Miércoles 20.9.2023
/Última actualización 19:50
No se puede decir que todo le pasó rápido. La peleó, como ahora la pelea desde el fondo de la defensa de Newell's. Tampoco que le costó algún tipo de adaptación, si con un puñado de partidos jugados se transformó en un imprescindible en el esquema de Gabriel Heinze.
Ian Glavinovich engrosa la lista de los pibes surgidos en el "interior del interior" del fútbol argentino que hacen ruido en cada cancha.
El Categoría 2001 dio sus primeros pasos con la pelota bajo la suela en Carmen, localidad del departamento de General López, a poco más de 300 kilómetros de Santa Fe capital.
Férrea marca. Glavinovich engrosa la lista de los pibes surgidos en el "interior del interior". Créditos: gentileza.Pero a los 6 años se fue a vivir a Elortondo, a la vera de la ruta 90 y a 120 kilómetros de Rosario y comenzó a jugar en el club Peñarol. Claro que, a esa edad, a Glavinovich el dato de la distancia entre su pueblo y Rosario no le importaba, como tampoco le importaba otra cosa que no sea jugar a la pelota y divertirse con sus amigos dentro de un campo de juego.
"Empecé a jugar a los 4 años y a Peñarol fui porque quería estar con mis amigos, mí único sueño en ese momento era estar con ellos y jugar a la pelota todo el tiempo", afirmó el defensor leproso en diálogo con este medio.
De chico, donde todos quieren estar en contacto con el balón y las posiciones poco importan, se ubicó como "9" y hasta jugó de enganche, pero desde los 14 años se pasó a la cueva y, desde allí, forjó una carrera que hoy lo tiene como una de las revelaciones de Newell's en este 2023.
Lo "captaron"
Desde Peñarol de Elortondo tuvo la chance de probarse en el Parque Independencia y recibió el visto bueno de los captadores para que se vista de rojinegro.
"Cuando quedé en Newell's me terminé de dar cuenta que podía ser futbolista profesional. Eso me dio ganas e ilusiones de poder lograr lo que tengo hoy en día", recordó el defensor que tiene como referentes en el puesto ni más ni menos que al "Cuti" Cristian Romero y al español Sergio Ramos.
Detrás de esa gran noticia había algo más, es que ahora llegaba el momento del desarraigo, de los viajes y de pasar menos tiempo con esos amigos con los que sólo querían patear una pelota, pero Glavinovich se mostró tan firme como cuando tiene que salir al cruce para frenar un ataque rival y se adaptó muy rápido a su nueva vida: "Nunca sufrí el cambio, la verdad que me sentí muy bien".
Desde aquel jugador que debutó el año pasado en el último partido de Javier Sanguinetti como DT de Newell's en la derrota ante Godoy Cruz 2-1 en el Coloso Marcelo Bielsa, hasta este defensor que el equipo de Heinze extrañó cuando no pudo estar por una lesión, hay un gran crecimiento y madurez: "Nunca pensé en dejar todo o no intentarlo. Pasé por cosas normales como cualquier jugador como el hecho querer irme por no tener oportunidades o buscar mayor rodaje futbolístico, pero siempre estuve convencido de lo que quería".
Carácter
Capitán en reserva y con perfil de líder, este zaguero "leproso" que tuvo charlas a solas con el Gringo Heinze para conocer más secretos del puesto, tiene muy claro hacia dónde va su carrera, pero mantiene los pies en la tierra y no olvida sus orígenes.
Peñarol de Elortondo es uno de los tantos clubes que pudo trabajar para que uno de los suyos llegue al fútbol AFA y Glavinovich no descarta en un futuro volcar toda su experiencia en la institución que lo vio crecer: "Me encantaría ayudar a otros chicos a vivir lo que estoy viviendo yo, ver al club crecer y aportar desde otro lugar".
Y agregó: "El fútbol regional está muy bien. En todos los clubes hay más de un chico que se destaca por encima de los demás y puede dar el salto de AFA. Es muy importante que se sigan potenciando jugadores".
Para finalizar, el defensor les dejó un mensaje a esos pibes que, como él, lo único que quieren es estar con la pelota todo el día y sueñan con ser jugadores profesionales: "Lo único que les quiero decir es que no abandonen sus sueños y no aflojen nunca. Todo llega a su debido tiempo".