Los presidentes de River Plate, Rodolfo D’Onofrio, y de Vélez Sarsfield, Sergio Rapisarda, quedaron formalmente imputados por el exceso de público en los partidos de fútbol del último fin de semana por delitos que contemplan penas de prisión de hasta dos años.
D’Onofrio y Rapisarda fueron responsabilizados como máximas autoridades de la Comisión Directiva de cada uno de sus clubes, pero el avance de la investigación podría extender las acusaciones a otros integrantes de ambas conducciones, especialmente a quienes tenían responsabilidad directa en la organización de los partidos que sus equipos disputaron en calidad de locales.
Así lo confirmó el fiscal general de la Ciudad de Buenos Aires, Juan Bautista Mahiques, tras los allanamientos al Estadio Monumental dispuestos en la víspera por la fiscal a cargo de eventos deportivos del Ministerio Público Fiscal porteño, Celsa Ramírez.
Tenés que leerAsí quedó la tabla de posiciones tras la finalización de la fecha 14 La fiscalía a cargo de Ramírez había imputado a las comisiones directivas de ambos clubes por haber permitido que ingresaran a los respectivos estadios más concurrentes que los que habían sido autorizados mediante una disposición especial del gobierno que permitió el regreso de los simpatizantes a las canchas.
El fiscal general Mahiques explicó que, además del artículo 205 del Código Penal (que reprime la violación de normas dispuestas para controlar una pandemia), los directivos de ambos clubes pudieron haber infringido el artículo 239 de esa misma ley, que castiga a quien desobedeciere o se resistiera a una indicación de un funcionario público.
Las figuras que pesan sobre ambos dirigentes –como cabezas de sus respectivas comisiones directivas- son las mismas que se vienen aplicando en todos los casos de infracciones a la normativa dispuesta a través de decretos de necesidad y urgencia (DNU) desde el inicio de la pandemia en todos los fueros judiciales del país.
Durante el allanamiento concretado el lunes en River Plate fueron secuestradas cámaras de seguridad, servidores donde quedaron alojadas las imágenes del sistema de monitoreo, registros de los molinetes y documentación sobre el personal estable y contratado para el operativo de acceso a las gradas. Hasta anoche, el Estadio José Amalfitani, de Vélez, no había sido allanado pero fuentes de la fiscalía a cargo de Ramírez no descartaron una medida de esa naturaleza.