de San Javier el 7 de noviembre se consagró en Roma campeón del mundo de peso mediano al arrebatarle la corona al entonces poseedor del título Giovanni Benvenutti, con un extraordinario golpe de derecha al mentón en el duodécimo asalto.
El triunfo de Monzón sobre Salinas en Unión demostró la jerarquía y contundencia del hombre que preparaba Amílcar Brusa que llegaba a esa pelea con 44 encuentros, con 35 triunfos, tres caídas, cinco empates y uno sin decisión.